Corea del Norte condena a trabajos forzados a un estadounidense, ¿maniobra política?
La Corte Suprema de Corea del Norte ha condenado a 15 años de trabajos forzados a un ciudadano de doble nacionalidad estadounidense y surcoreana por un crimen no especificado contra el país, informó hoy la agencia norcoreana KCNA.
Las autoridades norcoreanas había anunciado el pasado fin de semana que Pae Jun-ho, identificado también como Kenneth Bae, debía afrontar un proceso ante la Corte Suprema después de que hubiera admitido haber cometido un delito con el objetivo de "derrocar" al régimen comunista, según indicó Pyongyang. El estadounidense fue retenido el pasado 3 de noviembre después de entrar en la ciudad de Rason (noreste de Corea del Norte) junto con otros cinco turistas y revelarse pruebas que habrían demostrado que cometió un delito, según el Norte.
Según informó hoy en un breve despacho la agencia norcoreana, el pasado 30 de abril Pae, operador turístico, fue juzgado y condenado por la Corte Suprema del hermético país tras cometer "crímenes contra la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte)". No obstante, en el despacho KCNA no se ofreció ningún detalle sobre el delito cometido por el ciudadano estadounidense.
Corea del Norte detuvo desde 2009 a otros cinco estadounidenses que finalmente fueron liberados a través de contactos con Washington, lo que ha llevado a muchos expertos a adivinar motivos políticos en la detención y condena de Bae, de origen coreano con pasaporte de EEUU.
La condena "recuerda a acciones similares del pasado", indicó a Efe Bong Young-shik, investigador del prestigioso Instituto de Política Asan en Seúl, que citó el caso de las reporteras estadounidenses Laura Ling y Euna Lee. En este sentido, el experto surcoreano argumenta que "dada la actual escalada de tensión, Corea del Norte trata de ganar ventaja de todos los modos posibles" de cara a futuras negociaciones con EEUU, en las que podría utilizar la liberación de Kenneth Bae como "moneda de cambio".
La condena se ha producido en medio de una de las mayores crisis entre Pyongyang y Washington. El Norte está furioso por las sanciones impuestas por la ONU por haber disparado un cohete en diciembre pasado, que, según Estados Unidos, fue la prueba de un misil balístico, y haber ejecutado un ensayo atómico en febrero pasado. También ha mostrado su ira por las maniobras militares conjuntas que han realizado Corea del Sur y Estados Unidos en la península coreana.
Como respuesta, el Norte ha desatado un torrente de amenazas y retórica bélica, ha declarado roto el armisticio que puso fin a la guerra de Corea, ha reactivado la central nuclear de Yongbyon (corazón de su programa de armas atómicas) y ha retirado a sus 53.000 trabajadores del complejo industrial de Kaesong, en el Norte, que opera conjuntamente con empresas de Corea del Sur.
Washington asegura que Kenneth Bae entró en Corea del Norte con un visado válido, y que podría estar siendo utilizado como moneda de “regateo político” en la crisis. Fue visitado el viernes pasado por miembros de la embajada sueca en Pyongyang, que proporciona los servicios consulares de Estados Unidos, ya que Washington no tiene relaciones diplomáticas con el Norte.
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, prometió no dialogar con Corea del Norte hasta que cumpla con las leyes internacionales, mientras Pyongyang -que no acepta condiciones previas- "quiere obligar a Washington a sentarse en la mesa de negociaciones" para abordar la liberación de Bae, apuntó el experto.
Esto supone que el régimen de Kim Jong-un utilizará al guía estadounidense como rehén para obtener concesiones o bien para marcar las pautas antes del hipotético diálogo con Washington, visión que hoy compartían medios de comunicación surcoreanos como el diario Korea Herald. De hecho, tras conocer la condena a Bae el Departamento de Estado de Washington manifestó que "el bienestar de los ciudadanos de EEUU es una prioridad fundamental", lo que de momento confirma la voluntad del Ejecutivo de Obama de dar próximos pasos para resolver la cuestión.
Por otro lado, la nueva sentencia a trabajos forzados (una condena reservada a delitos graves según la legislación de Corea del Norte) se dictamina horas después de revelarse que el expresidente estadounidense Jimmy Carter planea una próxima visita al país comunista. Carter, que en 2011 ya viajó al Estado gobernado entonces por el fallecido Kim Jong-il, solicitó recientemente al Gobierno de EEUU autorización para viajar a Pyongyang a título personal con el fin de establecer un contacto diplomático orientado a liberar a Kenneth Bae tras seis meses de retención.
De confirmarse la visita de Carter, su petición de liberar al rehén también podría convertirse, según el investigador Bong Young-shik, en un "buen material de propaganda interna" para Pyongyang al presentarla como una "victoria" del régimen que pone de rodillas al enemigo estadounidense.
Con información de El País y Efe
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