#ElPerúQueQueremos

Corrupción: ¿Qué nos deja García?

Publicado: 2011-07-19

Si el primer gobierno de Alan García ha sido recordado por su irresponsable manejo de la economía, este segundo gobierno será recordado por su escasa voluntad política para enfrentar los casos de corrupción.

Sin embargo, a diferencia del ex presidente Alejandro Toledo, Alan García ha logrado un mejor manejo de la “anticorrupción”. Gracias a un hábil control ejercido sobre los poderes del Estado, así como por su relación con el poder económico, habría quedado “salpicado” pero no realmente comprometido por la corrupción.

En octubre de 2008, el caso “petroaudios” remeció los cimientos del gobierno de García, trayéndose abajo al Consejo de Ministros encabezado por el ex premier Jorge del Castillo. Sin embargo, según declaraciones de los ex marinos acusados de interceptación telefónica a través de BTR, la pista de este caso conduciría al mismo presidente García. Según Carlos Tomasio, durante las visualizaciones del material incautado por agentes de la Dirandro a Manuel Ponce Feijoó, se habría encontrado un audio de Alan García, pero luego este desapareció. Esta información concuerda con lo afirmado por el periodista Gustavo Gorriti en su libro“Petroaudios”, cuando menciona que García, durante la campaña electoral de 2006, habría convocado a Ponce Feijoó para que chuponeara al candidato Ollanta Humala. Sin embargo, hasta ahora, no existen pruebas al respecto.

Lo que sí queda claro es que, salvo García, varios apristas salieron muy mal parados al verse involucrados en casos de corrupción. Al mismo tiempo, el Poder Ejecutivo no mostró un real interés por enfrentar este flagelo. Para García, salvo las obras, todo lo demás fue ilusión. Así, por ejemplo, un hecho que muestra el desinterés en la lucha contra corrupción de este gobierno son las continuas idas y venidas en el establecimiento de órganos para combatirla. Recordemos la creación con bombos y platillos de la Oficina Nacional Anticorrupción, un órgano al que no se le brindó ni recursos económicos ni técnicos para realizar sus funciones, por lo que fue desactivada a menos de un año de su creación¹.

Asimismo, durante este quinquenio habrían aumentado los espacios de riesgo para la comisión de actos de corrupción alentada por el uso frecuente de normatividad de urgencia para gobernar. Con García, hemos asistido a un “decretismo” sin precedentes, aunque las acciones y obras por ejecutar no hayan sido de “urgencia”. ¿Qué problemas ha traído este “decretismo”? La reducción de plazos, motivada por la necesidad de contratar a “como de lugar” y en el menor plazo posible, habría sido contraproducente no sólo porque constituye un nicho de probable corrupción sino que también desincentiva la participación de postores, reduciendo las posibilidades y condiciones a las que podría acceder los organismos del Estado².

Por todo lo expuesto, el presidente electo Ollanta Humala tiene una gran tarea por delante en la lucha contra la corrupción, compromiso expresado de manera directa en su lema de campaña: “honestidad para hacer la diferencia”. El objetivo de crecimiento económico con inclusión social caería en saco roto si de la mano no se lucha de manera frontal contra la corrupción.

¹ Ver informe del Grupo de Trabajo Contra la Corrupción-GTCC

² Ibid

www.otramirada.pe


Escrito por

otraMirada

OtraMirada, Medio de comunicación digital de análisis político.


Publicado en

otramirada

Otro blog más de Lamula.pe