se fue al cine

Un Papa con oscuros antecedentes, aparece aquí con Videla, a quien le daba las hostias

HABEMUS PAPAM

Publicado: 2013-03-14

Por Jorge Rendón Vásquez

Las oportunidades de comentar las elecciones papales son más oportunas en los momentos en que se les practican. Y ello, porque la atención de casi todo el mundo está dirigida hacia la delgada chimenea del Vaticano que arroja tantas bocanadas de humo negro cuantas tentativas frustradas de elección del nuevo Papa se suceden hasta que finalmente aparece una de humo blanco, como en la reciente elección que elevó a la primera magistratura de la Iglesia Católica al cardenal argentino Jorge Bergoglio.

Se decía en el pasado que el Papa era el vicario de Dios en la tierra. Un vicario es un apoderado de alguien, quien lo inviste con las facultades de la representación para realizar determinados actos. Aplicando literalmente esta definición al Papa, se podría decir que el mismo Dios debería nombrarlo. Y no hay evidencias de que sea así. Los cardenales son encerrados en la Capilla Sixtina y no salen de ella hasta elegir entre ellos al nuevo Papa.

Que se sepa, nunca el buen Dios se ha presentado en ese cónclave (del latín cum clavis: en secreto) y con voz tronante, insinuante o como quiera que se le imagine, ha señalado con el dedo al sucesor del Papa fallecido o renunciante ante los cardenales, atónitos, asustados o coléricos por no haber gozado de la confianza divina.

 Tampoco, nadie ha reportado jamás que la figura de Dios en el cuadro de Miguel Angel, El juicio final, apartara su dedo de Adán en el instante de transmitirle la vida para posarlo en la cabeza anhelante de alguno de los cardenales.

En 1059, el Papa Nicolás II dispuso que únicamente los cardenales eligieran al Papa con la condición de que el pueblo de Roma confirmara la elección. Antes de esa fecha, el pueblo de Roma escogía al nuevo Papa entre los clérigos de la nobleza. Finalmente, el Sínodo Laterano de 1139 suprimió la aprobación de la elección por el pueblo y el bajo clero.

En otros términos, la designación del Papa es un acto humano, muy humano, reservado a una dinastía colectiva que reproduce el Papa en funciones, nombrando a los cardenales, que integrarán el colegio cardenalicio a cargo de la elección de su sucesor.

La Teología católica no ha podido explicar por qué un representante de Dios no es designado por éste, sino por los jefes de la grey eclesial, es decir por sus subordinados, aplicando el terrenal sistema de cualquier otra asociación.

La Reforma protestante de Lutero inauguró una nueva religión, basada también en ciertos dogmas, pero desprovista de una burocracia férreamente centralizada y de un jerarca o pontífice supremo, como en la religión católica. En la lógica del protestantismo y de sus innumerables ramas y sectas, el ser humano debe comunicarse directamente con Dios, sin la intermediación de los clérigos y de la confesión ante ellos.

Sus directores espirituales son solo “pastores”. Sus iglesias se asocian en la Alianza Evangélica Mundial, creada en 1951 con sede en Nueva York, y sus delegados se reúnen allí cada cuatro años. Sus fines son de coordinación e informativos. Otro procedimiento también humano, muy humano.

Para acceder a un documentado currículum del nuevo Papa, recomiendo leer el periódico digital Redacción Popular:

http://www.redaccionpopular.com/articulo/habemus-papam-tres-notas

 (14/3/2013)


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