Este post está dedicado a los ex, sí a los ex, a los buenos que siguen siendo nuestros amigos, a los malos que alguna vez nos hicieron llorar, a los que nos engañaron porque la carne es débil, jaja (es su excusa), sí, a todos ellos, porque aunque mal nos hayan pagado, este post pretende ser una catarsis sana, la mejor terapia para las rupturas amorosas.  Aquí no pretendo maletear ni despotricar contra quien alguna vez fue la persona que quise o amé. Todo lo contrario, este post pretender rendirle homenaje a los buenos recuerdos, a las locuras, momentos y anécdotas positivas de nuestras antiguas relaciones. Es decir, pretendo hacer un viaje por la memoria, recordando lo que ellos alguna vez hicieron por mí, pero también lo que alguna vez hice por ellos, porque de tristeza, despecho o resentimiento nadie debe vivir...  

Si bien hay finales tranquilos, tristes y hasta tortuosos, debemos recordar que todo nació alguna vez de un coqueteo, una ilusión, una alegría, y para no sentir que perdimos el tiempo al finalizar esa relación, mejor recordemos lo bueno, para sentir que ganamos experiencia y aprendimos alguna lección. De esa forma, no nos dolerá tanto, sanarán mas rápido las heridas del corazón y no nos enfermaremos con el cáncer del resentimiento. Lo que este post quiere es recordar lo bueno de lo que nos dejó el amor, para sentirnos mejor.

Confieso que tenía 6 años, cuando tuve mi primera locura de amor o de desamor diría yo, porque un amigo de mi aula se me declaró en plena formación, me dijo que le gustaba, y como yo estaba en la época en la que los niños me parecían feos y malos, en la época que solo en las fiestas bailábamos entre niñas, le dí un cachetadón frente a todos. Pobre!!! era explosiva desde pequeña. Jaja. Hasta ahora me apeno, no sé que habrá sido de él. Al siguiente año, lo cambiaron de colegio.  Luego, conforme iba creciendo, llegarían las cartitas, las inocentes cartitas de los amigos del cole, cartitas que por cierto hasta ahora guardo en una cajita especial, porque son recuerdos de una etapa linda.

Es gracioso empezar a recordar las locuras que alguna vez hicieron por uno y lo que una fue capaz de hacer. Recuerdo que cuando tenía 13 años y vivía en Balconcillo, un amigo se me declaró por walkie talkie desde su casa, estaba castigado (casi siempre lo estaba) y yo estaba afuera conversando con su hermana, entonces mi mejor amiga.  Lo mas chistoso es que ese día dije sí, también por el mismo medio. Una linda e inocente relación que no pasó de un tímido piquito y de salidas a comer helados en compañía de mi hermana.  Sin embargo, nunca olvidaré lo que ese adolescente enamorado hizo por mi el día de mi cumpleaños, se escapó de su casa, y saltó del segundo piso donde se encontraba su habitación hasta la vereda, para poder ir a mi fiesta y entregarme el peluchito que me había comprado. Nunca olvidaré ese día, lo que fue capaz de hacer por mí, aunque hace mucho tiempo no lo haya visto, y aunque hace poco me haya enterado que se casó con la chica que estuvo después de mi.

Pero si de amores y locuras se trata, siempre recordaré a ese especial amigo que hasta hoy conservo, que alguna vez me compuso una canción y la cantó en la noche de talentos de la parroquia, ante la mirada de todos y la sorpresa mía. Era una letra linda, tanto que me convenció y logró que sea su enamorada a los pocos días. Esa mágica relación no duraría mucho, porque tuvo que viajar al extranjero a estudiar y yo sentí que no podía ser una piedra, un obstáculo en su camino. Por eso lo dejé ir, nunca reclamé nada.  Lo gracioso, es que fui capaz yo también de hacer cosas que nunca habría imaginado por alguien. Escribí mi primer y único libro, una sola edición en la que en 120 páginas plasmé todo este romance como una especie de diario para sellar cada momento.  Cinco años después él lo leyó y sacó una copia. Imagínense, estaba loca para escribir tanto, pero así es el amor no?

Lo gracioso es que el tema que él me compuso, alguna vez también lo cantó en una plaza y en una radio, con el grupo de rock que formó en ese otro país.  Pero hay mas, alguna vez llamé a la radio y pedí una canción para él, que roche no? pero lo hice. Y alguna vez también alguien, otra persona, años después, me envió un saludo por radio y me hizo escuchar. Es que así es el amor, tan loco que alguna vez, iba a las cabinas de internet todos los días para comunicarme con esa persona especial. No había messenger, así que tenía que buscarlo por todo latinmail hasta encontrarlo, pero una vez que nos hallábamos, conversábamos una, dos, tres horas por chat.  Y ni qué decir, de la línea telefónica, se han preguntado cuánto es lo máximo que han hablado de corrido con una persona por celular o teléfono de casa? Creo que alguna vez hablé tres horas y media seguidas... una locura!!!

Pero siguen las historias. Recuerdo que hubo alguien que me regalaba rosas rosadas cuando era mi amigo, y el día que se me declaró me dio una rosa roja. Recuerdo también que se mudó a la casa de su abuela un buen tiempo, para poder recogerme del trabajo, para estar mas cerca de mí. Esa misma persona, alguna vez anunció que quería casarse conmigo en plena reunión familiar, y si bien nunca se dio, la ilusión de entonces y los buenos recuerdos vividos hicieron que perdonara el mal final de esta relación. De hecho, nunca mas hablamos, y cuando nos cruzamos es como si no nos conociéramos, pero prefiero eso a mirarnos o hablar mal de esa persona. Las cosas se dieron así y punto.

Recuerdo también alguna vez armé un cuadro con fotos y las regalé toda cursi en mi época de tonta enamorada, y es que todos en algún momento perdermos la brújula, tanto que a veces no escuchamos cuando nos dan señales de que las cosas no son como las creemos ver. Pero de todo se aprende, porque mi mayor locura de amor, es ser mamá, y lo digo contenta, porque si bien la relación con el padre de mi hija no funcionó, ese amor en su momento hizo que desencadenara en esa pequeña vida que ahora es la razón de la mía.

Es chistoso, alguna vez bailé danza árabe para complacer el sueño de alguien, y alguna vez alguien cantó conmigo el tema que tanto me gustaba y que parecía haber sido escrito para nosotros. Por ese alguien, también fui capaz de arriesgarlo todo y desterrar esa frase de "prefiero quedarme sola", pero así somos los humanos.

Es lindo emparejarse, es triste separarse, duele ser engañado, pero nos queda lo vivido. Siempre hasta lo malo nos dejó algo bueno, alguna enseñanza, por eso dedico este post a mis ex, porque me han permitido ser mas selectiva, porque me han convertido en una mujer menos confiada, y porque tras cada tropiezo, nunca he perdido la esperanza de que llegará alguien mejor, y así casi siempre ha sido y si bien me he vuelto a equivocar, me levanto con la misma fuerza de siempre. Es lindo seguir respirando, seguir viviendo sin atormentarse por el pasado, es lindo no guardar rencores, no sufrir ni llorar eternamente por amor, porque creo que el verdadero amor no lastima, no duele, por eso es mejor guardar lo bueno de los ex en el baúl de los recuerdos, y lo malo desterrarlo, es por salud propia. Eso no significa que olvidemos, eso significa que perdonemos. La vida sigue, no hay porque llorar. Entonces, si aprendemos a asimilar los errores de pareja, porque en toda relación que no funciona, siempre los errores son de a 2, entonces aprenderemos a vivir mejor, a cerrar etapas, a empezar de nuevo.