La mensajera divina
No sé ustedes, pero creo que ha llegado el momento de una nueva aparición de Kenji. Con croquis y todo, claro. Como debe ser. Y es que cuando vives en un país como el Perú, donde pasan las cosas que pasan, una figura como Kenji es inevitable. Y hasta necesaria.
Ni siquiera les he mencionado todavía por qué creo urgente su presencia mediática, pero ya lo intuyen, me imagino. Tiene que explicarnos las visitas de la congresista María Cordero Jon Tay. Con croquis y todo, ya se los dije.
Y que conste que son varios puntos los que hay que aclarar. Las visitas (sorpresivas, casi diarias, prolongadas, todoterreno, etcétera). ¿Qué significa eso de: “Yo asisto a Fujimori en lo que necesita”? ¿Qué han querido decir Gagó y Cuculiza con aquello que Cordero “le lleva el mensaje de dios”?
Con dos cojones, Kenji. Son demasiadas cosas que despejar. Y este, tú lo sabes bien, es un trabajo para ti. Y hazlo solo, que es lo que me parece lógico y justo. Que nadie se te cuelgue del saco. ¿A la una te parece bien? Como la vez pasada. Igualito. No vayas a olvidar la pizarrita nomás. Es básica.