En defensa de Pachacutec Humala
Estoy seguro que Alexis Humala, alias Pachacutec, viajó a Rusia representando a su hermano Ollanta y a su Partido. No creo que haya ido para hacer negocios. Lo preocupante del caso es que Ollanta pisó el palito del acoso mediático, en lugar de ser transparente y admitir un encargo que no tiene nada de malo si se ha limitado a una voluntad de estrechar vínculos económicos y políticos con la que sigue siendo una potencia mundial.
Pininos de política exterior
Ollanta Humala inició con éxito sus “previos” a la asunción de mando. Viajó a los países que tenía que viajar. Y le encargó a su hermano Alexis viajar a Rusia para presentar sus saludos a las autoridades de dicho país y, de paso, establecer contactos para que empresas rusas inviertan en el Perú. El encargo se convirtió en su primer escándalo político como Presidente aun antes de serlo.
Alexis pensó que su visita, que no era secreta, iba a pasar desapercibida. No contaba con que en Rusia su reunión con el Canciller iba a ser filmada y que las notas de prensa iban a hacer públicas sus reuniones con empresas y autoridades relacionadas con las industrias pesquera y gasífera. Este solo hecho es el que me deja claro que acá no hay negociados ocultos ¿Creen acaso los opinólogos que denuncian escandalizados que alguien en su sano juicio va a hacer negocios de manera tan pública?
Enviados los cables, las redes sociales se encargaron de darnos los detalles y de sazonar la noticia de contenidos negativos. Se dio así inicio a un escándalo que agarró a Ollanta y Nadine, junto con Abugattás, en Washington a horas de haber logrado una reunión con el Presidente Barack Obama. Así, lo que debió ser un gran paso adelante en la imagen de política exterior fue opacado por una evidente falta de experiencia en el manejo de asuntos diplomáticos. Luego vino la metida de pata comunicacional.
La metida de pata de comunicación
Estallado el escándalo, lo que debió hacer Ollanta Humala fue convocar a una conferencia de prensa y explicar la verdad. Que su hermano es autoridad en el Partido de Gobierno. Que ha estudiado en Rusia. Que habla ruso. Que es casado con rusa. Y que, en la medida que es empresario y que ha trabajado a su lado desde la campaña del 2006, tiene derecho a un espacio en el gobierno. Espacio que bien podría ser hasta el ser Embajador en Rusia. De paso, por supuesto, debió aclarar que no había nada bajo la mesa en dicha visita. No lo hizo.
En lugar de optar por la serena transparencia, Ollanta y sus asesores evidenciaron nervios y culpa. Apresuraron una nota de prensa desde Washington D.C. desautorizando el carácter oficial de una visita que a todas luces lo ha sido. Y, para colmo, una vez llegado a Lima, el Presidente electo anunció a través de su asesora de prensa que suspendía “… a Alexis Humala de sus funciones partidarias mientras duren las investigaciones”.
Optando por esa estrategia de comunicación (si se puede llamar tal), Ollanta no hizo más que deslucir su logro en los Estados Unidos y, además, perjudicó injustamente a su hermano más leal.
Pachacutec
Estudié los diez años escolares en el colegio Franco Peruano con Alexis Humala. Yo creía que se llamaba Pachacutec. Probablemente don Isaac le puso la chapa.
Pacha era del salón contrario en los partidos de fútbol de primaria. Ahí jugaba de defensa y te pateaba con sus “chancabuques” de punta dura. Cristian Thorsen era del mismo equipo rival. Recuerdo que una vez, en una de esas broncas a distancia, tiré una pequeña piedra a ese grupo rival y Pacha lo encajó en la frente. No tomó represalias y yo me disculpé. Fue uno de esos actos no comunes en chicos de primaria que uno nunca olvida.
En secundaria, Pacha mantuvo siempre un perfil bajo. Éramos la mayoría hijos de intelectuales de izquierda (Franco, Quijano, Vargas Llosa, Vásquez Kunze, entre otros). Pero Pacha no participaba de los debates políticos, solo sabíamos que su padre era vinculado a Partido Comunista, como otros padres de amigos de la promoción.
Me lo encontré por primera vez desde 1981 cuando fui con Pedro Pablo Kuczynski a saludar al flamante Presidente electo en el Hotel los Delfines. Le conté que teníamos a fines de junio el almuerzo por los 30 años de egresados. Me dijo que iba a estar de viaje. Ahora sé de qué viaje se trataba.
Espero que regrese de Rusia y que aclare todo. Que su hermano, el Presidente Humala, sepa aprovechar este pésimo manejo comunicacional para que conduzca su gobierno con transparencia y sin complejos al promover la inversión extranjera venga de donde venga y respetando la ley. Y, sobretodo, que aclare cómo así su hermano se encontró frente al Canciller de una potencia mundial a vista y paciencia de todo el mundo.