El coronel EP (r) Jesús Zamudio Aliaga, hombre de confianza de Vladimiro Montesinos, formó parte de los llamados “Gallinazos” que el 22 de abril de 1997 ingresaron a la residencia del embajador de Japón 14 minutos después de terminada la operación de rescate Chavín de Huántar. Los miembros de dicho destacamento pisaron suelo de la residencia cubiertos con pasamontañas, y según algunas versiones, como la del exministro de Defensa Aurelio Loret de Mola, estuvieron en los alrededores de la mansión mientras se desarrolló el operativo, aunque no participaron directamente durante el mismo.

En el año 2002, Zamudio indicó a la revista Caretas, que durante el rescate estuvo encargado de la seguridad en el perímetro de la residencia y que luego acató la orden del general EP José Williams Zapata de “evitar el cruce de fuegos entre la seguridad externa -que ignoraba el momento del ataque- y los operativos”. Sin embargo, una fotografía publicada en el semanario (a la cabeza de esta nota), revelaba que Zamudio también se encontraba en la parte posterior del interior de la casa.

En mayo de ese mismo año, el fiscal Richard Saavedra denunció a Zamudio junto a Vladimiro Montesinos, Nicolás Hermoza Ríos y Roberto Huamán Azcurra, además de los generales EP en retiro Augusto Jaime Patiño y José Williams Zapata, ante el Juzgado Penal Especializado de Lima, por el delito de homicidio calificado en agravio de los integrantes del MRTA. El 11 de junio se abriría el proceso judicial.

La Corte Suprema determinó tiempo después que los integrantes de la operación de rescate fueran juzgados en el fuero militar y el proceso contra Zamudio, Montesinos, Hermoza y Huamán permaneciera en el Poder Judicial. La justicia militar terminaría absolviendo a los comandos por falta de pruebas.

El último capítulo de esta historia se escribió este lunes con la absolución de Montesinos, Hermoza y Huamán pero con el reconocimiento de la sala que hubo ejecución extrajudicial del terrorista Eduardo Cruz Sánchez (a) “Tito”, pero como un hecho aislado de lo que deberá responder Jesús Zamudio, el único de los implicados que aún permanece prófugo.