#ElPerúQueQueremos

Lorenzo Meyer: El gato la rata y el martillo.

Publicado: 2010-12-21

"La "nueva política" del presidente Obama con relación a las drogas no es tan nueva. Se parece a la que México intentó en los 1930 pero que entonces Washington combatió. Pudimos haber sido de avanzada en la política contra las adicciones, pero Estados Unidos nos paró en seco hace 70 años y hoy son ellos los que se presentan como innovadores."

 

                                

 

Obras publicadas

The Mexican Revolution and the Anglo-American Powers (1985)

Su majestad británica contra la Revolución mexicana, 1900-1950. El fin de un imperio informal (1991)

The United States and Mexico (1994) en coautoría con Josefina Zoraida Vázquez

Liberalismo autoritario. Las contradicciones del sistema político mexicano (1995)

Fin de régimen y democracia incipiente. México hacia el siglo XXI (1998)

El cactus y el olivo. Historia de las relaciones México-España en el siglo XX (2002)

MEXICO: THE POLITICAL PROBLEMS OF ECONOMIC STABILIZATION by ...

by Lorenzo Meyer. El Colegio de México. The processes of economic

industrialization and modernization in Latin America

http://www.lorenzomeyer.org

El gato la rata y el martillo : Lorenzo Meyer

jueves 27 de mayo de 2010

La "nueva política" del presidente Obama con relación a las drogas no es tan nueva. Se parece a la que México intentó en los 1930 pero que entonces Washington combatió Martillazo

Pudimos haber sido de avanzada en la política contra las adicciones, pero Estados Unidos nos paró en seco hace 70 años y hoy son ellos los que se presentan como innovadores. Una pequeña anécdota ilustra bien lo que le pasó a México con un intento imaginativo de administrar la drogadicción. Al tratar de auxiliar a un gato que había acorralado a una rata, alguien lanzó un martillazo pero de tan mala manera que en vez de pegarle a la rata le pegó al gato; el resultado fue que ese felino nunca más volvió a intentar cazar roedores. Pues bien, en los 1930, México empezó a diseñar una política propia e innovadora con relación al consumo de drogas, con un enfoque no del todo distinto al que hoy propone el presidente Barack Obama, pero un martillazo lanzado desde Washington en 1939 hizo que el innovador no volviera a intentarlo. El tema En su discurso del 20 de mayo ante el Congreso de Estados Unidos, Felipe Calderón felicitó al presidente norteamericano por su reciente iniciativa para reducir el consumo de drogas en su país, el mayor demandante de esos productos ilegales. Si Calderón hubiera acudido a la historia, hubiera tenido que observar que el enfoque de Obama tenía antecedentes en México. Aunque claro, eso no hubiera cuadrado con su actual política sobre el tema, que sigue apegada a la que tradicionalmente Washington ha alentado en el exterior: prioridad al combate a la producción y distribución de drogas, lo que ha conducido al violento callejón sin salida donde

nos encontramos hoy. El proyecto frustrado El cardenismo fue un entorno propicio para

imaginar formas de mejorar la situación de las

clases mayoritarias. Sin embargo, la

disparidad de poder entre México y el vecino

del norte y una relación bilateral ya afectada

por la expropiación petrolera de 1938, y que había tensado al máximo las variables que le

daban forma, llevaron a que las autoridades

sanitarias de nuestro país abandonaran sus

intentos por diseñar una política propia frente

a los drogadictos, una que, sin dejar de

combatir la producción y trasiego, ponía el acento en el control y tratamiento de la

adicción. El proyecto mexicano fue idea del doctor

Leopoldo Salazar Viniegra, responsable de la

Dirección de Toxicomanía y estudioso de los

efectos de la marihuana en la conducta del

adicto. De su investigación concluyó, en contra

de lo afirmado por Harry J. Anslinger, comisionado de la Oficina Federal de

Narcóticos (FBN) del gobierno de Estados

Unidos, que esa substancia, por sí misma, no

convertía a sus usuarios en dementes ni

menos les inducía directamente a seguir

conductas de violencia criminal. Salazar Viniegra no sólo atacó las ideas

prevalecientes sobre una planta que se

consideraba maléfica pero que él suponía que

también podría ser útil en la industria textil,

sino que fue más lejos. Para impedir que los

adictos a las drogas -los "viciosos"- se convirtieran realmente en criminales en su

afán por obtener los recursos para comprar los

narcóticos en un mercado controlado por

narcotraficantes -mercado aún pequeño- él

mismo, como médico, firmó recetas para que

varios adictos adquirieran sus drogas en farmacias, es decir, en el mercado legal. Su

idea era que el Estado se organizara para

proporcionar pequeñas dosis de droga a los

toxicómanos -vía el Hospital de Toxicómanos,

por ejemplo- mientras se les hacía participar

en un proceso de rehabilitación (Luis Astorga, El siglo de las drogas, 1996, pp. 43-46, 50-55).

