Siria e Irán aseguraron a Israel este domingo que el ataque efectuado contra un complejo militar a las afueras de Damasco, por parte de las fuerzas israelíes, tendrá represalias, con la posibilidad de responder con el uso de la fuerza.

Bachar el Asad, presidente de Siria, acusó a Israel de "querer desestabilizar su país" y le garantizó que es capaz de “responder a cualquier agresión contra la ciudadanía siria”.  Irán, el principal aliado del régimen de Damasco en Oriente Medio, afirmó que también se plantea tomar represalias por ese ataque. Por su parte, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, calificó el acto de “terrorismo de Estado”.

“La agresión de Israel contra el centro de investigación de Jamariya demuestra la posición verdadera de Israel, que colabora con las fuerzas enemigas extranjeras y con facciones sobre el terreno sirio para tratar de desestabilizar y debilitar a Siria”, dijo El Asad, tras una reunión mantenida este domingo con el secretario del Consejo Superior de Seguridad Nacional de Irán, Said Jalili, según informaron los medios oficiales sirios.

El comandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución de Irán, general Mohamad Ali Yafari, consideró que la "resistencia y las represalias son el único camino" para enfrentarse a Israel, tras el ataque israelí a Siria, según la agencia oficial, IRNA.

A pesar de que Israel no suele admitir públicamente ataques como el ocurrido el pasado miércoles, Ehud Barak, ministro de Defensa israelí, asumió la autoría de los hechos durante su participación en la Conferencia de Seguridad de Múnich y declaró que el bombardeo “es una prueba más de que cuando [Israel promete] algo, lo cumple”.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya había afirmado dos días antes del ataque que sus opciones respecto a Siria están “entre lo malo y lo peor”. Israel lleva meses advirtiendo de la posibilidad de que los arsenales de armas químicas de Siria acaben en manos de Al Qaeda. El Asad dispone de depósitos de gas sarín, gas mostaza y cianuro por lo que  EE UU  ha advertido en repetidas ocasiones que si Damasco los empleara se produciría una intervención.

La revuelta interna dura ya casi dos años y cuenta con la preocupante cifra de 60.000 muertos. Solo el sábado murieron una 150 personas en los enfrentamientos. Israel ha movilizado una batería de misiles del escudo de protección conocido como Cúpula de Hierro a la ciudad de Haifa, al norte del país, que se halla a 140 kilómetros de Damasco. Haifa, con 268.000 habitantes, fue precisamente una de las ciudades donde más misiles cayeron durante la guerra entre Hezbolá e Israel de 2006, informa El País.

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