La segunda vuelta del 2016
Parece que estamos llegando al momento en el que el Perú estará dividido políticamente en dos mitades. El proceso de constitución de las dos fuerzas políticas que regirán nuestro futuro concluirá en el 2021 o quizás en el 2032, ambas fechas claves para nuestra nación.
Las segundas vueltas y esta revocatoria en Lima permiten ya que configuremos los dos grandes bloques a competir en el 2016. En una esquina estarán el APRA, el fujimorismo y Solidaridad Nacional; en la otra, el PPC, el nacionalismo, Perú Posible, Fuerza Social, los PPKausas, Somos Perú y Acción Popular. Los movimientos regionales terminarán alineándose con uno de estos dos bloques. Y algunos serán rechazados.
Se acabó el Perú partido en tres (derecha, centro e izquierda). Ese juego ya no representa a la población. Ninguno de esos tercios solo podrá gobernar nunca. Demostrado está, las reglas de juego lo impiden. Así que sería bueno que los partidos políticos se planteen una evolución. Esta pasa por la integración.
Son estos bloques los que se turnarán en el gobierno del Perú. Esas serán las divisiones por ahora. En el futuro, hablar y afirmarse como de derechas, izquierdas o centro será medio absurdo.
No es esa la esencia que los distinguirá. No aporta los votos suficientes para ganar y menos sirve para gobernar. Ya es momento de que los grupos políticos se den cuenta y comiencen desde ya a establecer alianzas para la formación de sus cuadros e incluso establezcan una división del trabajo. Esos bloques tendrán que compartir el poder y también sus pocos o muchos profesionales y técnicos.
Alan y Lourdes lo han intuido bien, mejor que ningún político de su espectro, al respaldar cada uno a la única ficha que les sirve para construir su liderazgo en el futuro. Ambos han terminado ganando porque –queriéndolo o no– han eliminado a un posible rival en las primarias, es decir, en la primera vuelta (Solidaridad y Fuerza Social respectivamente).
Pero, además, han puesto en movimiento a su maquinaria. Fujimori, Toledo y Humala, en ese sentido, se quedaron. Hoy sus agrupaciones son más invisibles que antes de ese proceso. Aunque el ‘nacionalismo’ tiene la ventaja de estar hoy en la conducción del país.
¿Qué representa el APRA, Solidaridad y el Fujimorismo? Al Perú de la cultura combi y también a la gran obra pública, al roba pero hace. A la cultura de la prepotencia, al “hago lo que me da la gana” y al coimero. Al pendejín y criollazo. A las ganas de un orden autoritario. ¿Qué representan el PPC, Perú Posible, el nacionalismo, los PPKausas, Fuerza Social, Somos Perú, Acción Popular? El Perú más institucional, la clase media emergente con valores más tradicionales, el orden y la ética.
Ambos tienen mercado y votantes. Ambos, una forma de gobernar. Ahora toca que ambos, sobre todo los segundos, construyan una propuesta política integradora. Falta trabajo en equipo. Ese es el futuro. En realidad, ese es el presente, por lo menos, ya en Lima.
*artículo aparecido en @diario16 el lunes 1 de abril
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