El idealismo progre
Tanto el marxismo como el psicoanálisis alimentaron el esnobismo intelectual durante todo el siglo XX. Se trata de teorías que pertenecen a épocas pre científicas de sus respectivos campos, pero que provocaron gran repercusión social debido a sus liberadoras tesis y a sus pretensiosas propuestas. Eran liberadoras porque ambas ubicaban las causas de todas las desgracias humanas fuera de uno mismo. El marxismo lo ubicaba en la estructura social y económica, mientras que el psicoanálisis lo refundía en un lugar ignoto llamado inconsciente. De este modo, el hombre aparecía simplemente como víctima de causas extrañas y ajenas a su propia voluntad.
Pero si las explicaciones resultaban liberadoras, las propuestas eran todavía más exóticas. Inspirado en la revolución francesa (y en especial la de 1848) Marx propuso que la violencia era el camino para tomar el poder y cambiar esas estructuras que esclavizaban al hombre. Por su parte Freud planteó que la catarsis liberaba las culpas al llevar al plano consciente esas causas ocultas. Ambas teorías se diversificaron y encontraron asidero en muchas sociedades, formando parte de las principales aventuras de la humanidad a lo largo del siglo XX. Al final, quedó demostrado que ambas eran teorías equivocadas. Tanto desde la perspectiva teórica científica como desde la prueba de los hechos reales, ambas teorías resultaron falsas y hoy reposan en el basurero de la historia. También desde el plano de la filosofía, el existencialismo se encargó de eliminar esa visión mecánica y fatalista del ser humano, otorgándole al hombre un papel protagónico en la construcción de su propio destino. La filosofía de la ciencia también le otorgó prevalencia al hombre libre y a la libertad, como condición principal del progreso.
En añadidura, no fueron pocos los que mezclaron marxismo y psicoanálisis creando un sancochado atroz. Delirantes como Wilhelm Reich plantearon la "revolución sexual" como un camino para revertir la moral burguesa, lo que significaba, entre otras prácticas, sexo libre, incluyendo apertura a la la homosexualidad en todas sus formas. Todo eso eliminaría la necesidad de burdeles, que eran, según él, una muestra de la hipocresía de la moral del capitalismo, que ya para entonces se consideraba como caduca y decadente, próxima al exterminio. Todo eso ha quedado en el anecdotario de la historia de la humanidad. O debería estar allí.
Sin embargo, como no es raro entre los seres humanos, siempre quedan pequeños núcleos de seguidores fanáticos tratando de salvar la fe y su creencia. Tenemos representantes de tales escuelas gesticulando ante un desorientado y poco avisado auditorio, que siempre cae rendido ante las poses de intelectuales que hablan un lenguaje enredado. Uno de ellos es nuestro amable y simpático amigo Jorge Bruce, quizá el escritor más bonito (como dijo García Márquez de Bryce) de nuestro medio, siempre correcto, elegante, a favor de todas las causas nobles y azote de la discriminación. Jorge Bruce es autor de un ya clásico artículo que condena el golpe de Fujimori y a todos los peruanos (83%) que lo apoyamos. Este artículo nos servirá para analizar y demostrar el clásico idealismo progre de nuestra clase caviar.
Jorge Bruce empieza su dulce razonar declarando -para variar- que nuestra sociedad es "desigual e injusta". Tópico fundamental e irresistible de la cucufatería caviar y de la beatería progresista. Me gustaría preguntarle a Jorgito: ¿Hay algo en este mundo que no sea desigual? Quisiera que nos señale dónde ha visto una sociedad que no sea "desigual" o tan siquiera una familia, o quizá un bosque o una ciudad, lo que sea. ¿Tal vez en el Cosmos verá alguna igualdad? Ya no hablemos de la "injusticia", porque vaya uno a saber lo que cabe en su cerebro por "justicia". ¿Será justo que Jorge Bruce esté escribiendo en tantos medios barbaridades benditas? El caso es que a todos estos progres les encanta delirar con el tema de la "desigualdad y la injusticia". Y es que hay muchos bobos que caen rendidos ante esa clase de discursos.
Los progres no pertecen a este mundo. Debieron nacer en el cielo. Aunque tampoco en el cielo hay igualdad, hasta donde tengo entendido, pues existen ángeles y arcángeles. Y no sé si a Jorgito Bruce le parecerá "justo" que exista además un Dios omnipotente, con superpoderes. Quizá en busca de justicia celestial Jorgito acabe preguntándose ¿por qué solo Él? Todo esto, en realidad, no es más que un problema mental. Un problema que afecta a todos los progres, pues nunca aprendieron a superar sus fantasías infantiles, jamás aprendieron a vivir en un mundo real y a aceptar al mundo como es: con sus grandezas y miserias. Viven traumados en un mundo que les disgusta porque hay cosas malas en él, se la pasan quejándose de la realidad que les rodea y los afecta. Se aferran a sus fantasías infantiles tratando de imponer sus fábulas de la infancia como realidad del mundo. Y sufren. Y escriben.
Hablando del golpe de Fujimori nos asegura Jorgito que "por más que se demuestre que no era necesario arrasar las instituciones democráticas...". ¿Perdón? ¿Se puede saber quién ha "demostrado" tal cosa? ¿Y cómo así logró demostrarlo? ¿Retrocedió el tiempo para permitirnos revivir una experiencia diferente en una realidad paralela? ¡No pues! Tal cosa es indemostrable. La realidad social -y con mayor la historia- no están sujetas a pruebas de comprobación. Así que no mienta. La gente sensata que pisa tierra sabe que en el Perú, sin autoridad y decisión firme que se imponga, no se consigue nada. Ni siquiera un tren eléctrico.
Pero la joya mayor de este artículo, joya del delirio progre psicoanalítico, se resume en estas líneas: "Es claro que con un Estado y unas instituciones tan ineficientes como los nuestros, se requiere una convicción democrática muy sólida para resistir a la tentación de someterse a un padre omnipotente que te ofrece salvación o privilegios, según tu ubicación en la pirámide social, a cambio de tu alma". ¿Es un chiste? ¿O sea que debemos aferrarnos a una fantasía en medio del terror y de la muerte antes que intentar una solución desesperada? ¿Olvida que Sendero Luminoso y el MRTA nos acechaban en cada esquina de la capital mientras el Congreso rechazaba las leyes anti terroristas que se le proponía?
¿Para qué se necesita una "convicción democrática muy sólida" cuando tus instituciones democráticas no sirven para nada? ¡Por Dios! ¡Basta de idealismo! ¿No sería mejor refundar esas instituciones a las que llama "tan ineficientes" en un momento tan álgido de peligro inminente? ¿O es mejor vivir soñando en la fantasía de la democracia mientras todo se derrumba a nuestro rededor? Sin duda existe esta clase de predicadores del amor, la paz y la unión entre todos los seres humanos, que prefieren aferrarse a una "convicción muy sólida" soñando con los ideales de la democracia antes de intentar cambiar la realidad nefasta que les rodea, donde la democracia no es más que una fachada de cartón y un discurso cautivador. En todo caso no se puede culpar a quien piensa distinto y prefiere el realismo efectivo y las soluciones concretas antes que la esperanza ensoñadora.