La justicia rusa pidió tres años de cárcel para el grupo de punk Pussy Riot, acusado de instigar al odio religioso. Las tres jóvenes integrantes de la agrupación, María Aliójina, Yekaterina Samutsévich y Nadia Tolokónnikova fueron detenidas el pasado 21 de febrero tras montar un espectáculo anticlerical en la catedral moscovita de Cristo Redentor, en protesta por el apoyo que la cabeza de la iglesia ortodoxa rusa dio a Putin antes de las elecciones presidenciales.

A pesar del claro tinte político de su actuación, la fiscalía rusa consideró las procesadas incurrieron en el delito de gamberrismo motivado por odio religioso. Según la acusación, la puesta en escena “fue una parodia a los ritos sagrados, lo que, unido al lugar donde realizaron su actuación, demuestra que el objetivo era instigar el odio contra el cristianismo ortodoxo, la principal religión en Rusia”, informó el diario El País.

Mientras tanto, las integrantes del grupo punk, que desde marzo permanecen en prisión preventiva, aseguran que no son enemigas de los creyentes ortodoxos y que lo que desean es que ellos también se pongan del lado de quienes se "oponen al autoritarismo".

Con todo, La petición de tres años de cárcel por parte del fiscal es un progreso comparado con los siete a los que podían haber sido condenadas de acuerdo con la ley rusa. Sin embargo, las posibilidades de librarse de la condena efectiva son mínimas, considerando que la jueza a cargo del caso, Marina Sirova, solo una vez ha dictado un veredicto absolutorio en toda su carrera profesional.

Numerosos políticos y personalidades de la música internacional han manifestado su apoyo al grupo. Asimismo, Las integrantes de Pussy Riot ya han sido declaradas prisioneras de conciencia por Amnesty International.