La construcción del proyecto "Zona E1", que pretende unir Jerusalén con la colonia palestina Maale Adumim tiene molestos a los gobiernos de Inglaterra, Estados Unidos y Francia con el gobierno de Israel.

El proyecto había sido vetado por Estados Unidos desde hace 20 años, y de llegar a concretarse, se imposibilitaría la continuidad territorial del futuro Estado palestino debido a que separaría las ciudades de Cisjordania de Ramala y Belén.

El rechazo también nace tras la decisión del gobierno israelí Benjamin Netanyahu de construir 3,000 casas en Cisjordania y Jerusalén.

Al respecto, el ministro de Asuntos Estratégico de Israel, Moshé Yaalon, indicó que  "Israel no puede quedarse de brazos cruzados, mientras los palestinos violan de forma tan grosera los Acuerdos de Oslo acudiendo a la ONU de forma unilateral en lugar de negociar con Israel".

Asimismo, según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, varios países han mostrado su enfado en rechazo a los últimos acuerdos, protestando ante la oficina del primer ministro.

Con información de ElMundo.es