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Carta de una ciudadana venezolana para los lectores de LaMula

Publicado: 2013-04-17

Queridos amigos, comparto algunas líneas sobre Venezuela.

El pasado domingo, nosotros y nosotras, el pueblo de Venezuela, elegimos un nuevo presidente: Nicolás Maduro Moros. Por primera vez, en catorce años, elegimos de manera democrática -entendiendo por democracia el juego básico de las elecciones- otro presidente distinto a Chávez, quien a lo largo de estos catorce años, también fue elegido de manera democrática unas cuatro veces y reafirmado, además, como presidente en un proceso revocatorio en el año 2004.

La elección de Maduro se da en un contexto complejo. Chávez murió de un cáncer terrible el 5 de marzo, apenas un mes antes de estas elecciones. Maduro, claro está, no es Chávez, pero el pueblo venezolano, claro está, sabe que éste necesita por lo menos un par de meses para agarrar fogueo en la calle y así dar su mensaje de forma más directa. Por otra parte, Maduro nunca se había presentado a ninguna campaña como candidato único. No podemos comparar una campaña presidencial a una campaña de diputado, más aun cuando la campaña presidencial debe ser preparada en 15 días con todo el país de luto y con el mismo candidato de luto.

Por otra parte, Capriles viene de una campaña presidencial, es decir, tiene más tiempo en tarima que Maduro. Además, la campaña de Capriles estuvo antecedida por un sabotaje constante por parte de la derecha venezolana. ¿En qué consistió ese sabotaje? En cortar la luz en diversos estados del país, en desestabilizar la economía, usando el control de cambio como catapulta. El precio del dólar “oficial” es de 6.30 bolívares por dólar, y los especuladores colocaron el dólar “paralelo” en 26 bolívares por dólar, haciendo que todos los productos importado (comida, ropa, electrodomésticos, computadoras, carros, ropa, etc.) subieran de precio de manera desbocada. Una última muestra clara de sabotaje fue el acaparamiento de comida.

Los venezolanos bebemos cerveza, ¿quién no lo hace? Pues la cerveza es producida por el grupo de empresas Polar, el cual pertenece a la familia Mendoza. Este grupo no solo produce la cerveza, también produce la harina de maíz, el aceite de maíz, el arroz, la pasta, la mantequilla, etc. y además representa a Pepsicola en Venezuela. El punto es que esta gente por años tuvo el monopolio de producción de alimentos, con lo cual en Venezuela no existían más que algunos pequeños productores de algunos productos esenciales de la canasta básica. Esta familia Mendoza está abiertamente en contra del gobierno, el cual establece medidas que favorecen al pueblo en cuanto a la regulación de alimentos. ¿Cuáles son esas medidas? Pues el establecimiento de precios regulados a los productos de la canasta básica, es así que el arroz tiene un precio fijo, al igual que el aceite y la harina de maíz, entre otros. ¿Qué hace la empresa privada ante esto? Pues ya no produce el común arroz blanco, produce ahora ¡arroz con ajo! el cual no está regulado y que pueden vender al precio que les plazca; o producen ¡aceite con pimentón y cebolla! y, claro, eso tampoco está regulado… y con la harina de maíz existe siempre la posibilidad de producir ¡harina de maíz extra suave! que tampoco está regulada.

Pero con el tema del maíz, hay algo más perverso aún. El grupo Polar insiste en que no hay producción nacional de maíz, por lo cual no puede haber harina, pero la cerveza en Venezuela se hace de maíz. En Venezuela la cerveza nunca falta y la harina de maíz ahora es ¡extra suave!

Todo esto pasó entre diciembre y abril, y también pasó que Capriles se adueñó de los símbolos de la Revolución Bolivariana durante su campaña presidencial. Es así como pudimos verlo en actos con el logo diseñado por el Gobierno para las celebraciones del Bicentenario, o con frases como “Revolucionarios bolivarianos por la Patria con Capriles”. Esto hizo mientras Maduro se centró en una campaña nostálgica por la muerte de Chávez.

Con este panorama, es fácil comprender los resultados del pasado 14 de abril. Ahora bien, los resultados son los resultados y Maduro ganó la presidencia de Venezuela. En este país contamos, modestia a parte, con el sistema electoral más confiable que existe, incluso el señor Jimmy Carter, quien no creo que sea muy revolucionario, lo ha afirmado.

Capriles dice no reconocer los resultados, que el CNE no es confiable, que el sistema electoral es corrupto y que está manipulado por el gobierno. Pero es el mismo sistema que lo avaló a él como gobernador del estado Miranda el pasado mes de diciembre, en donde además ganó las elecciones con la mínima diferencia de 45.000 votos. Debemos recordar que el candidato del gobierno, asumió la derrota y no pidió ningún reconteo de votos, por más mínima que fuera la diferencia, debemos recordar, que el mismo día en que Capriles ganó la gobernación, fue juramentado como gobernador por el mismo sistema electoral que el domingo 14 de abril declaró a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Luego de desconocer los resultados y decir que el CNE es una institución parcializada, Capriles llamó a todos sus seguidores a la calle a, literalmente, “descargar la arrechera”, y qué pasó, pues, descargaron su arrechera. Hay siete muertos, sesenta y un heridos, una persona quemada viva, CDI (Centros Públicos de Salud) quemados, casas del partido de gobierno quemadas, la presidenta del CNE amenazada y acosada en su casa, dirigentes chavistas acosados y un pueblo bien revolucionario llamando a la paz y a la calma, pero decidido a defender la revolución.

Maduro llamó al señor Capriles a capítulo, le exigió que lo reconozca como Presidente del país, le indicó que de no hacerlo, él no lo reconocerá como gobernador; le impidió ir hasta el centro de Caracas con una marcha opositora y le exigió presentar sus denuncias de fraude ante el CNE, pues a todas éstas el señor no ha presentado su denuncia ante la institución correspondiente. Ante esto Capriles dijo que el gobierno quería muertos en las filas de la oposición y por ello decidió suspender la marcha al CNE.

Esperamos que este señor asuma el juego democrático y que haga sus denuncias ante las instituciones. Nosotros asumimos nuestros errores, asumimos las derrotas, asumimos el trabajo. Sabemos, como dijo Argimiro Gabaldón, que el camino es largo y duro pero es el camino. Continuaremos trabajando, construyendo, estudiando, leyendo, conversando, opinando, pensando, continuaremos viviendo y venciendo.

Por Ariadna Mogollón.

Ha trabajado en la Filmoteca Nacional de Venezuela y en la cadena de televisión TeleSUR. Actualmente tiene una productora de cine indepediente.


Escrito por

Daniel Ávila

avilamonroydaniel@gmail.com


Publicado en

Redacción mulera

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