ya acabó su novela

Escritora peruana Grecia Cáceres. (Foto: CMS).

Entrevista a Grecia Cáceres

Publicado: 2012-11-04

Un coleccionista de objetos de arte precolombino está enamorado platónicamente de una bella joven. Sin embargo, en un momento dado la descubre robándole su preciada colección de antigüedades. Así se desarrolla la trama de La colección (Ediciones Altazor, 2012), la nueva novela de Grecia Cáceres, escritora peruana que radica en París y que se encuentra en Lima por unos días para participar de la Feria del libro Ricardo Palma.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

–¿Cómo surge La colección?

Tenía la idea del personaje, del coleccionista hacía unos años. De repente más tiempo de lo que recuerdo yo misma. Siempre me fascinó la persona que colecciona objetos, que los idolatra. Y al mismo tiempo cada objeto es una especie de arquetipo, porque siempre son objetos que tienen algo que ver entre ellos, no son totalmente disímiles. Y cuando empecé, la idea era hacer una novela con un personaje principal masculino, pues mis tres anteriores novelas mis personajes principales son femeninos, y el personaje masculino está un poco en un segundo plano. En este caso, pensé en el coleccionista y un coleccionista en arte precolombino era para mí una evidencia.

–El tema familiar que está presente en tus libros anteriores, reaparece también en esta novela.

Para mí es lo esencial. Las relaciones familiares son el marco en el que se desarrollan todas mis tramas. Un poco a lo mítico, como las relaciones padres-hijos, hermanos, dos hermanas gemelas. Lo diferente dentro de lo que parece que es lo mismo. Es cierto que en La vida violeta era la relación madre-hija que me interesaba mucho. Acá es una relación de familia más extensa, pero de familia como patrimonio. Y lo que me interesaba mucho también, en relación a lo precolombino, era la relación que uno puede tener con la historia de su país. Y esa historia encarnada en objetos. Y hasta qué punto esos objetos encarnan la historia y si esa historia se escapa y hay que vivirla en la vida real; es lo que le pasa a mi coleccionista. No puedo concebir una novela sin un trasfondo de familia fuerte.

–El tema de los emigrantes también está presente…

Es cierto. Lo que me interesa también mucho es la inmigración. Las familias que emigran y van a otro país y aportan algo a ese país: una dinámica. Siempre hay ese elemento de la familia oriunda y la familia que viene a instalarse. En esta novela está la familia que viene de Europa del  este, en La vida violeta está la familia que viene de Chile. Y en el caso de mi tercera novela que está inédita está la inmigración de la sierra. Pero todo esto lo digo de una forma racional, pero están dentro de mi universo y cuando me pongo a escribir vuelven a aparecer.

­–¿Qué tan difícil fue concebir un personaje masculino protagónico?

Para mí era la gran incógnita, si iba a poder hacer un personaje masculino creíble. Está el personaje del amigo, que es un personaje más clásico, típico; que se mueve por la vida de una forma más cómoda. Y mi personaje que es masculino pero tiene algo de femenino, en el sentido de que no me interesó un personaje masculino lanzado al mundo exterior. Tenía que tener un mundo interior fuerte. Vivir un poco confinado, no tener muchas relaciones en el mundo, ser todavía el hijo de alguien, quizás. Como que tampoco he transformado mi universo de ficción: sigo trabajando con personajes que tienen dificultades para comunicar con el mundo. Pero en este caso es un hombre.

–Uno de los aspectos que me pareció interesante es el manejo que haces de las atmósferas.

Sí, siempre me han dicho que mis novelas son de atmósfera. Y hay gente que le gusta mucho por eso, porque te pone en una especie de clima, de sensaciones. Para mí es importante todo lo que se percibe con los sentidos. No es tan racional, sino que escapa lo racional. Creo que cada vez más estoy tratando de analizar la relación se sensación, sentimiento y el espacio y el tiempo. Y creo que la novela te debe de poner en un mundo de una densidad particular, que haga que percibas cosas del mundo. Y creo que eso quizás venga de la poesía. El trabajo del lenguaje me ocupa mucho.

–Enrique, el protagonista, es un personaje singular, frágil frente al mundo exterior, a quién le cuesta tomas decisiones…

Es cierto, pero es un personaje consciente de sus límites, en el sentido que sabe que tiene dificultades para esto, para aquello, para salir al mundo, para tomar decisiones. Por ejemplo, en su historia de amor, en un primer momento se contenta de una relación completamente platónica. Y hay una cierta fatalidad. Y la vive de una manera muy compleja. Hasta que se dice “por qué no me va a tocar a mí”, por qué no puedo imponer mi voluntad al mundo exterior. Es una cosa muy filosófica de cierta manera.

–Tus libros suelen aparecer primero en francés. ¿Cómo es tu relación con ese idioma?

Hay unas confusiones en torno a lo que he escrito y he ido publicando. Hay gente que piensa que escribo en francés, me lo han dicho varias veces. Lo que sucede es que yo tenía un editor desde el inicio en Francia y cuando terminaba un libro, antes de salir publicado en español, en su lengua original, era traducida y publicada en francés. Es decir, la traducción salía antes de la versión original en español, por el hecho de la distancia. Tenía un editor allá, pero me era complicado tener acá un editor fijo. Esta novela es la primera que sale primero en español.

–Llevas varios años viviendo fuera, pero tus novelas transcurren aquí. ¿Es una manera de mantener un vínculo con el Perú?

Sí, pienso que sí. Cuando me fui del Perú, solamente había publicado poesía y nunca había escrito ni cuentos ni novelas. Mi camino era el de la poesía. Y cuando empecé a vivir en Francia me vino la idea de escribir una novela que es La espera posible, que transcurre en el pueblo de la familia de mi padre. Entonces, esa primera novela instauró esa relación del que está afuera y al que la literatura le sirve para guardar un vínculo, como dices. Para mí es un tema de reflexión el destino del Perú, por qué las cosas son como son, cómo se dan las relaciones entre los hombres y las mujeres. Y Lima se transformó en el continente de mis personajes. Es casi como un personaje para mí.

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La colección se puede encontrar en el stand de Ediciones Altazor, en la Feria del Libro Ricardo Palma.


Escrito por

Carlos M. Sotomayor

Escritor y periodista. Ha escrito en diarios y revistas como Expreso, Correo, Dedo medio, Buen salvaje. Enseña en ISIL.


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