Después de casi dos meses de tiras y afloja, la operación del verano en España y en Europa ha llegado a su fin. El Real Madrid llegó ayer a un acuerdo definitivo con el Tottenham para cerrar el fichaje de Gareth Bale por unos 85 millones de libras, esto es, 99 millones de euros. El pacto se hará oficial el viernes o durante el fin de semana a más tardar para no eclipsar el homenaje que esta tarde le tributará el conjunto blanco a Raúl en el trofeo Santiago Bernabéu.

Según la Cadena Cope, sólo faltan los aspectos formales de redacción del contrato. Es decir, los últimos flecos que nada tienen que ver con el baile de cifras, nombres y condiciones que se han estado poniendo sobre la mesa en los últimos días.

En Inglaterra, por su parte, dan total validez a esta información. De hecho, durante todo el miércoles se fueron dando detalles y pequeños datos de un proceso que se ha precipitado en los últimos días por las circunstancias personales del propio futbolista y el deseo de ambos clubes de resolver este asunto antes cuanto antes.

En un primer momento se había dado a conocer una cifra cercana a los 108 millones de euros como pago final de la operación, además de la posible inclusión de Coentrao en el acuerdo.

Sin embargo, el Real Madrid ha conseguido rebajar esta cifra de manera considerable además de apartar al portugués del acuerdo, lo cual no significa que no se siga negociando por él. Es decir, que Coentrao podría acabar en Londres en los próximos días, eso sí, en un proceso independiente del de Bale.

Sea como fuere, lo que parece claro es que ambas partes han tenido que ceder en el acuerdo. En un principio el Tottenham pidió 145 millones de euros. Luego reclamó 120 y la inclusión de algún jugador y finalmente tendrá que bajar de los 100 millones de euros.

Por su parte, el Real Madrid tendrá que abonar más de los 85 millones ofrecidos inicialmente y más de los 96 puestos en su día por Cristiano Ronaldo, un guarismo psicológico que el Real Madrid no quería traspasar por respeto a Cristiano Ronaldo, algo que Daniel Levy, presidente del Tottenham quería conseguir como una suerte de triunfo moral en esta negociación.

Levy quería hacer de Bale el movimiento más caro de la historia del fútbol. Y así lo ha logrado.

Unos ingresos que, por otra parte, le vendrán bien para hacer frente a las operaciones puestas en marcha en las últimas horas. Y es que, ante la inminencia en el acuerdo, el Tottenham se apresuró a cerrar los fichajes de William y Lamela por casi 60 millones de euros. Ambos ejercerán de sustitutos de Bale.

Cabe recordar que el Real Madrid y el jugador ya llegaron a un acuerdo hace mes y medio sobre cuáles serían sus condiciones contractuales en el conjunto merengue. Bale cobrará casi 10 millones de euros limpios por temporada (algo más de 20 brutos) y firmará un acuerdo para las próximas seis campañas.

El futbolista lucirá el dorsal 11, el mismo que ya portaba en el Tottenham y que ha dejado libre el Real Madrid pensando en su flamante incorporación. Una camiseta que muchos aficionados ya portaron el pasado domingo en el debut liguero de los blancos contra el Betis.

Si todo sigue los plazos previstos, el Real Madrid podría presentar al futbolista la semana que viene aprovechando la semana de 'relax' que afronta el cuadro merengue, con el único compromiso de la participación 'solidaria' (no cobrará ni un euro) en el trofeo Teresa Herrera que organiza el Deportivo de la Coruña.