Estamos llegando a la etapa final del gobierno de Alan García, que ha generado gran crecimiento al Perú, pero que también se ha caracterizado por un sinfín de eventualidades, escándalos y actos megalómanos. Hemos podido apreciar que durante el mandato de Alan, la “mujer” casi siempre ha sido el centro de atención, la manzana de la discordia o la villana de esta película, digna de un Oscar por su intensidad histriónica con que se ha desarrollado.

Muchas veces me he preguntado ¿qué es lo que hace que nuestro querido presidente para que atraiga a tantas féminas rodeando su reinado?. Si bien es cierto, desde su primer gobierno en el año 1985 causó concentrar mucha atención por su juventud y apuesto físico, convirtiéndolo en el “Presidente del Deseo” … al regresar 20 años después y pese a sus kilitos demás, ha logrado mantener a muchas mujeres captivadas. Tanto así que en este mandato, su infidelidad dio fruto a su benjamín, Federico Dantón.

Es curioso que muchos de los eventos, escándalos o actos de corrupción, como han sido etiquetados muchos de ellos, hayan tenido de protagonista a alguna mujer. Sea para bien o para mal, las mujeres han jugado un papel importante en la vida y gobierno de nuestro querido mandatario. Sin ser aprista, siempre admiré dicho partido por su solidaridad, buena estructura política y de haber tenido que escoger un partido, seguro que habría sido una “compañera” más de su larga lista de seguidores. Y de haber sido así, habría trabajado arduamente en pulirme, para lanzarme de candidata presidencial… pero la política no es lo mío, a pesar de considerar que un gobierno dirigido por labiales y tacones, puede brindar al país un giro diferente y necesario, ¡para generar el cambio que todos los de saco y corbata, no han logrado!

Durante este mandato, hemos visto a todo tipo de mujeres en su protagonismo. Desde la que se robó el queso de la otra, la que a fuerza y sin consentimiento, se embarazó de un político, aunque después el tiro le salió por la culata, la que ante su despecho y desequilibrio mental, perdió toda dignidad causando un gran escándalo político, la que una foto de portada y que debido a ciertos atributos físicos, se convirtió de la noche a la mañana en una figura pública, la que en un abrir y cerrar de ojos pasó de candidata presidencial al olvido, la que se convirtiera en espia y la que a causa de una cirugía plástica, termino amnésica. Les dejaré de tarea que sean ustedes los que pongan nombre a cada una de estas protagonistas y vean que el común denominador de este gobierno ha sido casi siempre la prodigiosa mujer.

De otro lado vale también la pena, tocar el tema del ego de nuestro presidente, que es tan, pero tan grande, que ni con la estatua del Cristo del Pacifico creo yo, podremos saciar esa megalomanía que lo ha caracterizado siempre. Habría sido mucho más acertado, si en lugar de ese Cristo, hubiese elegido a Santa Rosa de Lima y no quedar como plagiador de los brasileros. Ya que no solo es una santa peruana, sino que habrían sido consecuentes con su tormenta de pasiones… las mujeres. En lo personal, habría sugerido invertir todo ese dinero para ayudar a tantos niños necesitados, crear una casa cuna o un museo y si tanto le interesaba perpetuarse, lo habría podido inaugurar con su nombre… pero resultaba más llamativo mas apoteósico, una escultura como tal. Aunque tenemos que reconocer que para alguien como él, el dejar plasmado su recuerdo con una obra de arte de tamaña magnitud, debe ser algo que aun no le permite conciliar el sueño. ¡Se imaginan lo que debe de sentir de saberse recordado por los siglos de los siglos… amen! Que su Dios lo agarre confesado…