Es extraño que hasta este momento no haya renunciado Aída del Carmen Jesús Consuelo García-Naranjo Morales, Ministra de la Mujer, por el caso de los niños muertos en Cajamarca. Lo más asombroso es que sigamos permitiendo que continúe en el cargo, como si las voces que reclaman persecución política nos asustaran.

Un ministro, no obtiene el cargo por idoneidad, ni por escalafón, por meritocracia o por capacidad demostrada. Generalmente el Ministro es un cargo netamente político, pactado, como un pago de favores. Para nadie es secreto que la señora García Naranjo fue la cuota de poder que se le entregó al Partido Socialista, es decir directamente a la parte representada de Javier Diez Canseco.

Entonces la ministra no es irremplazable, necesaria, impoluta y omnipresente. ¿Porqué?, porque los que verdaderamente se queman las manos trabajando son los funcionarios del MINDES, por eso sí estuvo bien “mochar” la cabeza del responsable del PRONAA en el lugar de los hechos, pero se quedó corta la ministra, porque tuvo que mandar a evaluación y peritaje a todos los trabajadores del lugar, para hallar al responsable directo, a aquel trabajador que, con desidia y falta de responsabilidad, o con desconocimiento y mandado a hacer, puso en contacto directo el alimento almacenado con los pesticidas.

No lo hizo. Culpó a las madres de haber envenenado a sus hijos, culpó al Gobierno anterior, culpó a todos, menos a ella misma. Bailó excusándose en que celebraba la vida, mientras las madres cajamarquinas acompañaban a la muerte, en su fausta danza de ataúd y tierra.

El mundo no se va a acabar para la ministra si renuncia, al contrario, continuará ejerciendo su labor profesional de asesoría a varias ONG´s, que le pagarán para que siga escribiendo libros como “Nosotras, las del vaso de leche”… que ahora resulta irónico, allí escribió una oda vanguardista en primera persona sobre el padecimiento de los clubes de madres para repudiarlas luego.

La ministra debe renunciar por coherencia… con la izquierda que representa, con aquellas a las que marginó, por una cuestión de honor, de responsabilidad. Repetimos que el cargo de ministro no es como de un médico en una posta, que renuncia y hay que ver a la corre corre como solucionas el asunto porque puede venir uno con algo grave y la canción.

Ministrables, hay muchos y para la cartera del MINDES, más todavía, porque hay profesionales que están listas para apoyar a las verdaderas mujeres, a aquellas que diariamente se esfuerzan por sacar a sus familias adelante, no aquellas que se las pasan de zánganas chupándole la sangre al pueblo a través de los subsidios de ONG´s, que lo único que hacen es promover sus intereses. Saben a quienes me refiero, no se ofendan las verdaderas profesionales promujer. Renuncie señora Aída del Carmen Jesús Consuelo García-Naranjo Morales y se ganará el respeto y una conciencia limpia por hacer lo correcto.