La ONU entra en Siria para inspeccionar el uso de armas químicas
En total se calcula que Al Asad dispone de unas 1.000 toneladas de armas químicas, el mayor arsenal de Oriente Próximo.
Finalmente la misión de la ONU encargada de investigar el uso de armas químicas en Siria entró en el país. Aunque su visita había sido retrasada en diferentes ocasiones por problemas logísticos, era necesaria para aclarar uno de los temas más turbios de la guerra civil, que cuenta ya con más de 100.000 muertos desde el inicio del conflicto en marzo de 2011.
Así, el equipo cruzó la frontera con el Líbano y llegó a un hotel de la capital siria antes de comenzar sus investigaciones sobre el terreno que tendrán como misión realizar las tres visitas que el Gobierno de Bachar al Asad les ha autorizado. La más conocida es el ataque en la ciudad de Khan el Asal, donde supuestamente las tropas del Ejército Libre de Siria, los rebeldes, usaron agentes químicos el pasado marzo, matando a 26 personas, una denuncia hecha por el régimen.
Ahora el equipo de la ONU tomará muestras de sangre, orina, tejidos, tierra o agua que aún contengan restos de esos químicos. Será una tarea difícil por el tiempo transcurrido desde que se produjeron los supuestos ataques.
Las tropas leales al régimen y los rebeldes se acusan mutuamente del empleo de armas químicas aunque no existen pruebas concluyentes en ninguno de los bandos. Además, hace dos meses, los servicios de inteligencia de EEUU confirmaron que el régimen sirio de Al Assad ha empleado armas químicas a pequeña escala contra la oposición en múltiples ocasiones durante el pasado año, sobre todo con gas sarín. El presidente norteamericano Barack Obama, advirtió públicamente en varias ocasiones de que el uso de armas químicas por parte del régimen sirio supondría cruzar una "línea roja", que obligaría a Washington a reconsiderar su posición respecto al conflicto civil y, por lo tanto, una justificación para comenzar a entregar armas a los rebeldes.
Por su parte, los servicios de espionaje de Francia, Reino Unido y Turquía también sostienen que tienen datos concluyentes sobre ataques contra civiles. Eso no es todo, el diario Le Monde difundió imágenes en las Gobierno utilizaba gases en los frentes de guerra. Su táctica: usar estos de forma puntual y evitar las propagaciones masivas, que ofrecerían fácilmente pruebas irrefutables del uso de esas armas.
Siria es uno de los siete países que no ha firmado la Convención sobre Armas Químicas de 1997 y se cree es el cuarto país con mayor cantidad de armas químicas en el mundo; después de Rusia, EEUU y Corea del Norte. En total se calcula que El Asad dispone de unas 1.000 toneladas de armas químicas, el mayor arsenal de Oriente Próximo. Entre sus municiones: gas sarín, gas mostaza, agente nervioso VX, además de cianuro, almacenados en no menos de 17 almacenes diferente, repartidos por todo el país.
El conflicto no presenta una solución a corto plazo. El éxodo de la población siria alcanza cifras preocupantes: El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, ACNUR, ha informado de que entre 5.000 y 7.000 sirios han cruzado desde el norte al Kurdistán iraquí. La mayoría son familias con niños y ancianos. En total son casi dos millones los sirios que han escapado a otros países –Jordania, Líbano y Turquía- y hay otros tantos de desplazados internos en el país, indica el ACNUR.
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