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¿Quién quiere hacer periodismo?

Publicado: 2011-12-26

En su más reciente columna de opinión, escrita para el diario La República, la periodista Rosa María Palacios comenta detalles sobre su salida de América Televisión, y la de algunos colegas suyos del mismo canal así como también de Canal N, El Comercio y Perú.21.

Palacios hace una revisión de las verdaderas razones, por las cuales tanto ella misma, como más recientemente, Laura Puertas, entre demás columnistas, redactores, reporterores, etc. fueron despedidos. Para la periodista, las razones van más allá de lo político o lo personal, la razón es una sola, los miembros del Directorio del grupo de El Comercio y de América TV no quieren hacer periodismo.

Según la conductora de Tribuna Abierta, para los intereses de la directiva del grupo El Comercio valen más las notas triviales y de entretenimiento que la producción periodística, la cual podría traer consigo polémicas o situaciones incómodas.

A continuación, la columna de Rosa María Palacios según como fue publicada en La República:

Laura Puertas, Raúl Tola, Hugo Coya, Josefina Townsend, yo, Patricia Montero, Fernando Ampuero, Pablo O’Brien, Augusto Álvarez Rodrich y, en el origen, Alejandro Miró Quesada y Bernardo Roca Rey.

Excluyo a otros, lo sé, injustamente, cuyos despidos o renuncias fueron más discretos. Pero están ahí y lo saben mientras esto leen. Columnistas, redactores, reporteros, productores, editores de El Comercio, Perú.21, América TV y Canal N. “Los que se fueron” somos un simpático y alegre grupo de colegas que ya pueden armar una memorable fiesta sin necesidad de invitar a extras.

¿Qué pasó en estos últimos tres años para que el más exitoso (en términos económicos) y creíble grupo mediático se desangrara perdiendo, y buscando perder con gran entusiasmo y constancia, el mayor talento profesional que una empresa periodística había acumulado en una década? A estas alturas, esto ya no es “mi caso” o “tu caso”, el incidente tal, el capricho cual, o la ignorancia o los prejuicios de un par de desavisados directores. Casos como estos terminan estudiándose en las más prestigiosas escuelas de negocios. Nadie mata, con paciencia y dedicación, a su gallina de los huevos de oro.

¿Qué pasó? Siendo yo parte de la historia, me lo han preguntado muchas veces. No encontré al principio explicaciones del todo racionales. Tal vez mi búsqueda perdió tiempo por andar haciendo las preguntas equivocadas. Lo primero: esto no pasó. Está pasando.

Mi conclusión es simple. Los miembros del Directorio del grupo El Comercio y de América TV no quieren hacer periodismo. Punto. El sector de la familia Miró Quesada que desplazó a los primos, Alejo y Bernardo, no está interesado en lo que fue el tradicional corazón del negocio familiar. Hacer periodismo es un negocio mal pagado, pesadísimo, generador de broncas con todo el mundo, desde políticos, gobiernos, empresas y, por supuesto, parientes, amigos y hasta vecinos que reclaman y reclamarán siempre. Puedes perder tu empresa, tu familia y hasta tu vida. Puedes acabar preso, golpeado, deportado o autoexiliado. ¿Quién quiere esa vida? Lo que padecieron los abuelos, ¿por qué buscárselo uno?

Se puede hacer mucho dinero en publicidad utilizando las mismas plataformas de TV o prensa escrita solo, o casi solo, con entretenimiento y notas triviales o muy breves sobre el diario acontecer. Si es así, ¿para qué complicarte la vida con opiniones polémicas, debates de ideas, destapes de corrupción o denuncias? ¿Para qué hacerte la vida miserable si la puedes pasar muy bien en el mundo del “info-entretenimiento” que, dicho sea de paso, le “encanta al público”?

No dudo de que en algunos directores hay también pequeñas mezquindades, rencillas pasadas, hipocresías familiares y favoritismos políticos descarados. Pero ese no es, finalmente, el tema de fondo. El asunto es ¿para qué hacer periodismo? ¿Para qué contratar talento periodísticos que se rija solo por Principios Rectores (ese valioso código de ética interno que le legó Alejo Miró Quesada al periodismo del futuro) si esa “independencia” que la empresa garantiza a cada periodista solo trae “problemas”?

Nosotros hemos sido, tan solo, las primeras víctimas del periodismo sin periodismo. En el mundo frívolo de la “cultura del espectáculo”, como la llama Mario Vargas Llosa, vendrán más.


Escrito por

La mula

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