A la caza de los asesinos de Víctor Jara 40 años después
Nunca se supo con exactitud qué fue lo que le hicieron o qué vejaciones sufrió. Muchos dijeron que destrozaron sus dedos uno por uno, a martillazos, y le pusieron después una guitarra entre las manos. “Canta, ahora, comunista de mierda”, le ordenaron mientras apoyado en una silla Víctor Jara calculaba el inútil estado de sus huesos. Esto lo sabemos porque el médico de Salvador Allende acompañó al cantante durante su tortura y lo recibió en una suerte de celda después de que terminaban con él, para volver a empezar.
Definitivamente no pudo tocar la guitarra, no lo haría más, incluso si lograba sobrevivir. Fue sometido a feroces torturas en el estadio de Chile tras el golpe militar de 1973, al igual que muchos, quienes con terror visitaron el plató negro, lugar del estadio para los interrogatorios.
Desde las tribunas arrastraron a Jara a ese plató. Lo que verían después sería la transformación de su cuerpo y de sus heridas en un futuro que carcomería a todos los otros “huéspedes” del estadio. Después Víctor Jara desapareció hasta que su cuerpo fue encontrado acribillado a tiros con más de 44 impactos de bala.
Hoy, cuarenta años después la viuda y familiares del cantautor solicitaron a los tribunales que se confirme el proceso que se seguiría en contra de los autores de estas torturas. Estos son ocho militares en retiro, identificados por el juez Miguel Vásquez, quien ordenó encausar a los implicados como homicidas por “presunciones suficientes”. Uno de los acusados vive en Florida, en Estados Unidos. Creyó quizá sobre su almohada cada noche, y durante más de cuarenta años, que los gritos de los hombres y mujeres cuyos cuerpos destruyó, nunca regresarían. Se equivocó. El pasado 28 de diciembre el juez chileno ordenó que se procesaran a estos militares.
Joan Turner Jara, viuda del cantautor, pidió al gobierno estadounidense el pasado miércoles 2 de enero que extradite al exmilitar chileno Pedro Barriento, que vive en Florida, a quien un juez sindicó como autor material del asesinato del artista tras el golpe militar de 1973 en Chile, además de los tenientes en retiro del ejército Hugo Sánchez Marmonti y Pedro Barrientos Núñez Barrientos (quien adoptó la nacionalidad estadounidense), descubierto en Florida, por un canal de televisión. Negó haber conocido a Jara y de haber sido uno de los custodios de los prisioneros del estadio.
Otros seis ex militares son cómplices de las torturas y del homicidio de Jara, quien fue muerto a tiros cinco días después del golpe militar del 11 de setiembre de 1973.
Joan Turner, acompañada de sus hijas Manuela y Amanda, comentó. "Es un momento significativo, han pasado 39 años. Él fue secuestrado en la Universidad Técnica del Estado, el 12 de setiembre de 1973. No lo volvimos a ver”.
Los asesinos
Miguel Vásquez, quien emitió una orden de captura internacional contra Barrientos, informó que cuatro de los encausados están detenidos y señaló también su disposición a solicitar la extradición del sospechoso del asesinato. La identificación de los responsables se logró finalmente por declaraciones de muchos de los prisioneros y de conscriptos apostados en el estadio. Dos de los siete ex oficiales que viven en el país se entregaron en los tribunales de justicia y dos más se presentaron ante la policía este miércoles para ser llevados ante el juez a fin de ser notificados de su procesamiento y ser trasladados detenidos a un cuartel especial donde son confinados los militares violadores de derechos humanos. Uno de los encausados por el caso de Víctor Jara, permanece en un clínica psiquiátrica. Otro de los detenidos es el ex teniente Edwin Dimter, quien junto a Barrientos han sido sindicados por sobrevivientes del ex estadio Chile como "El Príncipe", un oficial alto, de pelo claro, actitudes violentas y fuerte vozarrón, eterna pesadilla y posible asesino de Jara.