LA HISTORIA DEL LAPICERO. CAPITULO 1
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Una tarde soleada y luminosa en Hungría trajo más de una alegría para Laszlo Biro. Corría el año 1938 y mientras el mundo vivía una era de tensión social, unos niños húngaros se daban tiempo para jugar con bolitas en la calle. Uno de ellos cruzó un charco y al salir siguió trazando una línea de agua sobre la tierra seca. Laszlo, quien observó todo tuvo la idea: Trasladar ese mismo mecanismo en un invento: El lapicero.
La historia cuenta que Lazlo, periodista y gran inventor, se encontraba molesto por las constantes trabas de su pluma cuando escribía un reportaje. Sin embargo cuando tuvo la idea del lapicero escapó junto con su hermano George Biro y Meyne, su socio, de la persecución nazi.
“¿A dónde?” fue la primera duda de los tres. En medio del desconcierto surgió una providencial ayuda. Se trataba de Agustín Pedro Justo, presidente de la Argentina por aquellos años. Cuentan que Agustín Justo vio escribir a Lazslo Biro cuando este trabajaba para un diario húngaro, con su prototipo de lapicero y quedó maravillado.
Fue entonces que le propuso: “Ven a la Argentina”. “No tengo visa” repuso Lazlo. Agustín Justo, quien aún no decía quien era, lo miró complacido y sacó del saco su tarjeta que decía: Presidente de la Nación. Asunto arreglado. Los hermanos Biro y su socio Mayme recalaron en Argentina.
Hasta aquellos años la pluma era el único instrumento para escribir y su evolución era lenta y sin mucha novedad. Las plumas de cálamo se usaron por mucho tiempo, alrededor del Siglo VI. Su origen es egipcio y consistía en alas de aves (Las preferías: pato, cisne, cuervo o pavo) las cuales se introducían a un recipiente con tinta para luego escribir.
Sin embargo, la necesidad de escribir urgía y en mayores proporciones. Se necesitaba inventar algo moderno y útil. Luego de varios intentos, por fin surgió: la pluma de acero. El inventor, el inglés Bryan Donkin en 1803. Pero fue el plumín de acero que apareció en 1829 el que tuvo éxito inmediato.
A pesar de esto, no existía aún en el mercado el instrumento para escribir, de uso masivo, económico, cómodo y rápido. En este contexto, mientras el mercado exigía un nuevo producto, los hermanos Biro y su socio Mayme se embarcaban en un viaje, que sería histórico, a Argentina. Su propósito: lanzar el primer lapicero hacia el mundo.
¿Lo lograrían? ¿Escaparían de la persecución nazi? ¿Argentina los recibirá con los brazos abiertos? ¿Sería el destino adecuado? Y lo más importante ¿Podrán fabricar el primer lapicero del mundo? ¿Revolucionaran el mercado? .