CHOLO SOY. Sotil en documental de cine de Lima
(Publicado en Diario16. 11 de agosto, 2012)
A pesar de algunas raras transmisiones en el canal cuatro entre tardes de fin de semana -y hace ya bastante tiempo de una de estas- pocos saben de Cholo, una película peruana escrita, producida y dirigida por el desaparecido Bernardo Batievsky -uno de los primeros dueños del canal 2- y quien hiciera cine tercamente en los 70, trabajando al lado de reconocidos realizadores como Jorge Vignati o Armando Robles Godoy. Con este último produciría la película Espejismo, por la que más se reconoce a Robles Godoy como director y realizador en general.
Cholo fue estrenada en el 72 y su protagonista era nada más y nada menos que el mismísimo Cholo Sotíl. Su personaje, dentro de la ficción, pretendía ser un gran futbolista, un gran abogado, y era además un artista que se daba el lujo de regalar cuadros suyos cuando había quienes se ofrecían a comprárselos.
Cholo, narraba así la historia de un joven pintor que llega de la provincia a una ciudad hostil y racista como Lima logrando viajar posteriormente a Europa, chocando además con el primer mundo. Lo que ya conoce contrastará con Inglaterra, Holanda, Francia e Italia. "Venecia se hunde” pensaba en voz alta su personaje y ante una de las ciudades más bellas del mundo. El viaje no solo será una ruta geográfica, sino que lo llevará a ese viejo lugar común del cine, o de la vida: buscarse a sí mismo y definir de una buena vez entre tanto laberinto propio, qué es lo que quiere hacer con su futuro. Ya en Lima, y volviendo a la ficción, las cosas serán más claras. Quiero ser futbolista, decidió.
Un de las críticas más feroces a Cholo, fue que el guión era excesivo para la poca actuación que ofrecía Sotil, utilizado quizá como astro del fútbol para una película que ofrecía poco Fútbol.
Cabe recalcar que en Lima no caen lluvias torrenciales sobre el llanto de futbolistas después de hacer el gol de la victoria. Quizá lo anterior pertenece al imaginario sobre una película de fútbol. Pero lo saben los que hacen películas sobre este deporte. El tema rodea otros temas más importantes. Cholo no era una película sobre fútbol, sino sobre el discurso racial que se ensaya en los mismo 70 ante la figura de alguien que surge en la ciudad siendo un migrante como muchos de nosotros.
La cinta duró apenas unas semanas en cartelera y no cubrió el riesgo económico que tomara Batievsky. Muchos comentaron que este habría quedado arruinado, sin embargo con Espejismo llegó a recuperar presupuesto y ¿por qué no? cierto prestigio. “No retiraron Cholo de cartelera porque nadie la viera, sino porque él lo decidió. Un crítico fue implacable con su película y mi abuelo no pudo tolerarlo. El mismo quitó la cinta de los cines” comenta Andrea Franco Batiesvky, su nieta.
Ese otro Cholo
Philippe Gruenberg, reconocido fotógrafo y también artista visual intervino Cholo, e hizo en el 2004, una versión nueva de la película, dejando la cinta en apenas 40 minutos, siendo su duración oficial de una hora con 20. Lo presentó como Mi Cholo y bajo el sello de Emisiones La Culpable.
“Cholo fue un fracaso comercial sin embargo dejó un documento de las ilusiones –también de las frustraciones– provocadas por la reivindicación nacionalista y racial en las épocas del velasquismo (1968-1975) (…) A la distancia de los tiempos se siente conmovedora la búsqueda melancólica de identidad que contrasta las tribulaciones limeñas del protagonista con sus breves viajes a la cosmopolita Londres” comenta el crítico Gustavo Buntinx sobre Cholo y apropósito de la pieza de Gruenberg.
Cuentame de Bía
Andrea Franco Batievsky presenta en el festival de Cine de Lima el documental Cuéntame de Bia, que a través de conversaciones con su abuela, su madre y sus empleados, intenta reconstruir los motivos de Batievsky-su abuelo- como cineasta en los mismos setenta. El documental presenta material casero como imágenes de su vida familiar y cotidiana que alterna con escenas de Cholo y Espejismo. “El era un radioaficionado. Quise hacer el documental para descubrir porque hacía cine. Siento la responsabilidad de seguir lo que él empezó, además el cine documental es un arma social, histórica y no tiene el espacio que merece. La gente quiere contar, que le cuenten cosas, esa es la importancia del documento” comenta Franco Batievsky, quien aun busca restaurar Cholo como película, a pesar de haber digitalizado algunas copias.
(Cecilia Podestá)