Cuando faltan algunas horas para el siguiente lanzamiento de otra misión Soyuz, que debe poner en órbita seis satélites de telecomunicaciones de la empresa de telefonía celular "Globalstar", en algunos círculos científicos todavía existen dudas sobre si los rusos continuarán o no con la cuenta regresiva.

El lanzamiento, planeado desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, es cuestionado debido a los últimos problemas que han tenido las misiones rusas al espacio.

En agosto falló una misión de reabastecimiento a la EEI, en febrero un cohete Rokot no funcionó como se esperaba, en diciembre pasado un cohete Protón cayó al oceano y hace unas semanas la sonda Phobos-Grunt, que debía traer a la Tierra muestras de una de las lunas de marte, no pudo salir de la órbita terrestre y probablemente caiga a tierra en los próximos días.

La única misión rusa totalmente exitosa de los últimos días ha sido la número 30, que también partió de Baikonur, y que dejó el viernes pasado -felizmente a salvo -a los tres nuevos tripulantes de la Estación Espacial Internacional.

Pero la racha de problemas para la industria espacial rusa, continúa. Y es que a fines de la semana pasada el cohete Soyuz 2 que partió del cosmódromo de Plesetsk llevando el satélite de comunicaciones "Meridian", perdió el control y se estrelló a los siete minutos de haber sido lanzado.

Entre la basura espacial y los lanzamientos fallidos esta podría ser una imagen cada vez más

Si bien en ese momento sólo se sabía que el cohete se había estrellado "en algún luga de Siberia", poco después las agencias de todo el mundo reportaban un hecho sorprendente: uno de sus fragmentos, de 50 centímetros de diámetro, impactó en el techo de una casa ubicada en el pueblo de Vagaitsevo, en Siberia central es nada menos que un vivienda ubicada en la "Calle de los cosmonautas".

No hay en esa localidad nada ligado a la industria espacial rusa, salvo el nombre de la calle (un nombre común en los pueblos de esta región de Rusia). El propietario de la casa, Andrei Krivoruchenko, estaba con su esposa en la planta baja cuando sintieron un gran estruendo en el techo. Al subir, vieron un gran hueco y los restos del satélite.

Afortunadamente no hubo heridos y los niveles de radiación, según las autoridades, son normales. Agentes del programa espacial ruso analizan la casa para pagarle al señor Krivoruchenko los daños provocados por el desgraciado satélite. Según se informó se cree que falló la tercera fase del cohete Soyuz 2, haciendo que toda la nave perdiera el control y se terminara estrellando.

"Esta área de la industria espacial está en crisis" dijo el director de la Agencia Espacial Rusa, Roscosmos, Vladimir Popovin. "Ahora podemos decir que el problema está en la ingeniería, aunque se necesita mayor análisis para saber con seguridad que salió mal".

Mientras la investigación de todos estos incidentes continúa, muchos se preguntan qué decidirá Rusia sobre la misión Soyuz de este 28 de diciembre. Si deciden lanzarla y resulta otro fiasco, el programa espacial ruso podría enfrentar la peor crisis de su historia.

Enlaces relacionados

Informe del Dailymail sobre el fragmento (en inglés)

Nota de AFP sobre el fragmento (en castellano)

Artículo de la BBC sobre la crisis espacial rusa

Información de la BBC, AFP y Dailymail.co.uk. Versión, edición y traducción de Sophimanía