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El adiós a la muchacha rebelde del Soul

Publicado: 2011-07-23

Amy Winehouse ha muerto. Su luz se apagó. Con una voz única, con un temperamento explosivo, a Winehouse le bastaron solo 2 discos para convertirse en el ícono musical de este siglo. Es curioso cómo el arte refleja los éxitos y fracasos que rodean una vida. Rehab, la canción que llevó a Amy Winehouse al éxito, trata sobre la rehabilitación, la lucha individual y la necesidad de compañía. En la canción, que tantas veces cantó Winehouse, el personaje clama que no necesita ir a rehabilitación, que solo necesita un amigo. Era su modo de enfrentar la vida y de encarar los vacíos que encontraba a diario en el trabajo y la rutina. Era también una premonición para todos nosotros. La muerte de Winehouse duele hondo, no solo por su música, tan genial y única, sino porque fuimos testigos de su caída. Pero eso fue el destino impuesto desde su súbita aparición. Winehouse fue una estrella fugaz que solo nos estaba permitido ver mientras durara su luz.

Emocional, tóxica, apasionada. Winehouse se consideraba una montaña rusa, siempre con altibajos, pero muy femenina ante nada: los vestidos, los perfumes, los zapatos. En los momentos más inestables necesitaba dos botellas de Jack Daniels para poder trabajar. Pero sobre todo de los colores fuertes, los colores vivos, para recibir una energía extra. Consideraba su propia música de sexy. Por más que se pueda pensar de ella como una mujer violenta y vulgar, Winehouse tenía sus facetas serenas y abnegadas. Cuando bebía solía ser otra Winehouse. Una vez contó la anécdota de que el camarero de un bar tuvo que sacarla a la fuerza mientras ella insultaba y daba patadas. Una tarde volvió a dicho restaurante pero no recordó nada de aquel percance. Alex, un ex enamorado suyo, le dijo: "¿Recuerdas qué pasó la ultima vez que estuvimos aquí? Tuvieron que sacarte a la fuerza". Winehouse, avergonzada, le pidió perdón al camarero y le dejó una buena propina.

Creadora y autodestructiva. La mejor definición sobre la música de Winehouse vino del crítico Garry Holland, quien retrató esa dicotomía artística y vitalista que la caracterizó siempre: "Suena afroamericana, pero es judía británica. Parece sexy, pero no juega a eso. Es joven, pero suena vieja. Canta con sofisticación, pero es vulgar hablando. Su música es melosa, pero sus letras son desagradables". El talento de Winehouse fue precoz. Los maestros de escuela le llamaban la atención por ponerse  a cantar en la clase. A los 14 años la expulsaron del colegio. Rara vez escuchaba cantantes de su generación; sus gustos volvían a sus raíces de infancia: Ray Charles, The Zutons, Oasis. Tenía decenas de tatuajes. Incontables. Todos referidos a los momentos especiales de su vida. Y solo quería cantar, escribir canciones y hacer que el público la sintiera en vivo. El amor reflejaba su forma de vida. No podía estar sin la compañía de un novio, como de la misma manera era capaz de volverse violenta con él. A veces sus declaraciones eran muy provocadoras. Tener sexo con un chico era como fumarse un cigarrillo. No le importaba el dinero. Decía que podía vivir en un agujero mientras pudiese seguir haciendo música.

Hoy encontraron a Amy Winehouse muerta en su departamento de Londres. Un mes antes, el 18 de junio, apareció intoxicada y ebria en un concierto en Bélgica. Fue una escena lamentable. Winehouse tambaleándose e incapaz de articular palabras. Su voz perdida. Silbidos. Rabia. Debido a esto, cancelaron los demás conciertos programados para estas fechas. Las personas de su entorno enviaron un nota de prensa en el que se leía lo siguiente: "Todo su entorno está deseando hacer todo lo posible para ayudarla a recobrar su mejor versión y ella se tomará el tiempo necesario hasta que esto ocurra". El tiempo no llegó. Nadie pudo con Winehouse. Su familia -y su padre sobre todo- hizo lo posible para retenerla entre nosotros, incluso dio un discurso ante el parlamento británico sobre los inconvenientes que había para la rehabilitación de personas con problemas de drogadicción.

La mujer que revivió el soul partió hoy. En una entrevista se definió como "una chica divertida, sensible y que valora mucho la amistad. Mis amigos se lo pasan bien conmigo, siempre nos divertimos juntos". Divertida y sensible. Dos palabras que parecen decir poco pero que dicen mucho.

Eso era Amy Winehouse.

Su música la reflejará por siempre.


Escrito por

Edwin Chávez

(Post)estructuralista, narrador sci-fi, cuentista metaliterario, pixel-prototipeador, {css: lover}, poeta [01]nario.


Publicado en

Redacción mulera

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