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El señor de la noche asciende

Publicado: 2012-07-28

“La diferencia más inmediata y más poderosa es obviamente el retrato tanto de Batman como de Bruce Wayne, el hombre detrás de la máscara. Retratado por años como, ya sea un preocupado bienhecho como un sicópata motivado por la venganza, el personaje presentado aquí hace un puente entre ambas interpretaciones así como las va a ir integrando en una personalidad mucho más compleja y acabada. Toda sutileza en las expresiones o en el lenguaje corporal, sirve para demostrar que este Batman se ha convertido en lo que siempre debió ser: Una leyenda” (Alan Moore, sobre Dark Knight Returns de Frank Miller, 1986)

Hay cosas que no proceso aún de Dark Knight Rises. Ciertamente, es una película donde hay varias cosas que no cuadran en la propia historia y me gustaría pensar que ha habido un intenso trabajo sobre la edición final. Pero no deja de ser una película que te deja sin aliento. La palabra aquí que cuenta es épico.

Y la palabra no es gratuita o no se debe solamente a la cantidad de recursos metatextuales a los que hecha mano Christopher Nolan y que satisface al fan de los comic de superhéroes. La pericia de Nolan está en entregar al espectador una película que funciona tanto al fanático como al espectador medio. Su interés no es mostrate al superhéroe versus el supervillano. La intención es contarte el viaje del héroe, tantas veces contada y casi siempre de manera sobrecogedora. “El héroe inicia su aventura desde el mundo de todos los días hacia una región de prodigios sobrenaturales, se enfrenta con fuerzas fabulosas y gana una victoria decisiva; el héroe regresa de su misteriosa aventura con la fuerza de otorgar dones a sus hermanos”, escribía Joseph Cambpell.

En la primera entrega, Batman Begins, el millonario Bruce Wayne que lo ha perdido todo, viaja por el mundo buscando una manera de vengar el asesinato de sus padres. Eso lo sabemos todos. Lo hemos leído en los comics. Aquí, sin embargo, Wayne se encuentra con un mentor que le va a enseñar que mucho más importante que la venganza es la invención de una leyenda. “Ser más que un hombre”, le dice Ducard/Ra’s Al Ghul. Wayne decide asumir el manto del murciélago, convertirse en Batman para así poder infundir miedo en los criminales. Batman triunfa en su primera entrega y da el primer paso hacia el mito. Es visto por los ojos de los hombres como una figura de esperanza.

Ahora, Nolan nos entrega la última historia de Batman/Wayne, que fue derrotado como símbolo en su anterior aventura. El Joker se ubica más allá del bien y del mal; es un agente del caos, un trickster que lo envuelve y hace que la ballena lo trague. “El héroe en vez de conquistar o conciliar la fuerza del umbral es tragado por lo desconocido y

parecería que hubiera muerto (…) Los diablos, tanto los estúpidos lujuriosos como los engañadores astutos y avisados, son siempre payasos”, continúa Campbell.

Esta es la premisa que encontramos en The Dark Knight Rises. Bruce/Batman está viviendo un autoexilio de ocho años. En su último aventura, el Joker apareció como una fuerza elemental que todo lo corrompía a su paso: a las mafias criminales, a la policía, a la prensa, a la opinión pública. El objetivo del Joker es poner a prueba la única regla que tiene Batman en su lucha contra el mal. Asesina a Rachel Dowes, amor de Batman/Bruce. Destruye la cordura del fiscal Harvey Dent. A pesar de todo, Batman resiste y aún con todo su poder (otra de las tentaciones del Joker), no lo asesina. “Eres incorruptible”, dice el Joker. Pero el adversario tiene una carta final guardada y gana la partida. Batman gana el duelo, pero para hacerlo, debe destruir el símbolo. Batman debe aceptar los crímenes de los demás para que la esperanza no se pierda.

Pero, nada es fácil. Bruce/Batman nuevamente se pone la máscara y el traje de murciélago para enfrentarse a Bane. Ha pasado ya mucho tiempo, los músculos y la pericia de detective se han adormecido. Nuevamente vemos el despliegue tecnológico. Y fracasa. Quizá porque Batman es algo más que un ejercicio mecánico. “Peleas como un joven”, le dice Bane a Bruce/Batman. Y lo derrota física y moralmente. El murciélago es quebrado. Y, justamente, para cerrar la trilogía, ya no es Bruce el que debe ascender, sino Batman. Es la leyenda la que debe derrotar al mal y devolverle la esperanza a sus conciudadanos. Así, la última tarea de Bruce no es tanto vencer al villano de turno, sino terminar lo que comenzó en Batman Begins. Aunque le cueste la vida.

“No vas a ir al cielo o al infierno. ¿Sabes cuál es el único premio por ser Batman? Que vuelves a nacer como Batman”, le dice una fantasmal Martha Wayne a su hijo Bruce en Whatever happened to the caped crusader, de Neil Gaiman. La leyenda prevalece.

El logro de Nolan sobre su trilogía no es tanto la adaptación de un comic que tiene más de 70 años y que ha sido trabajado tantas y tantas veces por tantos y tantos escritores y dibujantes. El logro de Nolan es haber podido trascender y tocar las fibras sensibles de una historia que hemos escuchado miles de veces, que se ha contado otras tantas alrededor de fogatas durante milenios. La leyenda. La gesta del héroe.

Bruce Wayne ha muerto. Batman ha ascendido.


Escrito por

elmorsa

Murra hablaba de Control Vertical, cuando un grupo étnico tenía \"islas\" en varios lados, para que este pueda tener recursos (alimentos, materia prima) de varios lados. La idea de este mula-blog es lo mismo. Más o menos. Es un pedazo de Elmorsa en Lamula. Ya


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Se llama Control Vertical de Pisos Ecológicos