#ElPerúQueQueremos

ENTREVISTA: Isaac León Frías sobre el 'cine peruano'

Publicado: 2010-06-26

Isaac León Frías, más conocido en la docencia, en la crítica, en el ring bloggero como 'Chacho', debe ser la más grande eminencia nacional en lo que se refiere a sapiencia y buen gusto del séptimo arte. Hace unas semanas, en el marco de un trabajo universitario del cine peruano y cómo la gente lo percibe, le hice una interesante entrevista en la que hablamos extensamente sobre su vida, su visión del cine y cómo en nuestro país éste ha ido evolucionando. Algunas cosas eran necesario ser publicadas. Aquí les dejo gran parte de la entrevista, lo que considero resaltante, dividido en segmentos por temas. Estaba pensando publicar también el sucinto resumen de la historia del cine en el Perú que hice, pero eso ya será más adelante. También pronto entrevistas con Ricardo Bedoya y Augusto Tamayo. Grande 'Chacho', todo un león fiero en su profesión, aunque de apariencia más bien afable.

Sobre cine peruano: estilos, 'géneros', temas.

Alberto Castro:  ¿Usted cree que se puede hablar de un ‘cine peruano’? ¿De una ‘industria de cine’ en nuestro país?

Isaac León: No, creo que no hay una industria de cine en el Perú. Que no ha habido ni hay. Y tengo la impresión de que no va a haber por lo menos en el corto plazo.

AC: ¿Por qué? Más o menos.

IL: Porque no. Una industria se sostiene en un mercado propio y en el Perú el mercado es muy pobre. En los años 30 se intentó crear una industria. Y ese, diríamos, impulso que hubo no prosperó. Se cayó muy rápido. Y se cayó, claro, por condiciones que también vinieron de afuera. En este caso la Segunda Guerra Mundial, que impidió que la película virgen llegara a los productores peruanos. En esos tiempos hacer películas era bastante más barato. Pero eran películas para un mercado local, pequeño pero significativo, no había televisión. Estamos hablando de la década de los 30s. Pero eso se cortó y el cine no vuelve, no reaparece, sino en los años 60s, lentamente, y en los años 70 con una Ley de Cine, se crea la ilusión de una industria, de la posibilidad de una industria. Hay películas peruanas que llegaron a hacer 800 mil, un millón de espectadores, por encima del millón de espectadores.

AC: En la época de Velazco. ..

IL: En la época de Velazco o fines de Velazco, primeros años del gobierno de Belaúnde. Pero luego los cines entran en un periodo de decadencia, hasta el punto que parecía que el espectáculo cinematográfico, si no desaparecía por completo, por lo menos se limitaba mucho. A pocas películas y a pocas salas, digamos a blockbusters. En esos años previos hay una producción, se intentó. Pero no, no se puedo crear una continuidad, no hubo condiciones para la consolidación, digamos, de una industria. Luego, ¿qué cosa pasa? ¿Qué pasa en los últimos tiempos? Que está aumentando la producción de películas, sobretodo porque es más barato, se usan cámaras digitales, ahora los jóvenes pueden acceder en mayor medida a la producción. Hay una mayor motivación, hay vocaciones mayores, hay escuelas, qué sé yo. Pero el mercado es pequeñísimo. En estos momentos 300 mil personas es, para una película, es un éxito grande. Y 300 mil personas no te pagan una película. Y el distribuirlas fuera no es fácil, es complicado. Hay casos excepcionales, por ejemplo el de La Teta Asustada que se ha beneficiado de haber ganado el Oso de Oro del Festival de Berlín y de haber gozado de una resonancia mediática que ninguna película peruana tuvo antes. Por lo tanto, hizo aquí un público que yo creo no hubiera tenido si la película no hubiera tenido esos antecedentes. Gracias a eso también la película ha podido distribuirse internacionalmente, pero es un caso individual, que no podemos generalizar.

AC: ¿Y el caso de las películas animadas?

