Los organizadores no pudieron estar más satisfechos con la concurrencia que abarrotó la inauguración de la primera Bienal de Fotografía de Lima: curiosos periodistas perseguían a las personalidades del mundo del arte mientras una furtiva Susana Baca, a quien no se veía desde que dejó el Ministerio de Cultura, saludaba a una emocionada Susana Villarán.

Según Gustavo Buntinx, curador oficial del evento, la Bienal es fruto de un trabajo que articula Estado, mercado y la sociedad civil en torno a un mismo objetivo: la redefinición del centro histórico de Lima en función del patrimonio y la cultura. Muestra de ello es la renovación de la casa Rímac, que fuera sede de las bienales internacionales de Lima realizadas durante la gestión del desaparecido ex alcalde de Lima, Alberto Andrade. Actualmente aquí se exhibe la muestra 'No se puede mirar', de la fotógrafa Vera Lentz.

En una de las salas de exhibición nos encontramos con la reconocida fotógrafa Ana Cecilia Gonzáles-Vigil, quien manifestó emocionada que 'Lima está de fiesta'. Para ella la realización de este evento podría marcar el inicio de una nueva época para la fotografía en el Perú, que no solo se manifiesta en los grandes esfuerzos por realizarlo sino por la gran acogida del público. "Muchos se han quedado en la puerta la convocatoria, ha sido increíble (...) nunca se ha hecho un evento de fotografía tan grande en el Perú", agregó.

La presencia internacional estuvo marcada por España, el país invitado de la Bienal, en cuya representación asistió el embajador de España en Lima, Juan Carlos Sánchez Alonso. Además, asistió al evento el ministro de cultura de Paraguay, Ticio Escobar, para observar el resultado de este trabajo conjunto en colaboración con el Centro de la Imagen, la Municipalidad de Lima y el Centro Cultural de España.

No hay excusa para dejar de visitar la Bienal de Fotografía, que se prolongará por los próximos  cuatro meses en distintas sedes de la capital.