Entrevista a ENRIQUE VERÁSTEGUI
En 1971, un jovencísimo Enrique Verástegui irrumpió en la escena literaria local con En los extramuros del mundo, poemario que fue celebrado por la crítica. Casi 40 años después, el poeta cañetano manifiesta cierto desagrado cuando sólo le recuerdan aquella obra, pues asegura que sus demás libros también son importantes. Teoría de los cambios (Sol negro, 2009), su más reciente poemario, le da la razón.Entrevista CARLOS M. SOTOMAYORFotografía de VÍCTOR VÁSQUEZTu tendencia renacentista está presente también en este libro...Creo que vivimos un cambio de época, y que es necesario dar dirección a esa época a través de la literatura, a través del arte, a través de la ciencia. Y desde ese punto de vista, yo no estoy apartado de eso; por el contrario, estoy inmerso en la búsqueda y en la postulación de un nuevo hombre, de una nueva ciencia y de un nuevo arte.¿Cómo así decides darle voz al matemático chino Ch'in Chiu-Shao?Estaba leyendo un libro de ciencia de la Alta Edad Media y me encuentro con que el inventor del cero había sido un matemático chino en el siglo XIII más o menos. Entonces decidí darle voz poética y voz mística a este matemático chino.En uno de los poemas mencionas tu poemario En los extramuros del mundo con cierto desdén. ¿Cómo es tu relación ahora con ese primer libro?Mira, lo que pasa es que he publicado tantos libros, como el proyecto de Ética, que está conformado por cuatro volúmenes, además de otros libros como Ensayo sobre ingeniería, que me resulta ligeramente fastidioso cuando alguien me cita el primer libro y no me cita los otros libros. Como si no hubiera trabajado lo mismo en otros libros. En este último poemario también mencionas a Sologuren...Fue un poeta que admiré porque escribió buena poesía. Y lo admiré tanto como a Wáshington Delgado, a Romualdo, a Chariarse, en fin, a toda la generación del 50. Y lo cito a él como un símbolo de los años 50. ¿Crees que tu poesía no es reconocida en su justa dimensión? Te lo pregunto por el verso en el que dices: "Cuántos siglos deberán pasar/antes de que la muerte sea finalmente vencida,/ y mis obras glorificadas".Bueno, es un decir. Lo que yo busco es amistad, alegría, pasión por la vida. Eso es lo que busco. Lo otro es secundario.¿Por qué es importante para ti la escritura?Es importante porque es mi modo de expresión, mi modo natural de expresarme. Es importante porque en la escritura se razona lo que no se puede razonar en el nivel ágrafo. Y, por otro lado, es una extensión de mi cuerpo. No puedo vivir sin la escritura. Me parece impensable que no escriba.¿De dónde surge el misticismo que impregna tu obra poética?Ah, eso surge en la adolescencia, cuando descubro a San Juan de la Cruz y empiezo a leerlo. Y lo leo toda mi vida. Lo mismo que a Teresa de Ávila. Y también porque en el fondo todo el motor de mi vida es una pasión mística, es una búsqueda del absoluto a través de la poesía. Una búsqueda de Dios a través de la poesía. HORA ZEROFormaste parte de Hora Zero, siendo el benjamín del grupo. ¿Qué recuerdas de esa época?La recuerdo con mucha ilusión. Fue la época de mi adolescencia. Fue la época en la que buscaba hacerme un destino en la vida, un destino que yo buscaba se plasmase a través de la escritura, de la poesía, del arte. Y que finalmente se plasmó gracias a Hora Zero. *Entrevista publicada en Correo.