Ollanta cuadra a Nadine
Basta de gringashos, maribeles y los siete sin sacar de la prensa sensacionalista. Analicemos las últimas jugadas del poder, ahora que está de moda Paolo Guerrero y los guerreros de arena, sin olvidar al Presidente de la Confiep parado de manos.
No sé si lo notarán, pero de un tiempo a esta parte la Primera Dama de la Nación, su excelentísima Nadine Heredia va con perfil bajo. Desde que ingresó a una clínica, dizque por un problema de la vesícula, sí cuñao, la súper poderosa de Palacio no se hace notar con su acostumbrado entusiasmo y se percibe que le dieron un estate quieta, mismo trato de militar a cónyuge cuando se quiere revelar.
Esta situación interpersonal coincide con el ascenso de una nueva cúpula militar en el Ejército, integrada por la promoción de Ollanta, o sea los amigos, los causas y cocheritas y yuntas del Presidente. En el alto mando ahora se hablará de tú a tú, de Oes; ya no más vacíos, formalismos y protocolos que podrían agrietar las órdenes del Mandatario. No habrá Almirante ni aviador que se le resista a Ollanta, para más traducción: Mira cómo muevo mis fichas y tú no puedes, chica.
Este giro caleta de Ollanta hacia el control de su imagen frente a la de su esposa, se refuerza con el saludo y presencia de sus padres, los señores Isaac y Elena, en la juramentación del nuevo mandamás del Tribunal Constitucional – recordemos que siempre habían estado ausentes en las ceremonias oficiales y Oh casualidad, esta vez asistieron. Acaso creen que sólo se dieron besitos y te quieros, como nos dice la prensa. No, gatos y gatas, más allá de recordarle en la orejita el tema Antauro, también fue un apoyo explícito a los cambios que se estaban dando para ponerla en su sitio a Nadine.
Es clave esta jugada. Los asesores del Presidente se la jugaron y dieron en el blanco. Claro, había que hablar sobre Gringasho para acercarse a la población en el nivel que la prensa pone algunos temas para el debate. Por superficial que parezca, esa conexión Presidente –Pueblo importa. Poco a poco, se le hace participar más a Ollanta y que Nadine esté de lado, un bien le hace. Total, a los dos les sonríen las encuestadoras, digo, las encuestas.
Los líos de la pareja presidencial se guardan bajo llaves. No tienen por qué salir a relucir, son temas personales. Desde que Nadine le dio la espalda en un acto público, el Presidente y su entorno de confianza se pusieron en guardia para que jamás vuelva a suceder aquello. Contra todo pronóstico de los ensalzadores interesados de la “Presidenta” (término acuñado por la alcaldesa de Lima), esto fue una evidente debilidad y traslució el carácter explosivo de Nadine; ya, fue la oportunidad que necesitaba Ollanta para darse cuenta cuánto hilo había soltado para que su esposa se la crea y lo ponga en ridículo.
El triángulo de poder viene desde el pico. Y Ollanta ya se cuadró y de ahí nadie lo saca.
Diciembre fue un mes clave. Los peruanos estuvimos absorbidos por las fiestas, incendios, consumismo. Fue el mes donde Ollanta ajustó cuentas.
Nadine está como el avestruz, agachando la cabeza ante el enemigo, mientras tanto… Ollanta ya lo sabe. Sus asesores también. Estas movidas del Presidente son altisonantes: Acá, el que manda soy yo y punto.