Maradona testea la Jabulani y la domina como si fuera un pedazo de papel hecho pelota o lo que sea. A un grande le da lo mismo con tal de que sea esférico.

Jabulani significa “celebrar” en Zulú y bueno, la verdad es que la pelota ha sido hecha para celebrar goles, muchos goles, como quiere la FIFA, aunque no necesariamente de pifias o bloopers como lo que le ocurrió a Robert Green. Al final, dirá Blatter, gol es gol y más si favorece a los millonarios de EE.UU. 

Lo cierto es que el fútbol es un deporte de aguante y espera, de tensión, el único deporte que une lo dramático a lo épico, y no ese reguero de orgasmos múltiples que es el baseball, el basket o el fútbol americano. Y por eso, por más Jabulanis que invente Adidas, hay partidos que terminarán 0 a 0 como el Uruguay-Francia.

La fabricación aerodinámica está hecha para testeada por los fabricantes:

(…) es el “primer balón completamente esférico de la historia”. Ni las pruebas en el túnel del viento o los golpeos milimétricos de un robot diseñado para reproducir las técnicas de golpeo de los futbolistas son correspondidas por las opiniones vertidas por los protagonistas del juego: los jugadores. 

Pero el test que les ha faltado es el más importante: el de Diego. Y Maradona ya la probó. No pudo evitarlo, por más que tenía zapatos de cuero y terno abrochado, cancha es cancha, grass es grass, y pelota es pelota. El Diego probó la Jabulani. Y por la cara que puso parece estar diciendo: “Es más pesada que un globo de cumpleaños y más ligera que una naranja”. Y es que Maradona probó todas las esferas. Y con todas metió gol.

Así sea. Lo cierto es que Argentina es el único equipo que, si tiene un tiro libre, podría patearlo su entrenador. Y sería gol seguro. Con Jabulani o no. 

IT