Chile prohíbe comida chatarra en los colegios
El Gobierno chileno se ha propuesto inculcar hábitos de vida saludables a sus ciudadanos con una nueva ley que alertará en los envases si tienen alto contenido en grasas, azúcar o sal y además prohibirá la entrada de estos productos en los colegios. Con una creciente incidencia de las enfermedades crónicas no transmisibles, como obesidad, hipertensión y diabetes, las autoridades han decidido combatir los malos hábitos alimenticios mediante una ley considerada pionera en Latinoamérica.
La norma, denominada "de composición nutricional de los alimentos y su publicidad", pero más conocida como ley de comida chatarra o ley "del Súper 8", en alusión a una popular barra de chocolate, está a punto de ser publicada oficialmente tras su aprobación en el Congreso chileno. "Esta ley no tiene un parámetro similar en otro país de América. Es pionera en la región", señaló Roberto del Águila, especialista de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Uno de los principales aspectos de la norma, que según fuentes oficiales probablemente entrará en vigor en noviembre, es la obligación de especificar en los envases los ingredientes y la información nutricional de cada alimento. Además, en caso de que sean altos en azúcar, sal o grasas saturadas, los fabricantes deberán identificarlos como tales en el envase.
La iniciativa, además, establece que la publicidad y venta de alimentos "especialmente destinados a menores de 14 años no podrá efectuarse mediante ganchos comerciales" como regalos, concursos o las populares "cajitas felices" de las cadenas de comida rápida. Además, prohíbe la venta de esos productos altos en grasas, azúcar o sal en los quioscos que funcionan dentro de los colegios, y señala que estas instituciones deben promover la actividad física y el desarrollo de hábitos alimenticios saludables.
"El objetivo es hacer frente a las enfermedades crónicas no transmisibles, que son las más extendidas en la sociedad actual. Entre ellas están la obesidad, la hipertensión, la diabetes, los infartos, los accidentes cardiovasculares y el cáncer", explica Guido Girardi, otro de los impulsores de la norma. "La reducción del consumo de productos con grasas trans, azúcar y sal tendrá un beneficio fundamental en la salud de las personas", subraya Del Águila.
De acuerdo a un informe anual divulgado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile encabeza en Sudamérica la lista de prevalencia de hipertensión, con un 39,7% en hombres y un 27,4% en mujeres. También lidera la prevalencia de hiperglucemia (azúcar en ayunas) en hombres (11,2%), aunque en el caso de las mujeres ocupa el octavo lugar, con un 8,5%. Además, es el segundo país de Sudamérica con más mujeres obesas (33,6 %) y el segundo en hombres (24,5 %).
Entre los niños de 6 años, la prevalencia de obesidad es del 23%, "una de las más altas del mundo", destaca el senador Girardi, que agrega que de ellos, la mitad son prediabéticos, un tercio tiene colesterol alto y un 10% sufre hipertensión. Estas cifras muestran un vuelco en la realidad socioeconómica de un país que en cuatro décadas ha pasado de estar preocupado por la desnutrición a combatir la obesidad, admitió Lorena Rodríguez, de la Corporación para la Nutrición Infantil (Conin).
“La Conin nació al alero de un programa para combatir la desnutrición hace más de treinta años. Hoy día la desnutrición es un tema superado en Chile. Está bajo el 0,3 %”, afirmó. Para establecer los criterios técnicos que regirán el etiquetado de alimentos, el Ministerio de Salud encargó un informe al Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile.
Esta organismo analizó 440 productos envasados y propuso algunos límites basados en recomendaciones de la OMS y de la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Según el estudio, se registran altos niveles de calorías y grasas saturadas en chocolates, cereales, hamburguesas, mayonesas, patés, margarinas y algunos quesos.
Todos estos productos son parte importante de la dieta habitual de los chilenos, que son quienes en última instancia deberán dar un giro radical en sus hábitos alimenticios.
Información de EFE. Resumen y edición de Sophimanía