IL: Sí, sí, es cierto que hay una producción en animación que puede continuar. Que hay un aumento, que hay una… digamos, que hay una tendencia creciente, sin lugar a dudas. Pero de allí, como te digo, a pensar que eso está consolidando una industria, no lo creo. Creo que sí, hay una actividad continua, cuadros profesionales, pero no creo que se pueda vivir exclusivamente del cine pensado en función de las pantallas grandes. Los profesionales tienen que dividirse en diferentes cosas. Comerciales, hacertrabajo institucional, trabajar en la docencia, en fin, muchas cosas. Que hay espacio de trabajo, lo hay. Pero de manera…

AC: Reducida.

IL: De manera reducida y diversificada.

AC: ¿Usted cree que existen temáticas que se repiten en nuestro cine?

IL: Hay temáticas que se repiten, pero no hay géneros. Por ejemplo, en los años 70-80 se hablaba del cine urbano, de las películas de temática local, situadas sobretodo en la capital. Y las películas de tema campesino o rural. Yo creo que esa división ahora no es pertinente. Pero sí podemos encontrar todavía, de manera un poco desordenada, películas que abordan temas sociales o social periodísticos. Tenemos algunas contadas comedias. Bueno, fuera de las películas regionales, que también están creando géneros como una especie de fantástico peruano, en la línea del Jarjacha, ¿no? Hay, pero no se ha configurado todavía un panorama en el que uno pueda decir que acá hay vertientes claras. Pero temas que se repiten, sí.

AC: ¿Y en cuanto a estilos? ¿Cree que hay estilos parecidos, afines, en la historia del cine peruano?

IL: En la historia del cine peruano hay algunas afinidades, sí. Pero tampoco podría decir, sobretodo en el periodo digamos de los últimos 20-30 años, que hay así afinidades muy marcadas. Creo que más bien prima una cierta dispersión.

AC: ¿Cree que ha existido una evolución sostenida del cine en nuestro país?

IL: No sostenida, creo que ha habido vacíos grandes. Por ejemplo, en el periodo mudo la cosa fue accidentada. En los años 30, a fines de los 20, hay una producción más o menos sostenida de largometrajes. Pero luego hay un vacío otra vez, para luego a partir del 36, incrementarse. Pero entre el 40 y el 60 es casi el desierto, ¿no? Prácticamente no hay nada. Hubo una que otra película aisladamente. A partir del 60 otra vez hay un aumento. Y luego desde el año 74-75 sí hay una tendencia irregular, con años en que se estrenan 6 películas y algún otro en que se estrenan 2 o 3. Y esto ha seguido prácticamente hasta nuestra década.

AC: ¿Qué opinión le vale el cine regional?

IL: Mira, no he visto todo lo que quisiera para poder opinar. Y de las películas recientes quiero ver… me hablan muy bien de Los Actores, por ejemplo, la película de Omar Forero. Quiero además hacer un ciclo aquí en la Universidad (de Lima) de estas películas, regionales y también 'independientes'. Yo tengo la impresión, por lo que he visto, lo último fue Alienados y El Encierro, que hay algunos como Mario Castro que exageran con lo del 'Nuevo Cine Peruano'. No creo que las películas califiquen como para decir que aquí hay un nuevo cine peruano. Y además no es que estén ligadas, sino que únicamente por el hecho de que son marginales se las denomina así. Me hablan bien de algunas, eso sí. Pero de las que he visto, la verdad, a Alienados no le veo ningún interés. Y Encierro, me parece que es una película que tiene unas cosas interesantes, pero limitada. De allí a decir que a partir de esas película hay un nuevo cine peruano, la verdad no lo creo, me parece una exageración. Me parece un exceso. Creo que es una bandera. Una bandera desde una posición así un poco como subte, ¿no? Subterránea, decir pues ‘acá está el cine’ y no ese cine oficial, premiado y tal. No, no creo. En cualquier caso no creo que tendría que hacerse esa división. Y si hay películas marginales que son buenas, también hay películas de exhibición oficial que lo son. Y si hubiera que hablar de un cine peruano, yo agruparía de un lado y de otro, y no solamente de estas películas marginales o subterráneas.

