Diario EL TIEMPO – Piura. 

El martes 27 de marzo será recordado en adelante, como el día en el que un paro de pescadores y maricultores de Sechura contra un proyecto gasífero de la empresa Savia,  se convirtió en un sangriento enfrentamiento entre  policías y manifestantes, con el saldo de un  sechurano muerto y37 heridos, entre ellos quince policías golpeados y trece civiles heridos de bala.

Después del incendio y saqueo de la comisaría, llegar a Sechura es como entrar en una ciudad fantasma. Todos los colegios suspendieron las clases, los bancos y comercios cerraron. En el segundo día de paro indefinido del Frente de Defensa de la Bahía de Sechura contra el proyecto gasífero de Savia Perú, la ausencia total de policías y el rumor de saqueos, es solo una más de las tantas novedades, que obligaron a los sechuranos a refugiarse, a no salir a la calle, especialmente las cercanas a la salida a La Unión. Es martes, pero las calles están desiertas. En lugar de la entrada y salida de buses, camionetas y mototaxis por la avenida Bayóvar, uno encuentra al mediodía montículos de piedras, vidrio molido, aroma de gases lacrimógenos, humo de llantas quemadas, miradas desconfiadas en las ventanas.

Desapercibido, ignorado por los grupos de manifestantes que van y vienen del puente Sechura distante a solo 200 metros y bloqueado con ayuda de un enorme cono metálico, está el taller El Gato. Al pie del cartel de local automotriz continúa estacionado el automóvil azul que esta mañana era reparado por Cristian Alvarado Frías (24) y su papá Humberto Alvarado Paredes (70), propietario del taller. Debían ser las 9:00 a.m. cuando el joven dejó de soldar el radiador, avanzó a tres metros del taller. Y allí  “vino un policía y me mató a mi hijo”, dice ahora el mecánico en el Centro de Salud de Sechura, cuando solo espera la necropsia y una autorización fiscal para llevarse el cuerpo de Cristian. Todos sus hijos e hijas son profesionales, dice don Humberto, aunque después de perder a su hijo alcanzado por una bala policial, ya no sabe si otro de sus hijos, que paradójicamente es oficial de Policía en Lima, vaya a continuar en la institución. “Acabo de avisarle y me ha dicho que hay que mantener la calma”.

Gases

Horas antes, a las 7:00 a.m., en el intento de evitar el bloqueo del puente Sechura, efectivos antimotines estuvieron escoltando a algunos vehículos para que crucen el viaducto, pero lanzaron bombas lacrimógenas, cuando los manifestantes apedrearon vehículos e intentaron bajar a los pasajeros de un ómnibus.

La tensión fue en aumento cuando efectivos de la comisaría local, con ayuda de refuerzos policiales, detuvieron a cuatro dirigentes a quienes trasladaron al local policial. Allí estaba el comisario de Sechura, César Castro Peña, cuando acompañado de algunos custodios del orden, se encaminó nuevamente hacia el puente con el fin de disuadir a los manifestantes, para que desbloqueen la vía. Sin embargo, la turba enardecida por el rumor de que la Policía intentaría dispararles para poner fin a la marcha, retuvieron al oficial, golpeándolo salvajemente, hasta hacerlo sangrar. “El comandante y el suboficial Gilberto Alvarado Flores, tienen heridas graves. A las 8:00 p.m. han sido llevados de urgencia a Lima en un vuelo comercial”, dijo horas después una fuente de la Diterpol.

Balas

Los subordinados del comandante habrían iniciado los disparos, con el fin de lograr su liberación. Uno de los proyectiles, al parecer de fusil por la forma de los orificios de entrada y salida, alcanzó al hijo del mecánico, aunque no estaba participando de la marcha. Aunque algunos medios locales y nacionales dieron por muerto también a Louis Brayjaim Jairo Bances (19), herido de bala en el cuello, EL TIEMPO confirmó que se encontraba en Cuidados Intensivos del hospital Cayetano Heredia.

Frank Chumán Fuentes, vecino de Los Polvorines, llegaba a trabajar en una asociación de maricultores. Bajó del ómnibus, ya había cruzado el puente, caminando como lo hicieron ayer todos quienes entraron y salieron de Sechura, pero al escuchar los disparos se detuvo a mirar. De repente sintió un dolor entre el pecho y el abdomen. Se tocó y su mano se le manchó de sangre. Tenía una bala alojada en la costilla. Se la extrajeron en el centro de salud. Treinta y siete heridos, trece de bala, golpeados o por inhalación de gases fue el saldo de la protesta, según Defensoría.

Robo de armas

El paro, que el Frente de Defensa de la bahía de Sechura esperaba sea pacífico, continuó desbordándose, cuando se confirmó la muerte de Cristian. Unas 500 personas, que ocupaban dos cuadras de la calle Sucre, apedrearon e incendiaron la comisaría ubicada en el inmueble de dos pisos número 271. Tres horas después del vandalismo, hay un televisor y una computadora destrozada. En la oficina del comisario y en la administración, los curiosos se tropiezan con el plástico diluido de lo que hasta hoy (ayer) fue el teléfono de la comisaría.         Al pie de casi todas las paredes, hay escombros, las denuncias, manifestaciones y muchos otros documentos o están quemados o se deshacen en el agua con que fue apagado el incendio. Todas las armas que quedaron, cuatro fusiles, diez pistolas y abundante munición, fueron robadas. A dos cuadras del local policial, como pruebas chamuscadas de la irracionalidad, están apiladas las tres motocicletas de la comisaría que fueron incendiadas. Una cuarta moto fue robada y escondida, dijo una fuente policial. Ni los propios vecinos sabían si los detenidos escaparon antes del vandalismo o fueron liberados por la turba.

SAVIA CONDENA VIOLENCIA

La empresa Savia Perú, responsable de desarrollar el proyecto de gas natural seco  Punta Lagunas, rechazó y condenó los actos de violencia en Sechura, e invocó a que se mantenga el orden público para la tranquilidad y seguridad.

En un comunicado, ratificó su compromiso de promover el diálogo abierto y transparente con las autoridades y comunidad.

“Savia Perú rechaza y condena los actos de violencia que se vienen suscitando alrededor del paro que realiza el Frente de Defensa de la Bahía de Sechura, que tiene como saldo el deplorable fallecimiento de un poblador”, señala el escueto comunicado.

La empresa hizo un llamado a las autoridades correspondientes, a mantener el orden público para la tranquilidad y seguridad del pueblo sechurano.  Finalmente, Savia Perú ratificó “su compromiso de promover el diálogo abierto y transparente con las autoridades y comunidad”. 

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