Si Sebastian Salazar Bondy aun estuviera vivo, tendría 85 años, una posible saga literaria de Limas Horribles y la frente muchísimo más arrugada que en esa pose algo "vallejiana" tan inmortal que la fotografía análoga ha capturado a blanco y negro.

No es para menos, en la decada de los 50's y 60's, Lima recién tenía 2 millones de habitantes. Actualmente "de los Reyes su ciudad" va llegando a los 10 millones y amenaza extenderse con nuevas hordas "de alienijenas" que van dejando el criollismo para mutar hacia nuevos habitos y costumbres llenos de facilismo para hacer de ellos masas inhertes totalmente vulnerables y dispuestas a ser los soldaditos de plomo de un nuevo juego llamada "El Rey manda".

La discriminación se mantiene, a pesar de de que ahora tratemos de ver hacia dentro y busquemos un ángulo de la historia incaica con la cual levantar el tímido orgullo del peruano. Lo cierto es que los cholos, serranos, charapas, pitifashions... son fugaces representaciones de unidad nacional que tan bien ha señalado Salazar Bondy, hace ya 45 años, cuando decía que en los diferentes estratos sociales se discriminanban (el negro al cholo, el cholo al chino, el chino al serrano, etc.)

Finalmente a poco de entrar al mes de la ciudad de Lima, leerse Lima la Horrible no caería mal a nadie para reflexionar que tanto ha mutado esta ciudad llena de mezclas.

Nota: esta es una pseudo-columna escrita con algo de visceras y con las ansias de dejar ya el 2009.