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Los cuatro frentes sociales en la campaña del NO a la revocatoria

Publicado: 2012-12-18

Es inexacto llamar a Anel Townsend “la jefa de campaña del NO” a la revocatoria de la alcaldesa Susana Villarán. Ella es, más bien, la articuladora y vocera del movimiento de independientes, que es, en realidad, el más reciente de los cuatro frentes que se enfrentarán a la revocatoria, dice Marco Sifuentes en un informe publicado hoy en el diario La República.

Si bien 'Rostros y Voces por el No' ha recibido la atención de la prensa, los otros frentes tienen un buen tiempo gestándose y podrían ser decisivos en la campaña contra la revocatoria de Villarán.

Izquiera reunida

Así, está el primer escuadrón, que no es tan obvio como parecería. “La izquierda, por supuesto, va a apoyar a la alcaldesa”, diría un observador desavisado. Pero no ha sido tan fácil y buena parte de lo difícil que resultó es responsabilidad de la propia Villarán.

En diciembre de 2010, cuando ya era ganadora, pero antes de asumir el cargo, la alcaldesa electa Susana Villarán envió una bomba desde Madrid. La bomba tenía forma de carta a la militancia de Fuerza Social y dinamitó la alianza que en ese momento tenían con el MNI (Movimiento Nueva Izquierda, o sea, Patria Roja).

En la carta, Villarán dijo que la alianza con Patria Roja hacía que muchos “líderes de opinión” no vean a Fuerza Social como una izquierda ni moderna ni nueva ni diferente. Propuso ir solos a las elecciones generales.

Así, Villarán quedó muy bien con un gran sector de la opinión pública que ve con recelo a Patria Roja, pero la relación con el resto de la izquierda se descompuso. Aún peor: cinco regidores elegidos con ella eran del MNI y ya se estaba peleando con ellos antes de empezar su mandato.

La otra relación malograda es aquella con Ollanta Humala. Durante la campaña municipal, el entonces satanizado candidato nacionalista saludó el repunte en las encuestas de Villarán.

—¿Por qué Ollanta Humala decide hacer esta expresión de apoyo a la candidatura de Fuerza Social, cuando nosotros ya hemos llegado al 30% en las encuestas? —se preguntó Villarán en una entrevista radial—. Porque quiere ganarse alguito.

En ese momento parecía buena idea. Humala era, de lejos, el candidato más rechazado en Lima y Villarán intentaba desligarse de la imagen de izquierdista radical que tenía el nacionalista y que querían achacarle a ella.

Pero Humala también terminaría peleando con sus aliados de izquierda: el Partido Socialista de Javier Diez Canseco, los Ciudadanos por el Cambio liderados por el ex premier Salomón Lerner y el Partido Comunista-Unidad, que maneja la CGTP.

Sin embargo, esos tres movimientos, después de meses de conversaciones, se han juntado con Fuerza Social bajo el nombre de Fuerza Ciudadana (FC). En la marcha antirrevocatoria de la semana pasada, la comitiva de FC era encabezada por Gustavo Guerra García.

—En Fuerza Ciudadana nos articulamos los que pensamos más parecido —explica el dirigente de Fuerza Social—. No ideológicamente, porque no todos somos comunistas, sino en táctica y estrategia.

El teniente alcalde Eduardo Zegarra fue el responsable de recomponer las relaciones, especialmente con los de Patria Roja (ahora bajo el rótulo del Movimiento de Afirmación Social o MAS, cuya figura más visible es Gregorio “Goyo” Santos).

El punto de encuentro con Tierra y Libertad, el partido del padre Marco Arana, son Pedro Francke y la regidora Marisa Glave, que tienen excelentes relaciones con la alcaldesa.

El MAS, Tierra y Libertad y Voz Socialista, junto a Fuerza Ciudadana, han formado la Confluencia por Lima, que articula Zegarra. Inicialmente los tres movimientos con regidores no querían que FC entre a la Confluencia, pero, la semana pasada, aceptaron. La marcha del jueves pasado fue la declaración pública de unidad.

Un techo para mi NO

En la izquierda no logran convocar a la suficiente gente. En el 2010, la confluencia izquierdista original solo logró colocar candidatos distritales en 25 de los 43 distritos de Lima. Y no ganó en ninguno (lo que explica en parte los problemas de la gestión).

Por otro lado, Susana Villarán es totalmente A/B. Eso lo saben en la campaña por el NO. El 8% que tenía al inicio de la campaña municipal era, principalmente, de los sectores más altos de Lima. Pero también es cierto que, al final de la campaña de demolición que sufrió entonces, su apoyo en el A/B disminuyó, pero creció en los sectores D/E, en los que terminó ganando.

