Lima. A pocos días de dejar la mesa directiva del Congreso, el primer vicepresidente del parlamento y representante de la región Tumbes, Manuel Merino De Lama, realiza pomposas ceremonias  de reconocimiento a integrantes de la política, arte, cultura, deporte, periodismo y la sociedad civil, por su contribución con el desarrollo de la ciudad fronteriza.

Ello no tendría nada fuera de lo común, si dentro los pobladores más destacados a los que le impusieron medalla y entregaron diplomas, estuvieran autoridades, cuya contribución al desarrollo de su localidad, se encuentra empañada por tener en curso procesos judiciales por ejecutar obras “fantasmas” y  sobrevaloradas, como el caso de José Luis Cornejo Feijoo, alcalde del distrito de San Jacinto y Rodrigo Merino Astudillo, burgomaestre del distrito de Casitas, en Tumbes.

Además se premió a diversas personas, que en algunos casos,  más que tener una impecable trayectoria, ostentan una gran amistad con Merino.

El reconocimiento se realizó el 18 de julio, en la sala Raúl Porras Barrenechea del Congreso de la República. En aquella oportunidad, Merino y el tercer vicepresidente del Congreso Michael Urtecho Medina, condecoraron a 50 personas destacadas de Lima, Trujillo y Tumbes.

Sin embargo la ceremonia de reconocimiento en el Congreso fue insuficiente para Merino, por lo que el legislador  se trasladó hasta Tumbes, para realizar una segunda ceremonia de entrega de medallas  a autoridades locales, destacando el homenaje póstumo al ex constituyente del año  1979 Arturo Moretti Ricardi.

La oficina de prensa del Congreso, remitió un equipo de prensa hasta la ciudad para cubrir el evento.

Cabe hacernos la pregunta del costo que demanda cada una de las ceremonias y el perfil  de cada condecorado, para ser denominado un ejemplo para el desarrollo local y ostentar diplomas y medallas con el sello del Congreso de la República.