AC: Y hablando del cine digital, ¿cómo cree que el cine digital está afectando aquí la manufactura de películas? ¿Cree que afecta en alguna manera?

IL: No, no creo. Lo que creo, lo que veo, es que el cine digital trata de perfeccionarse cada vez más. Es decir, de hacer uso de mejores cámaras. Y la impresión que yo tengo es que, en buena medida, el cine que se hace en alta definición, se parece mucho al que tradicionalmente se ha hecho en 16 o 35mm. Quiero decir, los estándares son parecidos, los estándares visuales, narrativos, dramáticos. No veo que haya habido y haya un cambio de paradigma. Creo que el cine hecho con soporte digital sigue la línea, sigue la tradición, del cine con soporte fílmico. Por lo menos mayoritariamente. No digo que no pueda haber por allí algunas expresiones marginales, tangenciales, de un cine digital totalmente distinto. Digamos en la línea del video arte. Pero la mayor parte de las cosas que se hacen ahora en digital pensadas como cine, digo no pensadas como experimentos más videísticos, más de instalaciones o de museo, creo que están digamos en la tradición cinematográfica, en la tradición de lo que se ha hecho en el cine antes.

AC: Y en general, ¿cree que el cine peruano está mejorando en los últimos años?

IL: Yo creo que sí, yo creo que sí, que hay una mayor… por lo pronto ha ido mejorando en sus estándares técnicos. Segundo, ha ido mejorando en su calidad expresiva. Y algunas de las últimas películas peruanas creo que dan cuenta de eso. Tal vez corresponda a un decrecimiento por un lado de los directores de antes, digamos, como que las películas de Lombardi en los últimos tiempos no han sido las mejores, las de Durant tampoco, y encontramos entre los jóvenes unas mejores películas. Pero yo siempre tengo expectativa en lo que harán los mayorcitos; por ejemplo, me gustaría ver La Vigilia, a ver si es una película menos, digamos, encorsetada que Una Sombra al Frente. O Ella, la película de Lombardi, que ha sido hecha con, no sé, de otra manera, con otro espíritu, con otro tono.

Sobre el público: Taquilla vs. Calidad. Imaginarios ciudadanos.

AC: Pasando a hablar ya del público, ¿usted cree que el público peruano aprecia su cine?

IL: Esa es la pregunta más difícil. Esa es la pregunta más complicada.

AC: Y es el tema central de nuestra investigación.

IL: Y es el tema central. Porque claro, no hay herramientas para analizarlo, para investigarlo, y por lo tanto cualquier respuesta que uno pueda dar aquí es una respuesta aproximativa, ¿no? No hay bases sólidas, no puedo decir que se ha hecho tal investigación, se han aplicados tales elementos de medición, no hay. Yo tengo la impresión de que no podemos decir que haya un público para el cine peruano, como sí lo hay para la televisión peruana, ¿no? No lo hay. Creo que es un público en formación y es un público muy, ¿cómo decirte? Muy disperso, es un público que en cierto sentido se hace y se deshace. No hay continuidad en las películas peruanas, no hay géneros que puedan marcar ciertas pautas. Entonces es muy aleatoria la presencia del público. De pronto, te puedes dar con sorpresas. Y en otros casos con grandes decepciones o frustraciones. Creo que ese público está todavía por formar y probablemente, mientras que no hayan géneros… no géneros, sino tendencias, vertientes más o menos claras o establecidas, digamos todavía es el público como un público difuso, como un público errático. Creo que hay un público para las películas norteamericanas, ¿no? Sobretodo para los blockbusters. Creo que hay un público para ciertos géneros, para las películas de acción, para las películas de terror.

AC: Justamente cuando hablamos con Ricardo Bedoya, nos dijo que él sentía que el público era muy heterogéneo en nuestro país, y que ese era el problema. ¿Usted cree que tiene que ver?

IL: Sí, sin duda.

AC: ¿Y usted cree que esto es lo que afecta a que el público no se vea reflejado en su cine, o siente que sí hay una identificación del público?