La campaña por el NO confía en que esa historia se repetirá y para esto cuentan con el segundo frente de batalla, que hasta ahora ha pasado desapercibido en los medios: “los luchadores sociales”.

Los movimientos sociales son gremios, sindicatos, comités del vaso de leche, federaciones de vendedores ambulantes, organizaciones de asentamientos humanos, consorcios de transportistas beneficiados por la reforma, etcétera. Todos ellos pertenecen a los sectores sociales más necesitados y, a diferencia de la vieja izquierda, sí mueven masas. Y vaya que las mueven.

La impresionante marcha del jueves 6 de diciembre pasado movilizó a unas 20 mil personas contra la revocatoria en la plaza San Martín. La responsable del suceso fue Ivone Tapia, lideresa de la Coordinadora Política Social (CPS), que agrupa a todos los movimientos sociales antirrevocatoria. Este ha sido su cuarto mitin exitoso.

Tapia es desde hace años la presidenta de la Coordinadora Metropolitana del Vaso de Leche y de ahí le viene esa experiencia con las organizaciones sociales, que se ha convertido en un activo clave de la campaña por el NO. Gremios como la CGTP, la CUT, Sutep, Sitramun, el sindicato de Sedapal —la mayoría controlados por partidos de la Confluencia— se encuentran bajo su coordinación. Su fuerza es tal que, el día de la marcha, ella misma presionaba por teléfono al alcalde de Comas, José Kusunoki, para que no llegue tarde al mitin.

De la CPS partió la idea de convertir al celeste en el color del NO. Fue una equivocación: una publicación del JNE mostraba una potencial cédula de votación con el NO en celeste. Al final la boleta estará en blanco y negro, pero la CPS ya había impreso carteles, pósters y banderolas celestes. El color quedó. También pegan afiches, van casa por casa y hasta han compuesto una canción al NO.

Pero la sorpresa más inesperada para todos, incluso para los mismos dirigentes de la CPS, ha sido el Movimiento Sin Techo. Su lideresa, Rosario Farfán, fue, de lejos, la más aplaudida en el mitin de la semana pasada.

—No queremos ver el progreso —decía—: ¡queremos disfrutarlo, compañeros!

Preste atención a la próxima manifestación por el NO y verá por todos lados carteles del MST (Movimiento Sin Techo): de Villa El Salvador, Villa María del Triunfo, Breña, San Martín, Comas, San Juan de Lurigancho, El Agustino, Puente Piedra, de todos lados.

El Movimiento Sin Techo de Lima y Callao tiene poco más de un año y medio de formado. Agrupa a unas 12 mil familias de los sectores más pobres de la metrópoli, los que no pueden acceder a programas como Mi Vivienda o Techo Propio, que son más bien para la clase media.

Rosario Farfán, su lideresa, conoció a Villarán hace un año exactamente, cuando el entonces presidente del Congreso invitó a ambas para conversar sobre la tugurización del Centro de Lima. Susana le recordó que una de sus promesas de campaña fue tener un programa de vivienda popular. Hicieron clic.

Las relaciones con el MST se volvieron intensas. La regidora Glave tiene lista una ordenanza que permitirá que los más pobres de Lima accedan a créditos de programas de vivienda a través de bonos. Esto ha requerido, además, una fina coordinación con el Ejecutivo. Por su lado, el MST se deshizo de su anterior presidente, que estaba a favor de la revocatoria, y puso en su lugar a Rosario Farfán.

—Vamos a conseguir un programa social que no vea la vivienda como mercancía —proclama Farfán— sino como el derecho que es. Para todos.

Hora del autobombo

Conseguir el apoyo de los movimientos sociales hubiera sido imposible sin una articulación con el tercer y más evidente equipo antirrevocatoria: el de la gestión municipal.

Gracias al Jurado Nacional de Elecciones, la alcaldesa no puede promocionar las obras que antes había decidido que no iba a publicitar. El JNE ha impuesto varias restricciones a la publicidad de las obras de la gestión. Una palabra de más durante una inauguración podría costarle a Villarán una multa de hasta 365 mil soles.

El problema es que las obras son el eje de la campaña de la gestión. El ataque a los revocadores, a Castañeda y al Partido Aprista quedará en manos de los otros frentes. La gestión presentará obras porque lo que la gente quiere es ver a su alcaldesa trabajando. Eso ha quedado dolorosamente claro en el municipio: cada vez que Villarán opinaba sobre política (elecciones presidenciales, Cristo del Pacífico, derechos sexuales), bajaba en las encuestas.

