se fue a la marcha

Tarde familiar de acuerdo a Facebook

Las mamacitas y Facebook

Publicado: 2013-03-14

Ximena Sierralta*

Recuerdo que una de las cosas que pensé cuando estaba embarazada fue que no quería ser de las mamás que se pasaba el día posteando en Facebook cualquier estupidez que hiciera con el hijo. Tampoco quería subir álbumes con 100 fotos de mi hijo porque tanto entonces como ahora considero eso excesivo. Confieso además que hasta hoy tengo reparos en poner la foto de mi hijo como mi foto de perfil. Creo que poner la foto de otra persona donde debería ir mi propia foto me desnaturaliza, me quita identidad.

¿Mucho ejercicio mental para algo tan banal como Facebook? Es que yo no creo que Facebook sea tan banal.

Un reciente estudio reveló que casi la mitad de las mujeres encuestadas (44%) dijo haber incrementado su uso de FB después de volverse mamá. En el caso de los hombres no se mencionó ese incremento. Probablemente sea porque al parir, sobretodo al inicio, te quedas más tiempo en casa y FB te permite sentir que aún tienes contacto con el mundo aunque sea miércoles a las 4 de la tarde y aún no te hayas sacado el pijama. Por otro lado, otro estudio concluyó que FB genera envidia y sensación de soledad y agregó que uno de cada 3 que visita esta red social se siente peor después y más insatisfecho con su vida, mientras que la gente que suele navegar sin contribuir sería la más afectada. El resumen es que en FB todos se divierten más que tú. Es verdad ¿no? ¿Quién no lo ha sentido?

Pero además FB es el campo de acción por excelencia de las madres e hijos perfectos. Mientras tú y tu familia se quedaron en casa el verano, agarrados al ventilador, buscando en la lista de amigos a alguien que te invite a su casa de playa, las familias de Facebook tuvieron vacaciones de ensueño y paseos tomados de la mano. Mientras tú andas rompiéndote la cabeza para implementar un imposible sistema de autoridad con amor para evitar pataletas públicas, en Facebook encuentras la foto de una pacífica y fluida cena familiar en un restaurante hermoso. Mientras tu hijo a duras penas come dos galletas de soda al día, otra postea la foto de la sesión de preparación mami/hijo de suflé de brócoli orgánico. Cuando tú preguntas cómo se hace para sacarle los benditos pañales a tu hijo, una te responde que en su caso todo fue lindo, sencillo, rápido y sensible. Mientras tu hijo va recuperándose del segundo y monumental resfriado cuando ni siquiera empieza el invierno, otra mamá linda postea que por comer propóleos su hijo perfecto "nunca se enferma" (no saben las ganas que tengo de sacar un power point y explicar cada vez que escucho esta frase que si tu hijo nunca se enferma es o porque nunca lo sacas a la calle y debería tener más amiguitos o porque deberías dedicar tus tardes al bingo o al casino de tanta suerte que tienes. El reto no es que nunca se enferme, mi querida mamá perfecta, es que se sane rápido. En fin. Disculpen la catarsis). Demás está decir que cada vez que una recibe estos recuentos una se siente más imperfecta que nunca.

Hay un billón de usuarios de FB pero ninguno parece ser responsable por los millones de niños o niñas que lloran el primer día de clases. Porque en facebook todos los niños van al colegio felices, independientísimos, nunca sufren o cometen bullying, nunca lloran y nunca necesitan profesor particular.

Creo que es natural usar facebook para postear las cosas bonitas. Las cosas feas y difíciles son para un blog o mejor aún, para una conversa real con alguna amiga. Pero el tema es que hay algo de muy artificial en todos estos relatos perfectos de maternidad feisbukera. Porque incluso si acabas de escribir: "mi hijo me hace la mujer más feliz del mundo" todos sabemos que una hora después seguro estás encerrada en el baño alargando tu lavada de dientes varios minutos para tener un poquito de paz. Pero eso uno no lo postea. Una no escribe "escondida de mis hijos" en la actualización de estado. Por lo menos no he visto nada similar en mi timeline.

Sin embargo, FB también ayuda a sacar fuerzas, a generar empatía. Tengo una amiga a quien no veo desde el colegio quien tiene un hijo sufriendo una enfermedad muy complicada que requiere tratamiento diario por un año. Ella ha abierto un grupo en facebook para que sus amigos le demos palabras de aliento y para que ella nos cuente como va todo. Ese espacio está funcionando como una enorme cadena de cariño para ella que ahora no tiene tiempo ni ganas de hablar con nadie.

Pero además FB ofrece espacios de intercambio más allá de las cosas que postean tus amigos. Hay una infinidad de páginas de interés o grupos abiertos donde se discuten muchos temas vinculados con maternidad y a veces los debates con personas desconocidas que piensan como tú terminan siendo más fructíferos e interesantes que enterarte del restaurante donde está almorzando tu cuñado. Tal vez sea el hecho de que como no son tus amigos no tienes que aparentar no tener problemas. ¿Qué ironía no?

El problema que veo con pasarse la vida proyectando una imagen de perfección materna o de interesante desinterés ("no me preocupo, yo dejo fluir"), ya sea en la vida real o en facebook es que estás esforzándote por algo imposible de atener. Estás gastando fuerzas por las puras y además, estás poniendo una presión innecesaria e injusta en las otras mamás. Las mamás somos imperfectas, nos cansamos y nos equivocamos. Los niños se enferman, tienen problemas en el nido/colegio, se portan mal, son engreídos, a veces no quieren comer, necesitan constantemente ser arriados para hacer las cosas y cuando crecen te responden mal. Así son los tuyos, los míos e incluso los de la mamá perfecta de Facebook. Algunas estamos dispuestas a conversar de eso, algunas no. Pero lo que no hay que perder de vista es que después de postear la foto idílica de la familia feliz frente al sunset, lo más probable es que al llegar a casa los hijos corran a prender la tele, papá se tire a la cama a leer periódico porque ya hizo bastante por el día y mamá se ponga a recalentar el pollo a la brasa que pidieron dos días antes.

*Mamacita residente


Escrito por

mamacitas

Cuando uno es mamá o papá aprende a reconocer que no puede sola/o y que necesita el apoyo de muchas personas. Por eso nace MAMACITAS. Para que compartas lo que hiciste para resolver los mil y un retos de la maternidad. Para que cuentes eso que nadie cuenta.


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