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Los desafíos del Presidente Humala

Publicado: 2011-06-08

La ciudadanía le dio la victoria a Ollanta Humala luego de una campaña intensa en donde la polarización y la contracampaña del miedo desplegada por la mayoría de los medios de comunicación no bastó para evitar el triunfo del candidato nacionalista. Sin duda Humala fue el menos malo de los dos candidatos y además planteó los temas centrales de la agenda electoral frente a la pobreza de los argumentos de su rival.

Humala tuvo el apoyo de líderes políticos y sociales, y de muchos intelectuales, que le ayudaron a reducir los temores en relación a sus propuestas, destacando nítidamente el respaldo de Mario y Álvaro Vargas Llosa, el primero marcando el rechazo frontal al retorno del fujimorismo y el segundo convertido en el más entusiasta vocero de la campaña nacionalista. Ambos fueron claves en la batalla por el electorado limeño, donde a pesar de ganar Keiko Fujimori no logró barrer a Humala como lo hizo Alan García el 2006.

Fuera de Lima, la apuesta mayoritaria del electorado ha sido en primer lugar por un cambio en la relación entre el Estado y la ciudadanía, en el que éste tenga mayor presencia y capacidad de escuchar las demandas de la población y que sea más eficiente en la prestación de servicios. Asimismo se quiere un Estado que tenga la capacidad de regular los conflictos, en los que ha aparecido siempre del lado del sector privado.

Fuera de Lima, Keiko Fujimori no fue en ningún momento una amenaza real para el triunfo de Humala, porque su discurso se limitó al ofrecimiento de programas sociales asistencialistas como los que se desarrollaron en el gobierno de su padre, y además a una defensa del modelo económico sin plantear mayores alternativas a amplios sectores de la población de la sierra y la amazonía, que en veinte años de aplicación de políticas neoliberales no han encontrado otro lugar que no sea el de pobres.

Así, los desafíos que se le presentan al presidente electo son enormes ya que las expectativas de cambio se pueden convertir rápidamente en malestar, protestas y nuevos conflictos si no cumple con sus promesas, pero también porque tendrá que enfrentar la presión de los gobiernos regionales por mayores recursos y autonomía y, por último, la presión de los empresarios y poderes fácticos para que no haya cambio alguno en las reglas de juego de la economía peruana.

Humala, le guste aceptarlo o no, es el primer presidente de izquierda del Perú, y para poder gobernar tendrá que construir rápidamente alianzas no solo con aquellos que lo apoyaron en esta segunda vuelta, sino también con algunos actores políticos que no ven con buenos ojos su elección. Si no lo hace, el país se puede volver ingobernable, sobre todo sabiendo que hay una derecha intolerante y poco democrática que no aceptará cambio alguno. Por el bien del país esperemos que Humala tenga el liderazgo y la firmeza suficiente para cumplir con su promesa central: Redistribuir los beneficios del crecimiento económico para así reducir la desigualdad.


Escrito por

El Arriero

Javier Torres Seoane: Antropólogo de profesión y comunicador de oficio.


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Un blog de Javier Torres Seoane