Diario El Tiempo – Piura. 

La quema de muñecos a fin de año para recibir el año nuevo, es parte de la tradición que año a año se renueva, con distintas caras y vestimenta,de los principales personajes,  locales o nacionales, de  diversos ámbitos a  quienes los piuranos deciden “quemar” por sus desafortunadas acciones en el año que se acaba.

Muchos de nosotros hemos ayudado o diseñado nuestro propio muñeco de fin de año o “San Paulino”, juntamos la paja, recolectamos la ropa que ya nadie usa para vestir a ese muñeco que representa lo malo que nos pasó durante el año y que por ello, debe desaparecer.

Pero así como la tradición indica que la familia se reúne para esta tradicional actividad y todos los integrantes participan de la recolección de trajes y paja que más adelante son mezclados con cohetones y otros detonantes, hay quienes se dedican a facilitarnos la tarea y vendernos un muñeco ya hecho.

De eso se encarga la familia Ayala, en Quinta Julia, quienes llevan varios años vendiendo tanto en las calles de Piura como en el mercado estos muñecos, con características parecidas a los personajes que cayeron mal durante el año que finaliza.

Este año y pese a no seguir en el poder, Alan García es uno de los muñecos preferidos por la gente, igual que Hugo Chávez y ahora Rosario Ponce, la “Roba cable” Celia Anicama, el “Come Oro” Amado Romero, Omar Chehade, entre otros. Estos muñecos se confeccionan con varios días de anticipación y desde el 20 de noviembre son distribuidos en las calles de Piura, como en la cuadra 6 de la calle Apurímac y la cuadra 11 de la avenida Loreto, donde se venden como “pan caliente”.

Sin embargo, pese a la humareda que se genera o los riesgos de posibles accidentes al quemar estos muñecos, la tradición se mantiene de generación en generación y esperemos que quienes realicen esta actividad lo hagan de manera responsable.

Cabezas de muñecos

Otro negocio redondo son las cabezas de muñecos que pueden costar desde 1,50 nuevos soles la unidad, hasta 5,00 nuevos soles, muchas de las cuales tienen la apariencia y gestos no solo de personajes familiares sino de hermanos, amigos, vecinos, etcétera de quien los hace.

Este es el caso del aficionado al arte, Carlos Calles, quien desde hace más de cinco años se dedica a la elaboración de estas cabezas, que son retocadas con laca y esmalte. “Son las caras de mis vecinos y amigos o de mi familia y las pongo aquí, también hay las que la gente pide como Rómulo León”, señala.

Él asegura que empieza su labor desde los primeros días de noviembre, logrando producir aproximadamente mil cabezas de muñecos, que vende a diario en el sector “Vereda Alta”, del mercado modelo. 

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