#ElPerúQueQueremos

Todas las versiones del liberalismo

Publicado: 2012-01-06

Algunos liberales criollos se asumen los sumos pontífices del liberalismo y hasta se mofan de sus compañeros de doctrina. Bien, el mundo ha girado entre los tontos útiles del plan de Gobierno primigenio de Humala y los que alientan la Hoja de Ruta.

Son dos tipos de liberales en camino. Los que alientan el Plan de Gobierno rojo, lo alientan sin saberlo siquiera, denostando de las posiciones claras de la derecha, precisamente de esa derecha liberal que sí habla claro y que no se come el cuento de lo "políticamente correcto" que, en ocasiones, es una pleitesía a la idiotez y al suicidio colectivo.

Bueno, yo sí he leído (y más que bien y a partir de casi una biblioteca enviada por un generoso Huerta de Soto desde España). Tengo casi una colección magnífica de la Escuela Austriaca que he aprovechado. Un obsequio del fabuloso economista español y uno adicional de un amigo liberal que ya no nos acompaña.

He sorbido todas las lecturas liberales, desde la filosofía hasta la economía y la teoría política y soy, desde luego, un liberal que piensa en función de la doctrina política en la que cree y por la que, habitualmente, se la juega. Así que sumos pontífices afuera, me cuento entre los liberales que han leído liberalismo y socialismo, más que de paso. Y como yo, hay una decena, al menos, de liberales jóvenes que no se han desflemado de sus lecturas y pueden debatir con los pontífices del liberalismo a la izquierda.

Bueno, no es el caso palanganear, que ya de por sí la vanidad es una miseria, pero si he de tomar partido, lo tomo por los liberales de hablar claro, por los vigías de la Hoja de Ruta, por los que aún aspiran a que la minería, el libre mercado y el empuje de los informales lleve al Perú a una cumbre insospechada. Soy de los que abominan del chavismo retrogrado y de los que casi, casi y se solidarizan con un MRTA que, por casualidad, asumen que no existe y no es terrorista. Soy, también, de los que, sin ser fujimorista, temió lo peor con el triunfo de Humala y de los que creen que los derechos humanos son una conquista liberal y no un instrumento para la parcialidad.

Soy, digo, de los que llaman a una mayor libertad económica; de los que odian a los tibios y a los que se agazapan; de los que asumen con claridad que en alguna medida, los azuzadores de izquierda hacen su agosto en los conflictos, gracias a la pasividad e inocencia de un liberalismo ramplón que, en su ingenuidad, poco hace por el liberalismo y sí, mucho, por la izquierda zorra.

Ojalá fuera que todos coincidiéramos en esa concepción del liberalismo, una cuyo método es la claridad y la contundencia del pensamiento, nunca la tibieza, la doblez y la inocencia concesiva. Mientras las inquinas dominen la escena, sólo habrá un menjunje tratando de tomar forma. La tragedia del liberalismo ha sido la confusión, la confrontación intestina y las indefiniciones políticas, campos propicios para la disensión.

PS. Sólo por si algún obtuso lo creyera, no me he sentido aludido por lo de DBA. Bueno, de bruto no tengo nada (excusen la franqueza). Aunque debo confesar que sí lo tengo de "achorado"...y a mucha honra.


Escrito por

El fantasma

Justiciero y franco.


Publicado en

El fantasma de la Opera

Pensando en voz alta