Un gravamen minero muy amigable
Razón tenía el Ministro Luis Castilla cuando mencionó que
la “negociación” con los mineros fue muy amigable, demasiado para mi
gusto, el anunciado gravamen que recaudaría 3,000 millones de dólares
al año, si fuera un anuncio publicitario, podría estar tranquilamente en la
categoría de publicidad engañosa.
La perorata del Premier Salomón Lerner en el Congreso, en su
presentación de investidura, dejó el mensaje que se había conseguido una
recaudación adicional significativa a la que hoy pagan los empresarios del
tajo abierto y socavón. Sin embargo los tres proyectos de ley presentados
para su discusión y su aprobación en “fast track”, nos muestra que no
es así, pues es una combinación burda de dos tasas impositivas nuevas:
Impuesto y Gravamen Especial, que conjuntamente con una modificación
a la ley de regalías vigente y que pueden ser considerados como costos
para el cálculo del impuesto a la renta; crean una nueva forma de
captación que de ninguna manera significará que se tenga una gran
tributación extra a la actual.
Un cálculo muy elemental tomando como base a la primera minera
en ventas, Southern; con las cifras correspondientes al 2010, para no
hacer supuestos de lo que ocurrirá a fines del 2011, nos conduce a una
recaudación adicional de tan solo 1.46% sobre los ingresos brutos. Si
extrapolamos este porcentaje a todo el sector minero y descontamos el
aporte voluntario, lo que ha hecho este gobierno es conseguir que los
mineros aporten solo 695 millones incrementales a los actuales, cifra que
está lejos de los cacareados 3,000 millones.
El tema es mucho más complicado, pues en lo expuesto no estoy
considerando que hay empresas que durante los años de gestión del
Humalismo, se les vencen los contratos de estabilidad tributaria, tales
como: Yanacocha (2011-2014); Cerro Verde (2013); Barrick (2013); Santa
Luisa (2011) y Sipán (2014). Todas ellas tendrían que pagar regalías
sobre los ingresos brutos, de acuerdo a las leyes existentes, pero con
las nuevas reglas, los cargos serán modificados, dando la apariencia
que son significativos, cuando son ligeramente superiores a lo que les
correspondía.
Buena manera de escamotear la realidad, para hacer ver que lo
pregonado en campaña por el comandante y sus huestes, que se aplicaría
mano dura a los mineros, se cumple. La verdad es, que los han tratado con
guante blanco, como los usados en los uniformes de gala de los cadetes.