IL: Yo creo que la hay hasta una medida muy limitada, muy reducida. Eso es lo que originó el debate con Cordero, cuando dijo que no había una identificación del pueblo peruano con su cine. Claro, una de mis objeciones fue que hablar del pueblo peruano es demasiado. ¿Qué cosa es el pueblo peruano? ¿Son los 28 o 29 millones? El público que va al cine es muy chico. Hay que hablar del público. Y claro, no hay identificación, porque no hay continuidad, porque no hay géneros, porque cada película es como un volver a empezar en alguna medida. Y creo que es uno de los grandes desafíos a futuro: la formación de un público.

AC: De un mercado.

IL: Claro, de un mercado y un público realmente que asista, que siga, como lo hay en otras partes. El cine francés tiene su propio público, su propio mercado. Los italianos también, antes lo tuvieron como a fuerza. La India, por supuesto, o en algunos otros países de Europa existe. Entre nosotros no hay. Lo hay en Argentina, Brasil y México, aunque también en condiciones distintas a las que hubo en otra época de auge de esas cinematografías.

AC: ¿Usted cree que existen prejuicios en el público antes de ver una película peruana? ¿Ideas preconcebidas?

IL: Sí, hay prejuicios. Durante mucho tiempo ha estado, sin duda, presente el prejuicio de que las películas peruanas son películas malas, son películas mal hechas, torpes. Yo creo que todavía existe un poco ese prejuicio en mucha gente, sobretodo en sectores de clase media. El otro día una chica decía ‘las películas peruanas son películas en donde hay terrorismo, violencia, calatas y lisuras’. Lo de las lisuras, por lo pronto, no debería sorprender. Yo escucho aquí a las chicas que son las más lisurientas, incluso más que los muchachos. Pero hay una resistencia también contra eso. ¿Por qué las películas peruanas tienen que echar mano a ciertos temas escabrosos? Es lo que se argumenta especialmente, diría yo, en sectores de capas medias. No sé en los sectores populares, porque no se ha investigado. Ahora, aquí también es todo un problema porque, ¿qué cosa es lo que más le gusta ver al pueblo? ¿Ver sus propios problemas o ver historias más idílicas o mundos más sofisticados? Hay toda una serie de cosas aquí que me imagino ustedes van a irse planteando al interior del trabajo.

AC: ¿Usted cree que alrededor de estos prejuicios, de los desnudos y eso, hay un doble discurso de parte del público? Porque justamente son esas películas las más taquilleras.

IL: Sí, hay un doble discurso. Es eso, como antes decía, de ‘no puede ser que hayan tantas películas pornográficas’, pero muchos de los que lo decían eran los que iban a verlas. O los que critican la violencia en las películas y también son los que van a ver las películas de violencia. Hay un doble discurso, hay allí una doble moral. Porque efectivamente, como dices, son las películas más taquilleras. Cuantas más calatas tu ofreces, en principio, va a haber más público. Sin embargo después es uno de los argumentos que más se maneja como para desacreditar.

AC: Y eso que en los últimos años los desnudos no…

IL: No, no han proliferado. Más bien han disminuido.

AC: Y a la vez el público ha disminuido con eso.

IL: Sí, sí.

AC: ¿Usted considera que es rentable hacer cine en nuestro país?

IL: No, creo que no es rentable. Puede serlo, en algún caso, hasta cierto punto. Pero rentable rentable no es. Ahora, que se pueda vivir del cine, creo que sí, dentro de ciertas condiciones, por supuesto, no dedicados únicamente a la práctica de la dirección de largometrajes de ficción. Con otras cosas, allí se puede vivir.

AC: Antes había películas que superaban el millón de espectadores, ¿usted cree que ahora una película peruana puede competir contra una producción, digamos, hollywoodense?

IL: Creo que no. En estos momentos, creo que no. No sé si más adelante, pero así, en las condiciones actuales, en frío, me parece que no. Que se ha perdido mucho ese público potencial que pudo haber antes para el cine peruano. Y esa es una exigencia de reconquistar a ese público, pero creo que eso va a tomar tiempo.

