La más grande lección ideológica la da Isaiah Berlin, quien, rescatando la fábula de Arquiloco, escribe su ensayo más memorable: "El erizo y el zorro".

El erizo, siguiendo a Berlin,  es aquel humano, aquel pensador que despliega una sola idea en su vida; idea con la cual es posible transitar por el mundo e incluso, explicarse todo a partir de esta idea. El zorro, por el contrario, sabe de la multiplicidad de voces y asume como bueno el diálogo y la convivencia de diversos. El zorro sabe muchas cosas y el erizo sólo una. El primero acepta y defiende la diversidad. El segundo niega esa diversidad a partir de la exclusión de las otras ideas. El zorro, aunque no lo diga Berlin, es liberal (la mayor virtud de la zorra es escuchar, al menos tener la diposición)

Entre los  erizos figuran Marx, Hegel, Platón… entre los segundos, astutos como zorros, figuran el divino Montaigne (inventor de eso que ahora llamamos ensayo), Balzac, Shakespeare…

El zorro es tolerante, el erizo no.

¿En cuál bando se ubica usted?

PS: Me escriben preguntándome por mi mejor columnista y por los peores. Quizás yo mismo entre estos últimos. Bueno, sólo responderé, hay columnistas en el medio que son muy orgánicos y anatómicos: unos escriben con el corazón, otros lo hacen con el higado, algunos con el cerebro. allí hay quien escribe con los pulmones y algunos con las manos, solamente. Hay quien escribe con el olfato que le provee su naríz, hay otros que escriben con estómago y, desde luego, no falta un par que escribe con los pies.