Un día como hoy murió Jack Kerouac.
Un día como hoy, Jack Kerouac, uno de los representantes más significativos de la generación "beat" y autor de la novela "On the Road" (En el Camino), murió a los 47 años de edad producto de una cirrosis que contrajo a lo largo de una vida llena de desórdenes.
El diario Vanguardia ha publicado en su web las palabras de condolencia de la que extraeremos sólo algunos fragmentos:
Queridos hermanos: hoy, 21 de octubre de 1969, estamos aquí reunidos para lamentar la muerte de Jean Louis Kerouac.
Pero no debe haber caras tristes. Por fin su cuerpo ha logrado el ansiado reposo que no tuvo en los 47 años que tenía de vida. ¿Cómo tener paz entre fiestas de 24 horas, alcohol, drogas, sexo, música, viajes en carretera, dedos escribiendo alocadamente y una fama que aborrecía?
Contrario a lo que piensen los más ineptos, Jack no fue un borracho solamente. Beber lo llevó a la muerte, es cierto, pero este hombre fue algo más que un barril sin fondo. Hermanos y hermanas, a Jack Kerouac hay que recordarlo por la huella indeleble que dejó en la literatura estadounidense: él, y nadie más, fue el padre de los “Beat”.
Y no frunzan el ceño, señoras. Si les incomoda esta generación bien pueden irse. El conservadurismo no cabe en las mentes de estos locos. Esta generación literaria de los años 50 él la bautizó como “Beat”. Jóvenes que buscaron un misticismo como respuesta: beat-íficos; pero también una generación golpeada y no “perdida” como su predecesora: de ahí la palabra “beat”.
Sus ideas y su percepción del mundo fueron imprescindibles para este país, pues supusieron un paradigma cultural que ha influido en la vida de muchos. Divulgaron la pasión por la música, la ecología, el amor libre, el misticismo, la libre expresión, la curiosidad por las culturas indígenas y la expansión de la mente mediante las drogas (sí, señoras, eso fue Jack).
Los “hippies” se afianzaron a esta filosofía años después. Y aunque los “beat” o “beatnicks” fueron unos verdaderos vagabundos, y fiesteros no tan intelectuales, su importancia es honda, se los repito. William Burroughs y Allen Ginsberg, aquí presentes, pueden secundar mi opinión.
“Dentro de 100 años, casi nadie recordará siquiera a muchos escritores actuales, pero seguirán leyendo a Jack”, dijo Allen alguna vez.
Aquí te dejo un video. Kerouac leyendo Haikus Americanos acompañado de jazz.