AC: Con respecto a los premios internacionales, ¿por qué últimamente queda una sensación de que nuestro cine es más apreciado fuera que dentro de nuestro país? ¿Usted cree que hay eso o es simplemente una sensación?

IL: Es posible que sí. Porque se hacen películas un poco más exigentes, porque son películas que aspiran a llegar a los festivales y tener allí un reconocimiento para después, un poco, rebotar aquí en el Perú y eso hace que las películas tengan ese sesgo. Otra cosa: buena parte de las películas peruanas de los últimos tiempos reciben subsidios o apoyo, financiaciones de Ibermedia, de fundaciones, televisiones. ¿A qué proyectos apoyan estas fundaciones? Proyectos que tengan algún interés social o cultural, no a cualquiera. Si presentan La Gran Sangre o Motor y Motivo, seguro que no les dan el premio. Entonces todo eso también está favoreciendo este tipo de cine, para efectos de su aprecio o reconocimiento en festivales y medios extranjeros.

AC: ¿Cuál cree usted que pueda ser el principal motivo por el que estas producciones nacionales de los últimos años no pueden competir contra películas extranjeras o mayoritariamente de Hollywood, de EEUU, de estudio?

IL: Unas, yo te diría, las más, entre comillas, “comerciales” como La Gran Sangre o Motor y Motivo, porque no están bien hechas, porque son muy chabacanas. Otras, tipo La Teta Asustada, Paraíso o presumiblemente Octubre, que no he visto todavía, porque son películas minoritarias. No tienen las condiciones para pelearse este público masivo.

AC: ¿Usted cree que la crítica puede afectar en alguna medida la decisión de un espectador a la hora de elegir la película a ver?

IL: Tal vez. Yo diría que la crítica a cierto rango de películas no las afecta. Quiero decir, a los blockbusters no los afecta la crítica. Allí la crítica puede ponerse de acuerdo para tirarse abajo Iron Man 2 o…

AC: Príncipe de Persia.

IL: Príncipe de Persia y no le va a quitar público, ¿no? Es un público además que en su mayor parte no lee la crítica. Creo que la crítica puede ayudar a ciertas películas difíciles. Y en el caso de las películas peruanas, también: ayudar o no ayudar. O más bien contribuir a que se caigan algunas. Pero son películas potencialmente poco comerciales o digamos poco comunicativas. Porque en una película que tenga de dónde agarrarse para el público, no le va a hacer mucho daño la crítica. Más bien el boca a boca va a funcionar. ‘Esta es una película violenta, hay puras calatas, hay puro sexo. Esta película tiene tales cosas..’, eso es lo que va a atraer más. Esa cosa un poco sensacionalista, escandalosa, provocadora en alguna medida.

CONACINE y demás organismos de ayuda. Legislación.

AC: ¿Usted cree que es posible financiar una película sin participar en estos concursos de ayuda, como Conacine, o Fondos, como Ibermedia?

IL: Sí. Con capital privado, se puede. Ahora, generalmente para empeños muy comerciales. Creo que la Ley de Mecenazgo, que está ahora en discusión, va a permitir, va a facilitar eso. Que el capital privado pueda apoyar producciones.

AC: Sobre las dos últimas leyes de cine, la de Velazco y la de Fujimori, ¿cuáles cree que son sus principales aciertos y sus principales errores?

IL: Digamos, que una ventaja de la ley de Velazco fue el dar la obligatoriedad de exhibición. Y eso favoreció sobretodo al desarrollo del corto. Claro que creó una enorme cantidad de películas muy mediocres, nulas realmente. Era la ley del menor esfuerzo. Pero, digamos, permitió profesionalizar, capacitar a mucha gente, de allí han salido realizadores que han pasado al largo. Fue un estímulo para que las películas se exhibieran. Más en el corto que en el largo. Yo creo que esta última ley finalmente termina promoviendo más el largo al darle premios y cada vez más. Porque se ha conseguido mayor dinero y se está aumentando hasta 6 proyectos, dice la ley, que se puede premiar.