Despenalizar bajo supervisión el consumo

individual de sustancias como la marihuana, la

heroína y la cocaína quizá hubiera abierto la

puerta a un tipo de relación positiva entre

autoridades y toxicómanos y la hubiera cerrado a la relación entre estos últimos y los

narcotraficantes. Esto no hubiera resuelto el

problema mismo, como no se ha resuelto el

del alcoholismo o el tabaquismo, pero sí

hubiera permitido administrarlo de manera

menos violenta y más constructiva de lo que finalmente fue. México, al concluir su cambio revo- lucionario,

se convirtió en uno de los países que más

problemas presentó a la política antidrogas

diseñada por Estados Unidos, cuyos cimientos

fueron los acuerdos de Shanghai y de La

Haya, de 1909 y 1912, respectivamente, y cuya meta era acabar con la drogadicción

prohibiendo y combatiendo la producción y

comercialización de las drogas. Por tanto, a

partir de 1930 la FBN se encargó de presionar

por la vía diplomática y pública a México,

hasta que logró, entre otras cosas, que en agosto de 1939 Salazar Viniegra fuera

despedido como responsable de la política

hacia los drogadictos y reemplazado por

alguien que siguió las líneas demandas por

Washington (Encyclopedia of the New

American Nation, Narcotics Policy). En México ha revivido la idea de despenalizar

el uso de montos mínimos de droga, pero ésa

ya no es la política central ni tiene la audacia

de la propuesta original de Salazar Viniegra

que hacía del Estado el regulador del consumo

de un usuario al que, además, buscaba rehabilitar. La propuesta de Obama En el documento de 127 páginas que el

presidente norteamericano presentó el pasado

día 11, titulado "Estrategia nacional para el

control de drogas, 2010" (National Drug

Control Strategy, 2010), se señala que cada

día 8 mil norteamericanos consumen por primera vez alguna droga prohibida y que

corren el peligro de incorporarse a los 20

millones de sus conciudadanos que ya usan

ese tipo de sustancias y de los cuales 7.6

millones son drogadictos duros. Evitar esa

"primera vez" o cortar esa conducta en sus etapas iniciales es el centro de una nueva

política que considera el uso de drogas una

enfermedad con bases biológicas, como el

alcohol. En la introducción del documento de Obama

se señala que si bien el gobierno mantiene su

decisión de combatir la producción y tráfico de

drogas, especialmente en la frontera sur, se ha

ordenado a la agencia responsable de la

política antidrogas, la ONDCP, que rediseñe su enfoque en las áreas de prevención y

tratamiento de las adicciones de aquellos que

lo soliciten. A esto, el presidente

norteamericano le llamó un enfoque

balanceado. Según los apéndices, del gasto

total de Washington en su lucha contra las drogas, y que ascenderá a 15 mil 552 millones

de dólares en 2011, el 36% se dedicará a las

áreas de prevención y tratamiento, lo que en

realidad es apenas un modestísimo aumento

de 0.6% respecto de 2009. Sin embargo, en

este enfoque destacan las campañas de convencimiento y de rehabilitación, pues la

meta ya no es sólo acabar a sangre y fuego la

estructura de proveedores sino también atacar

el corazón del mercado de drogas prohibidas

por el lado de la demanda, disminuyendo la

clientela del mercado ilícito. La propuesta también es modesta en términos

cuantitativos, pues busca reducir el universo

de consumidores en sólo 15% en los

siguientes cinco años, especialmente entre los

jóvenes y los usuarios sistemáticos. La idea

central es prevenir la adicción mediante la continuación de las políticas tradicionales de

combatir la producción y comercialización de

las drogas dentro y fuera de Estados Unidos

pero, a la vez, creando o reforzando la

información y detección temprana de uso de

sustancias que conducen a la adicción, aumentando la calidad y cantidad de los

programas para tratar a los ya adictos -

tratamiento individual, familiar y colectivo- así

como el desarrollo de sustancias que los

programas médicos puedan ofrecer para

sustituir a la droga misma. Conclusiones Obviamente, una conclusión tiene que ver con

los costos de una soberanía limitada. En este

caso, la presión norteamericana impidió a

México intentar una política que permitiera a

los enfermos de adicción a las drogas

sobrevivir sin tener que caer en una relación de dependencia frente al crimen organizado.

En segundo lugar, el que México tendría que

aprovechar el enfoque de Obama para

repensar su propio esquema de la política

antidrogas y volver a considerar las

posibilidades de dar la prioridad a la descriminalización y al tratamiento por sobre

el enfoque tradicional que impuso Estados

Unidos al mundo en el pasado. Finalmente, el doctor Salazar Viniegra hubiera

apoyado el enfoque del presidente Obama, lo

hubiera considerado un triunfo personal sobre

el dogmático y poco imaginativo Anslinger,

que tras su larga estadía al frente de la FBN,

dejó como herencia hacer del combate a la oferta de drogas el eje de la estrategia

nacional e internacional de Washington en

detrimento de la alternativa no violenta:

erosionar la demanda por la vía del Estado

como educador y responsable del tratamiento.

kikka-roja.blogspot.com/

    

Si el sistema de partidos cumpliera realmente su función, los movimientos sociales tendrían poca razón de ser

 

                

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Escrito por

malcolmallison

Biólogo desde hace más de treinta años, desde la época en que aún los biólogos no eran empleados de los abogados ambientalistas. Actualmente preocupado ...alarmado en realidad, por el LESIVO TRATADO DE (DES)INTEGRACIÓN ENERGÉTICA CON BRASIL ... que a casi ning


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