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Keiko y la mujer peruana

Publicado: 2011-05-30

De Alexandro Saco

Keiko no se anuncia como presidenta, sino como presidente; eso y su silencio frente al crimen de las esterilizaciones forzadas, muestran su desprecio por la mujer.

Si existe un hecho que cuestiona el argumento de que Keiko representa la oportunidad de que por primera vez una mujer llegue a la presidencia, es el capítulo en que el fujimorismo atropelló la libertad y la dignidad de las mujeres peruanas: las esterilizaciones forzadas. Las cifras oficiales revelan que al menos se planificaron 300 mil esterilizaciones forzadas entre 1995 y 1998, con todas las aberrantes consecuencias que de ello derivaron.

El autoritarismo fujimorista decidió que el Estado podía ingresar al útero de las mujeres para atentar contra su capacidad reproductora. Keiko, que pretende representar a la mujer peruana, ha callado y sigue callando frente a este episodio, uno de los más oscuros del gobierno que compartió con su padre.

En aquellos tiempos, cuando las evidencias fueron apareciendo, el Ministro de Salud de ese entonces y hoy principal asesor de Keiko, Marino Costa Bauer, negó cínicamente que las esterilizaciones forzadas se estén produciendo. Luego de más de una década, Luisa María Cuculiza al igual que Costa, sigue negando la realidad y afirma que estas esterilizaciones fueron voluntarias. Se trata de una mentira que desprecia a la mujer, sobre todo a las más pobres. El fujimontesinismo demuestra así hasta qué punto es capaz de llegar; no les importan las pruebas ni los testimonios, y Keiko bien gracias.

Contabilizando úteros

Y es que si hay un hecho aberrante contra las mujeres, es la violación de su libertad, la manipulación y la violencia para cumplir metas, que emanaron del discurso de Fujimori el 28 de julio de 1995, en el que encaramado en la vanidad de la reelección producida, brindó la directiva para que el Ministerio de Salud aplique esta horrenda forma de planificación familiar, como la llamaron. Se sabe que las enfermeras, médicos, obstetras y técnicos de los establecimientos de salud, fueron obligados a tener metas individuales mensuales de captación de mujeres manipuladas para someterlas a la esterilización.

Esta arbitrariedad llegó a extremos salvajes. Trabajadores de salud presionados por la directiva del MINSA, a su vez obligaron a las mujeres a someterse a esta intervención quirúrgica. Oficialmente se han contabilizado al menos 18 muertes, pero a estas alturas se asume que son más. Pero la afectación física y sicológica de cientos de miles de mujeres sigue existiendo, lacerando hogares, proyectos de vida, y matando lentamente de sufrimiento a tantas que hasta hoy no logran justicia.

¿Y si fueran limeñas?

¿Cómo puede entonces Keiko Fujimori pretender representar a la mujer peruana, cuando se burla con su silencio de cientos de miles de mujeres?; ¿cómo pretende esta señora ser una gobernante legítima cuando abraza la impunidad de los socios de su primer gobierno y los mantiene de asesores en salud como en el caso de Costa?, ¿es que el desprecio por la mujer andina puede llegar a un extremo tal que una candidata en segunda vuelta simplemente las invisibiliza? Y como es lógico, el fujimorismo se ha opuesto a todo intento de investigación acerca de esta barbarie cometida en los úteros de la mujer peruana.

En este asunto se repite una vez más lo de siempre, por ser mujeres andinas y pobres las que sufrieron la vejación. ¿Qué hubiera sucedido si esta práctica se habría aplicado a las mujeres jóvenes de Miraflores, San Borja, San Isidro, La Molina o Surco?; pues seguiría siendo un escándalo enorme que inundaría la prensa. Pero como se trata de mujeres andinas, las élites y los medios de comunicación simplemente hacen como si no existieran. Siendo de tal magnitud el asunto, ¿por qué ningún medio televisivo se ha ocupado del tema y de su relación política directa con Keiko en la campaña?

¿Presidenta o presidente?

¿Con qué cara los fujimoristas hablan de respeto a la mujer, de mejorar sus condiciones de vida, cuando impunemente hasta ahora siguen sin responder por el peor delito de la historia del Perú sobre la mujer? Porque este asunto trasciende el ámbito y las responsabilidades penales, para convertirse en un tema de concepción de la vida y del mundo. Si un gobierno decide que puede ingresar al útero de las mujeres pobres por medio de la manipulación cuando no de la violencia, simplemente no tendrá reparos morales en ingresar en todo lugar, sea del cuerpo o no, donde considere que deba hacerlo.

Creo que más bien la propia Keiko, los fujimoristas y fundamentalistas que la acompañan, en lo profundo de su ser rechazan la idea de que una mujer gobierne el país. Como su publicidad evidencia, no se anuncia como Keiko Presidenta, sino como Keiko Presidente. Si alguien dudaba del desprecio por la mujer que Keiko representa, ahí tiene la negación de su condición humana; si alguien dudaba de que Keiko no gobernará y su padre lo hará, ahí está el mensaje subliminal de colocar el nombre de una mujer con la palabra siguiente en género masculino.

Publicado el Domingo 29 de Mayo en El Diario La Primera


Escrito por

Rosalva

Comunicadora Social, Social Media Manager, Estrategia digital y para variar con una maestría en Ciencia Política.


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Rosalva

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