Comandante marchando a pie cambiado
Los principios básicos de la disciplina militar indican que la marcha se inicia con el pie izquierdo y que al sonido del bombo, la misma extremidad deberá tocar el piso; el hacerlo con el pie derecho, es considerado como una falta grave. Es lo que le ha ocurrido durante la semana que culmina, a Ollanta Humala, convertido en presidente electo.
Dos son las faltas que se pueden comparar a la marcha a pie cambiado: las declaraciones de venderle a gas a Chile y que a fines de junio, es decir un mes antes de asumir el mando, anunciará su gabinete ministerial. Lo que afirmo exige una explicación, como lo hubiera manifestado el célebre habitante de Pelotillehue, Condorito.
Asediado por la prensa, en su visita al presidente Piñera; Humala afirmó que vendería gas a Chile, si se abastece previamente al mercado nacional, música celestial para los oídos de los capitostes de la Sociedad de Minería, Petróleo y Energía, del Perú.
Tremenda afirmación fue celebrada por los medios de comunicación que antes lo criticaban duramente y hasta han querido ver “una conversión casi religiosa”. ¿Qué pasó? ¿La antes vilipendiada exportación del gas solo se reducía a un problema de abastecimiento? ¿El precio no era vil? ¿Acaso no era que el estado peruano recibía mendrugos por regalías? ¿No había que privilegiar la exportación con valor agregado en lugar de la materia prima? Más coherente hubiera sido decir: “que la venta del gas peruano a destinos más allá de nuestras fronteras sería un tema de revisión por su gobierno”, lo que era coherente con su discurso, la de sus principales compañeros de ruta y del 70% de los electores de la macroregión sur que votaron por él.
La otra falla garrafal, el comprometerse a presentar un gabinete este mes. Hay que recordarle al comandante, que en las lides políticas, los deportes que más se practican son: el palo encebado y el tiro al blanco. Ya quiero ver a los elegidos un mes antes de juramentar, ser sujetos de todas las críticas habidas y por haber, así como el festival de denuncias al que van estar sometidos. Más de una renuncia antes de decir: ¡sí juro!, las tendremos de todas maneras.
La recomendación es: menos declaraciones que ya comenzó a complicarse, recuerde que ha ganado una elección polarizada, donde no le van perdonar nada en cinco años.