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Del Castillo, según Vásquez Bazán

Publicado: 2011-01-07

Según el ex Ministro de Economía del primer alanismo, César Vásquez Bazán, Del Castillo no es un bebé de pecho, no es tampoco un quijotesco espécimen de la política y que sus orígenes dan más para el débito que para el crédito   http://cavb.blogspot.com/2011/01/que-oculta-el-curriculum-de-jorge-del.html

Desde luego, no es una voz objetiva en grado sumo y que sólo apele al seso razonador, lleva su buena sazón de hígado y algunas cuitas que respetamos, aunque desconocemos, por lo que lo sostenido en su post no lo tomamos como una verdad indubitable de principio a final. Sin embargo, da varias referencias que conviene tomar en cuenta y que dan pie a una evaluación somera de un político. En lo particular, confieso que Del Castillo siempre me pareció un aprista que cumplía bien su papel, diferenciándose de la recua sospechosa y que nunca lo tendríamos en el paredón de las acusaciones públicas. Su autogol fue reunirse con Canaán y hacerse sospechoso de cualquier cosa y tanto que al otrora poderoso señor, lo pueden hacer objeto de sospechas, ningunear y hasta excluir de la cabeza de la lista parlamentaria aprista.

Lo he editado para morigerar su algo de sazón, pero Vásquez Bazán se explaya en el link que les pasé en el primer párrafo y allí podrán leerlo, si quieren.

La cosa es que a inicios de los años setenta, dice Vásquez Bazán, Del Castillo Gálvez inició su relación con Manuel Ángel del Pomar, abogado de pésima reputación por especializarse en la defensa de narcotraficantes. En 1975 Castillo ingresó a trabajar a la oficina de del Pomar, de quien fue colaborador y socio hasta el fin de esa década. El estudio jurídico de del Pomar y Castillo Gálvez estaba ubicado en el edificio Anglo Americano, frente al monumento a Miguel Grau, en la ciudad de Lima.

Hasta allí bien, luego el autor de la nota, no sé si especulando o con base, refiere lo siguiente: "En ese mismo edificio se localizaba el bufete de Sergio Cardenal Montesinos, quien tenía como asistente a su sobrino, Vladimiro Montesinos Torres. Fue así como en esos años, Jorge Castillo Gálvez reforzó su cercanía y reafirmó su amistad con el futuro jefe de la mafia fujimorista. En particular, Castillo Gálvez y Montesinos guardan excelentes recuerdos de su asistencia conjunta a las reuniones semanales denominadas Viernes Jurídicos, que se llevaban a efecto en las oficinas del Anglo Americano". ¿Quién tiene fotos o evidencias de estos encuentros? ¿Son estos viernes jurídicos una creación fantástica del ex ministro y hoy bloguero Vásquez Bazán? Y si Del Castillo hubiese sido amigo o cercano de Montesinos ¿Qué? Aún no tenía la fama que hoy tiene y de amistades y "amistades" está hecha la vida. Quizás entre las mías se encuentre la de un gangster, que lo será dentro de 20 años ¿Y qué?

Dice luego: "Durante la década fujimorista, la promoción de San Marcos a la que pertenecen Montesinos y Castillo Gálvez se reunió en cenas y almuerzos en varias ocasiones. En esas reuniones Castillo Gálvez y Montesinos coincidieron siempre muy amigablemente y en los mejores términos". Convendría, además de lo dicho, que esas afirmaciones tuvieran una fuente, salvo que elucubremos que el gestor de las mismas estuvo también allí o que cuenta con testigos de primera mano, cosa que no dice.

Y aquí algo interesante y que no es pecaminoso sino que alerta sobre la fuerza de las convicciones apristas de Del Castillo, que a las finales queda como un oportunista o un aprista por fuerza de las propias ambiciones más que por la prédica de Haya. Vásquez bazán sugiere que Del Castillo pudo haber sido hoy un belaundista acérrimo (mejor que Lescano, desde luego y más en la onda moderna, le faltó decir): "Del Castillo  siempre se destacó por su ...búsqueda del poder. En 1977 se acercó a Acción Popular con el objetivo de ser incorporado en la lista belaundista de candidatos a la Constituyente. Se retiró de ese partido cuando se enteró que el movimiento de FBT no presentaría candidatos a la asamblea que prepararía la nueva Carta Magna del Perú".

Allí, en lo último, nada de malo hay. Las pretensiones de participar políticamente no deben extrañar a nadie ni deben sugerir "ambiciones de riqueza" como plantea el bloguero antialanista. Pero sirve para ilustrar sobre la débil y forzada convicción aprista del  hoy atribulado Del Castillo.

¿Cómo llegó Castillo Gálvez al PAP? se pregunta Vásquez Bazán. Ahí les va:

"Luego del traspié en el belaundismo, Castillo Gálvez tocó las puertas del Partido Aprista. Utilizando sus contactos con Manuel Ángel del Pomar –que se hacía llamar “sobrino de Haya de la Torre”– se convirtió en guardaespaldas letrado de Rómulo León Alegría. Conocido por practicar una adulación rastrera hacia aquellos que le podrían proporcionar poder, Castillo demostró su servilismo actuando como defenestrador del doctor Durand, representante aprista ante el Jurado Nacional de Elecciones de ese entonces.

Posteriormente fue designado secretario nacional de margesí de bienes del Partido Aprista, cargo en el que destacó por su ineptitud para sanear el patrimonio inmobiliario del PAP. A comienzos de los años ochenta obtuvo la alcaldía de Barranco en elecciones que ganó en la mesa. Con ese fin debieron firmarse nuevamente las actas electorales suficientes para posibilitar su ... victoria. Años después fue electo alcalde de Lima como consecuencia de su servilismo hacia García Pérez, recompensado por éste con un balconazo en el que el presidente expresó públicamente que votaría por Castillo Gálvez"

Vásquez Bazán dice literalmente que la alcaldía de Barranco, Del Castillo la obtuvo por fraude, pero no alcanza las pruebas de "tamaña" afirmación. Excusen mi cuadriculada vocación leguleya, aunque periodística también es: "afirmas, pero pruebas". Esperemos un poco y lo digo de buena guisa, pues aprista no soy ni antiaprista, por cierto.

Salvo el toque sensitivo, conviene leer a Vásquez Bazán, que es una acuciosa conciencia actual de las idas y venidas del partido de la estrella. Imagino que ese debe ser el blog que Alan y Cia más leen.


Escrito por

El fantasma

Justiciero y franco.


Publicado en

El fantasma de la Opera

Pensando en voz alta