Columna del jueves Lo cholo y el cholo republicano
Ramiro Vargas Córdova
Militante de Constructores Perú
(…) Uno de ellos era gordo, de cara aindiada, sin afeitar; le cubría medio rostro una barba rala y negra…
¾Usted es indio, señor Cisneros –le contestó don Bruno sin levantarse– ¿No se mira en el espejo?
(…)
¾¡Que indio ni que indio!! –exclamó Cisneros, y se quitó también el poncho– Tengo capital para comprar La providencia y hasta La Esperanza, de su hermano (…) y no hemos venido a recibir injurias ni sermones. Yo se más que usted de negocios y costumbres; el día no me alcanza para finanzas. ¿Tienen derecho los colonos a negociar con otros que no sean los patrones?
(…)
El que tiene dinero, el que más tiene, ése manda; ése es el señor. Yo se lo voy a probar…tengo influencia. Yo hice al diputado y aún al senador con mi plata. (…)
(José María Arguedas, Todas las sangres)
Siempre me llamó la atención el personaje del cholo Cisneros, muy bien trabajado por Arguedas en Todas las sangres. Un serrano, mestizo y exitoso dueño de tierras y de indios; vulgar negociador sin escrúpulos, que aprovechaba las quiebras o caída de los hacendados para adquirir sus tierras. Es el cholo que se erige como un emergente propietario de haciendas y, como cualquier otro hacendado de la época, da un trato duro a los indios y humildes, solo que éste es peor y terrible según lo describe Arguedas. Es un personaje grotesco, abusivo, ruin... y a su manera un triunfador según los cánones occidentales de una sociedad de mercado.
En Constructores reivindicamos lo cholo como una manifestación actual de la identidad nacional peruana. Ser cholo es hoy una forma de ser peruano, de ejercer ese mestizaje tan peculiar y tan nuestro que está conformado por un conjunto de rasgos que trascienden lo racial y se proyecta como una construcción colectiva, cultural y espiritual. Lo cholo es, pues, una realidad práctica que reivindicamos, con su carácter emergente y que se viene proyectando en distinto ámbitos, y que ha llegado a convertirse en protagonista y héroe cotidiano en la música, el deporte y algunos programas de la televisión local y de un éxito mediático que antes le era esquivo.
Para constructores lo cholo es en la actualidad una forma de ser peruano, cuyo mestizaje peculiar nos diferencia de un mexicano, boliviano o ecuatoriano. Sin embargo el reconocimiento de este mestizaje no lo es todo y no se limita a una vaga descripción de lo que somos, sino que va mas allá y nos plantea el reto de construir lo que queremos ser como país, reconociéndonos diferentes pero a la vez como parte de algo en común. Consideramos que este “algo” es el carácter cívico o ciudadano de lo cholo.
En tal sentido preferimos hablar de un “cholo republicano” como prototipo del peruano que se siente parte de un proyecto común, conscientes de sus deberes y compromiso con la sociedad en su conjunto. Así nos consideramos los constructores, nos asumimos herederos de este mestizaje tan singular y tan nuestro, pero a la vez nos sentimos comprometidos con la construcción de la ciudadanía plena, con el cumplimiento de deberes que nos permitan hacer realidad aquella promesa de hacer del Perú el espacio de realización de todos los peruanos y peruanas. Por tal motivo invitamos a dejar atrás al cholo Cisneros y elevar en nuestro ser al cholo republicano.
Mirémonos entonces, somos cholos pero a la vez buscamos imbuirnos de todas las virtudes republicanas en una sociedad donde el ejercicio de la ciudadanía no solo sea una aspiración colectiva, sino una razón de ser y vivir la vida en comunidad.