El hecho es este: los monos son capturados y amaestrados para que cumplan, así, con una trágica pantonimia. Vestidos como pequeños niños, pero con una cadena alrededor de sus delicados cuellos, los monos son obligados a pedir limosna a los transeúntes. Para completar lo truculento de esta escena, tienen que utilizar una máscara que fue alguna vez el rostro de una muñeca. Sabido es que los monos —desde una perspectiva genética— mantienen ciertos lazos de parentesco con nosotros. Primos lejanos, algunos hombres aprovechan que ellos también puedan caminar erguidos y extender las palmas hacia el cielo —como cualquier ser humano— para vivir a costa de ellos. La indignación que genera esta práctica ha tratado de ser transmitida a través de las imágenes que componen la serie 'A kind of you' (que puede ser traducido como 'Una especie tuya'), del fotógrafo finlandés Perttu Saksa. Es difícil decir qué es lo más terrible que nos exponen estas imágenes. Que los animales puedan ser explotados y maltratados tan cruel e impunemente o que nos confirmen —una vez más— la sinrazón a la que pueden llegar algunos seres humanos.