#ElPerúQueQueremos

Reproducción en serie

Publicado: 2013-04-11

Esta semana, nuestra columna de libros se ocupa de una antología de cuentos peruanos de reciente publicación. Diego Trelles Paz habla sin morderse la lengua.

Escribe: Diego Trelles Paz

PENSANDO EN EL CINE, EL LUGAR COMÚN LO SEÑALA: NUNCA SON BUENAS LAS SEGUNDAS PARTES. La frase alude a la lógica mercantil del blockbuster, que desvirtúa la clásica nobleza de las sagas. La literatura no es ajena a este mismo fenómeno, que surge con el folletín y llega al presente más fortalecido que nunca con el best-seller. El Perú, desde luego, no podía ser ajeno a la fiebre de las secuelas. Lo curioso es que aquí no se trata de novelas formulaicas sino de antologías que se aferran sin roche al rico colchón de la marca registrada.

Uno de los primeros antólogos en notar las bondades de la reproducción en serie fue Gabriel Ruiz Ortega. El método era simple: prólogos flojos, intuitivos, mal escritos, de escaso rigor académico, una selección aceptable de relatos y un título, con las mañas de la etiqueta publicitaria –Disidentes–, que se reproduce ad finitum (ya va tres entregas; tres más y tendremos al nuevo Rocky de la literatura peruana). Los casos de 17 fantásticos cuentos peruanos y de su continuación, 17 fantásticos cuentos peruanos Vol. 2 de Gabriel Rimachi y Carlos M. Sotomayor, no parecen muy distintos. El mayor problema de esta segunda entrega no reside en los cuentos –una selección atractiva– sino en la estrechez y superficialidad de los dos breves prólogos (¿es Tzvetan Todorov el único teórico del género fantástico?) y en una pobrísima edición, plagada de erratas hasta en las sumillas biográficas.

La colección empieza mal, con el rescate de Alfredo Castellanos: un escritor ancestral, inédito y, acaso con justicia, olvidado. “Crisálida” es uno de esos fósiles insostenibles cuyo valor se limita a su carácter histórico. Su prosa irregular tiene la virtud de mostrarnos una forma de escritura ya felizmente caduca (“Desmayaría el aroma que pudo jamás desvanecerse y la vida se agostaría sobre un tálamo soñado y único”, página 17). Con “Voces” de Fernando Ampuero llega el empate. Ampuero suele ser más efectivo en las distancias cortas y aquí lo demuestra con un relato que se acerca a la fantasía desde lo insólito, como lo señala Juan Ramón, el otorrino del cuento, desde “las raras anomalías de otros pacientes” (página 29).

“Ilusionismo” de Siu KamWen es un relato que, aun teniendo el típico final predecible que apela a la magia, no deja de mostrar sus virtudes en la generación de atmósferas extrañas. Persiste una duda: ¿las frases con evidentes problemas de construcción como “Se acaba instalándose” o “¿En qué debemos el placer de su visita?” son producto del español adoptado del escritor de origen chino o del desafortunado trabajo editorial?

El espacio resulta muy corto para abordar todos los textos del libro con la profundidad que ameritan. Bastará señalar que, dentro de un nivel parejo en la selección, hay puntos altos (Fernando Iwasaki, Sandro Bossio, Carlos Enrique Freyre o Carlos Yushimito) y, por lo menos, dos cuentos sobresalientes: “Hombre en el espejo” de Alexis Iparraguirre y “Sin retorno” de Julie de Trazegnies. El primero, la historia de una chica perseguida por el reflejo de un hombre, confirma la calidad de un autor especialmente dotado para este género tan exigente. El segundo, el relato de una mujer perdida en un lugar innombrado de Estados Unidos, nos descubre a una escritora sólida y creativa a la que, sin duda, habrá que seguir leyendo.

17 fantásticos cuentos peruanos. Antología Vol. 2

Casatomada, 2012

Precio en librerías: S/. 30

Relación del crítico con los antólogos: CORDIAL

Primera línea: “Todo era noche, por fuera y por dentro”.


Escrito por


Publicado en

Revista Vela Verde

Una revista sin clase