Cómo joden …
Ximena Sierralta*
Hoy amanecí reclamona. Tanto que ni ganas tengo de seguir escribiendo mi bestiario de las mamacitas. Imagino que las mamás perfectas no tienen estos momentos y despiertan todos los días plenas de amor, felicidad, gratitud y paz interior.
A continuación una lista desordenada de varias cosas que me ponen de mal humor de todo este maravilloso mundo de la maternidad:
- ¿Por qué todos nos juzgan todo el tiempo? Si decides parir en clínica eres poco natural, si quieres parir en casa eres una inconciente. Si quieres dar teta más de un año y medio tu hijo va a ser un enfermo sexual, si no diste teta no te unirá ningún maravilloso lazo con tu hijo. Si trabajas te estás perdiendo los mejores años de tus hijos, si no trabajas no te preocupas por tu desarrollo personal. Si te casas eres una anticuada, si crías a tu hijo sola estás privándolo de la figura paterna. Si quieres tener hijos y al mismo tiempo vida propia, "qué bárbara, ni se preocupa de sus hijos". Si te vuelves madre abnegada "qué aburrida, sólo habla de hijos". Y así ad infinitum. Cómo joden …
- ¿Todas se sienten culpables o sólo yo? Cosas que para otros parecen tontas como salir a tomar un café después del trabajo me hacen sentir culpable porque siento que estoy robando tiempo que debería estar con mi hijo. No sé si a otras mamás les pasa pero a veces es un enorme reto encontrar el punto medio entre la mamá mártir y la mala madre.
- Odio que las presentaciones de libros y eventos interesantes empiecen a las 8 pm. Esa es la hora de hacer dormir a mi hijo, de su rutina conmigo. No quiero dejarlo pero me da rabia perderme todo lo que pasa a esa hora.
- No creas que no me he dado cuenta de tu miradita condescendiente. Sí, esa que pones cuando hablo de hijos o esa que pones cuando ves a una mamá con barriga. Como si ser mamá me convirtiera en la Virgen María, en una inimputable o como si una no pudiera ser mamá y al mismo tiempo mantener intereses "no maternales".
- No crean que no me he dado cuenta que algunas de nosotras en algunos entornos o en algún momento tenemos que prácticamente esconder el hecho que tenemos hijos. Llamar a casa desde el trabajo hablando bajito para que no vean que "otra vez" estamos llamando a casa para ver cómo va el hijo enfermo. Hacer mil malabares para buscar con quién dejar al crío para asistir a alguna reunión importante fuera de horas de trabajo. No hablar mucho del hijo para que no crean que una es "de esas mamás"…
- Y tampoco crean que no me he dado cuenta que porque escribo en un blog de maternidad (o tal vez solo por ser mamá) algunas personas ya me pusieron el sello de "mujer con hijos", un estereotipo que describe a seres super melosos que cargan 200 fotos del hijo para enseñarlas a quien quiera y a quien no y que no pueden hablar de otra cosa que no sean pañales y nanas. Yo no soy así ni quiero ser así (creo que nadie es así) pero la verdad es que no todos van a comprender el nuevo momento que estoy viviendo. Soy mamá, amo a mi hijo y ahora tengo otras actividades, otras obligaciones y otros placeres pero mantengo el interés por la política, la música y el arte. Ser mamá o hablar de maternidad no te vuelve idiota y me gustaría que algunas personas comprendieran eso.
- Me enteré hace poco que para algunas personas Mamacitas es un blog para mamás/papás de clase media/alta, con problemas de clase media/alta y que por ende presenta preocupaciones triviales o poco importantes. Como si todas las que escribiéramos aquí anduviéramos por la vida manejando 4x4s, con una entourage de niñeras e intercambiáramos anécdotas mientras nos limamos las uñas en algún exclusivo country club. Cómo joden… En respuesta empecé a escribir un post titulado "Mamacitas y la lucha de clases" pero me di cuenta que no vale la pena enfrascarme en esas discusiones. No por ahora. Reconozco evidentemente que en una región como América Latina, con enormes brechas de acceso a oportunidades y derechos, la maternidad burguesa es una cachetada a la pobreza. Pero esa es mi (nuestra) realidad. Esa es la realidad de quienes tenemos acceso a servicios básicos, que además tenemos Internet, vivimos en ciudades grandes, ganamos más del sueldo mínimo y hemos tenido la suerte de acceder a estudios secundarios y en muchos casos superiores. ¿Deberíamos problematizar nuestra maternidad desde un punto de vista de clases? Tal vez sí e invito a alguna experta/o a hacerlo. Sé que lo harán mucho mejor que yo.
- Y pasando a temas más mundanos, ¿algún día podré volver a dormir hasta las 10 am?
- Me encanta salir a comer y también me encanta salir con mi bebito. ¿Cuando él tenga qué edad esas dos actividades se podrán armonizar sin sobresaltos, llantos ni montañas de comida en el suelo? ¿5? ¿18?
- Otra cosa que me encanta es leer periódicos sobretodo los domingos. Periódicos completos. El mismo domingo (no el lunes). Ya no puedo …
- Ah y también extraño el (lejano) tiempo en que podía pasar horas tirada en mi cama.
Yo adoro a mi hijo con todo mi corazón pero no por eso debo dejar de reconocer que el ajuste a esta nueva vida no es siempre un mar de rosas. Sé que con el tiempo las cosas empezarán a acomodarse y me sentiré más en control (¿no es cierto mis queridas mamacitas?). Por ahora, disculpen la catarsis pero a veces hay días así y como a mi me dijeron que en Mamacitas yo puedo hablar de lo que nadie habla, pues ahí está.
*Mamacita residente