AC: ¿Cuál cree usted que es la principal fortaleza y debilidad de un organismo como Conacine?

IL: Evidentemente la debilidad es tener que depender de fondos del Estado que son inciertos. Porque va a depender de que haya dinero. En una situación de crisis, Conacine se viene abajo, ¿no? Esa creo que es la principal debilidad.

AC: ¿Y en cuanto a fortaleza?

IL: En el mismo punto creo yo que está la debilidad y la fortaleza. Poder contar y poder administrar un dinero que fomente, como bueno, ha venido haciendo en los últimos años con las películas peruanas.

AC: ¿Usted diría que el Estado apoya lo suficiente al cine en nuestro país?

IL: No lo suficiente. Pero, lo está apoyando. Y hay que pensar que esto es una, en la práctica, una forma de subsidio, en una economía liberal opuesta a los subsidios. O sea que mal que bien nos vemos beneficiados, digamos, de una política cultural, que, bueno, sí, empezó en la época de Fujimori, siguió con Toledo y ha aumentado ahora con el APRA. Una política cultural de apoyo en una economía más bien contraria a los apoyos o los subsidios. Considerando que esto es una actividad cultural y comunicativa, es la defensa de la cultura.

AC: ¿Usted cree que es necesaria la formulación de una Nueva Ley de Cine?

IL: Creo que sí. Pero tengo la impresión de que en estos momentos lo mejor que podemos hacer es potenciar la ley existente.

AC: Una potenciación. ¿En qué medidas se necesitaría reformar la ley existente?

IL: Tratar de dirigir algo más de fondos a esto, que aumente el número de premios y con eso que se pueda apoyar más la producción, la distribución, la post-producción. Que sigan premiando cortos.

Premios y festivales.

AC: En cuanto a los premios, ¿en qué medida cree que afectan ya sea tanto la hechura de películas como la recepción del público?

IL: Yo creo que está favoreciendo a que se hagan algunas películas de mejor calidad. No necesariamente de recepción de público, ese es un punto débil, ese es un punto flaco.

AC: Y en ese sentido, ¿usted cree que parte del cine en el Perú se hace pensando justo en estos festivales?

IL: Sí. No sé en qué porcentaje, pero que se hace pensando en festivales, sin duda.

AC: ¿Más que pensando en un público nacional?

IL: Yo diría que está un poco a medio camino.

Sobre el futuro del cine peruano.

AC: Terminando, ¿cómo ve usted al cine peruano evolucionando a corto plazo y a largo plazo?

IL: Yo creo que es un momento muy interesante, donde hay mucha gente joven que está saliendo al ruedo y que está empujando el coche y esto me parece altamente promisorio, muy ambicioso para el futuro. Además con vocaciones muy firmes, con gente muy comprometida, con ideas claras, con inquietudes. El pitching que hemos hecho el otro día en Conacine me ha dado una impresión muy favorable, de gente, como te decía antes, no jovencitos, porque allí todos por lo menos tenían 30 años, pero de gente muy decidida y muy implicada en lo que es hacer cine en el Perú.

AC: ¿Usted cree que está yendo en buen camino…?

IL: Yo creo que sí.

AC: ¿…o podemos acercarnos a otro trunque, como ha sucedido a lo largo de la historia?

IL: Bueno, nunca sé, porque ya allí sí hay imponderables. Digamos, que se quiten… Si se quitan las ayudas, yo creo que vamos a poder caer en otro punto cero. Pero si no se quitan las ayudas, si la ayuda continúa, y el cine peruano sigue con un cierto reconocimiento afuera, que ya eso es imagen para el Perú, lo de Claudia Llosa, por ejemplo, y La Teta Asustada ha sido muy importante, la cosa puede continuar y dependerá de muchos, de ti y de otros como tu que luego estén en este… creo que tu por allí apuntas, ¿no?

AC: Claro, yo voy a dirección.

IL: Entonces en ustedes está un poco ese futuro.

AC: Muchas gracias.


Escrito por

encinta

www.encinta.net


Publicado en