Obras, aseguran en el municipio, no les faltarán. En este segundo año de gestión, proyectan llegar al 70% de ejecución de inversiones. Más que Castañeda en el mismo plazo. La diferencia está en la publicidad. En este caso, el manido argumento de “es un problema de comunicación” tiene una corroboración en números. Solo en el último mes de su alcaldía, diciembre de 2010, Castañeda gastó 3 millones 343 mil soles en publicidad. Eso es más del doble de lo que gastó Villarán, por el mismo concepto, en el 2011. Estas cifras son oficiales.

—Nos equivocamos. Vimos la publicidad como autobombo cuando en realidad es una forma de hacernos responsables ante la gente por lo que hacemos —reconoce un funcionario de la municipalidad—. Castañeda la usó para beneficio político, pero eso es otra cosa. Él fue muy vivo y por eso creímos que estaba mal.

Antes era “Susana no hace nada”. Ahora es “Susana es incapaz”, para los de la campaña del SÍ a la revocatoria. Pretenden presentar temas como La Herradura, la reforma del transporte o La Parada como pruebas de que Villarán no está lista para el cargo. No es casualidad que, en su comunicado de apoyo al SÍ, el Partido Aprista haya puesto, en mayúsculas, la palabra: INEFICIENTE.

No es solo un problema de posicionamiento comunicacional. Políticamente, la gestión de Villarán está aislada. Humala la ve con recelo. No tiene ningún alcalde distrital. Peor aún: no tiene congresistas, por una decisión en el 2010. Esto último ocasiona que Villarán termine innecesariamente maltratada en el Congreso. Una vez la citaron tres comisiones distintas en un mismo día. Cuando va, los congresistas de Solidaridad le saltan al cuello. La única voz favorable, Javier Diez Canseco, ha sido suspendida.

Rostros, voces, focus

El cuarto batallón es el que se lanzó esta semana. Intelectuales, artistas y deportistas, encabezados por Anel Townsend, se presentaron por el NO. La idea es despolitizar la campaña antirrevocatoria y presentar voces que sean capaces de decir lo que los funcionarios no pueden.

—La idea es mover un NO positivo. Sin ataques —dice Townsend—. Pero tampoco vamos a dejar de poner los puntos sobre las íes.

En esta tarea la acompaña, informalmente, su esposo Guillermo “Willy” Gonzales Arica, ex secretario de Palacio de Gobierno durante el gobierno de Toledo. Los dos pasaron el último mes convocando a todas las personalidades que aparecieron el miércoles.

Perú Posible, y sus aliados Somos Perú y Acción Popular, han dicho estar en contra de la revocatoria, pero no se han sumado a ninguno de los cuatro frentes de batalla. El fichaje de Townsend ha sido a título personal, aunque con la venia entusiasta de Toledo.

El local de los independientes por el NO queda en la avenida Alfonso Ugarte. Enrique Juscamaita, ex secretario de organización en Lima de Gana Perú, se encarga de coordinar los esfuerzos de los vecinos que se acercan a colaborar, de manera independiente. Ellos sumarán parte de “Rostros y voces por el NO”. En el local de Alfonso Ugarte, todos son “compatriotas”, militantes de la base limeña de Gana Perú.

Esto no implica un apoyo de Humala. Juscamaita ha sido viceministro de Vivienda y abandonó el puesto en medio de un confuso incidente en el que fue víctima de chuponeo. Antes, había sido el coordinador de PRODIN, la ONG de Nadine Heredia que fue vinculada al gobierno de Hugo Chávez. Ahora está distanciado de la pareja presidencial. Juscamaita es un empresario exitoso y uno de los aportantes más conocidos de la campaña, junto a Jeannette Enmanuel, de Santa Natura.

Además de la movida independiente, Townsend también está a cargo de supervisar la campaña mediática por el NO. Por el momento, a pesar de los rumores, todavía no hay un estratega. Eso sí: todo indica que será extranjero. Es cierto que Luis Favre, el ex asesor brasileño de Humala, ha sido contactado a través de la gente de Fuerza Ciudadana. Pero también, por lo menos, otros tres estrategas extranjeros también han conversado con Villarán. Aún no hay nada definido.

La encuesta de Datum en la que el apoyo a la revocatoria cayó 11 puntos en un mes les ha dado un impulso a todos los involucrados. Antes, parecía una quijotada. “Ahora es peleable”, dice, aliviado, un dirigente. Pero todavía faltan, a partir de hoy, 90 días para el 17 de marzo. Todo puede pasar. Incluso, un triunfo del NO.

Tomado de La República


Escrito por

Daniel Ávila

avilamonroydaniel@gmail.com


Publicado en

Redacción mulera

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